Saltar al contenido

Etiqueta: Eñaut Elorrieta

Eñaut Elorrieta : Despedida tranquila

Intérpretes: Eñaut Elorrieta (voz, guitarra), Ander Ederra (guitarras), Joanes Ederra (bajo), Txus Aranburu (teclados), Ander Zulaika (batería, coros). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 12-05-2024. Asistencia: lleno, unas 900 personas

El domingo se cerraba en Gipuzkoa la gira que Eñaut Elorrieta ha montado para presentar su álbum ‘Fantasia’. La cita comenzó como la celebrada en idéntico lugar en febrero del 2023, con la proyección del corto documental ‘Esna Kanta’. La obra, con un montaje más moderno o fallos en la sincronización, volvió a retratar el proceso compositivo del disco con sus cambios, sus audios de whatsapp y sus emociones. Destacando también el gran trabajo de un productor – en este caso, Aitor Etxebarria-.

La despedida sonora llegaba con algunos cambios de cromos en la formación (los Ederra se encargaron de la guitarra y el bajo). Juntos ofrecieron un set reposado, con los dos pies en el folk norteamericano más actual. Tomando la belleza y la calma como guías (‘Geografia’, ‘Ezbeharra’), dibujando un amanecer precioso antes de ser cegado por el sol (‘Eguzki argitan’) y no siempre feliz (‘Zaldia Eta Behelainoa’). Elevando la intensidad (‘Fantasia’, ‘Hariak’) y picoteando en el lado vaquero de Townes Van Zandt (‘Inesa Gaxen’) mientras echaban la vista atrás (‘Nire Aitaren Etxea’).

Se acordaron de los migrantes con el invitado Amorante (‘Bidasoa’) y de la bombardeada Rafah (‘Mendigoxaliarena’). Xabier Zeberio se unió en la suave e íntima ‘Suzko Lili’. Disfrutamos con sus momentos acústicos (‘Maitatzeak’), se pegaron un baño de masas (‘Itsasoa gara’) y dejaron que la gente canturreara con educación (‘Hemen gaude’). El evento finalizó con el paso por la tienda de recuerdos, que CDs a 15 euros no se ven todos los días.

Saharari Kantari: recuerdo solidario

Nutrida presencia del artisteo vasco en el concierto “Saharari kantari”, presentación del disco homónimo realizado para apoyar al pueblo saharaui y recaudar fondos para la protección de su patrimonio cultural.

La veintena de autores locales ofertaron atractivos minutos: Eñaut Elorrieta, sin micrófono y a capela, regaló una emocionante versión de un ‘Gernika’ que tuvo un recuerdo para Gaza. El mismo autor cerraría el concierto, en compañía de Idoia y un coro infantil vasco-saharaui, interpretando el contagioso “Izar Polisariar bat”.

El escenario, decorado con aires de jaima, también acogió a Mikel Urdangarin y Esti Markez entonando el jaleado “Errefuxiatuena’. Markez, Iker Lauroba y Fariba Sheikhan acercaron el conocido ‘Sahara’ y Jon Maia declamó un aplaudido texto. Oreka Tx se unió a la fiesta con su arte txalapartero mientras Postal Kolekzionistak y ‘Physis versus Nomos’ proponían formas poperas vascas más clásicas.

Pero los verdaderos protagonistas fueron los cuatro artistas saharauis invitados. Ofreciendo percusiones en distintas piezas, cantando coros en otras e interpretando dos canciones como protagonistas: ‘Una estrella polisaria’ y ‘La istikrar wala salam’. Fue un emotivo concierto, realizado con fines benéficos, que contó con una buena respuesta del público en taquilla.

Eñaut Elorrieta: Con paso firme

Intérpretes: Eñaut Elorrieta (voz, guitarra), Ruben Caballero (guitarras, coros), Fernando Neira (bajo), Txus Aranburu (teclados, coros), Ander Zulaika (batería, coros), Igor Telletxea (trombón). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 17/02/2023. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

En un momento de ‘Esna Kanta’, el documental que Eñaut Elorrieta ofrece antes de sus conciertos en las capitales, se escucha la voz en off de un padre -y autor- que dice ‘Aita, ¿Cuándo vas a hacer una canción alegre?’. ‘Igual es que no sé’, se responde divertido el emisor. No seré yo quien diga que Elorrieta no es jacarandoso en sus creaciones. Pero su liga es otra. Una muy mejorada y etérea en ‘Fantasia’, su último trabajo. Un gran paso en su carrera.

No es que reniegue de la impactante épica de sus primeras composiciones. Ahora la contiene, la trabaja sin buscar el esperado final. La tensa. Y es esa presión la que le guía. A veces la enseña con orgullo, sobre todo cuando toca repasar algunas viejas piezas en el remate del show. Pero ahora su paso en más firme y personal.

La noche musical comenzó con un preludio digno de Radiohead, entrante de unas canciones de nebulosa astral que se apoyaron en los efectos de las guitarras y el trabajo del teclista. La folkie ‘Fantasia’ y la neofolk ‘Euri herria’ fueron un buen ejemplo en este aspecto. Con ‘Esna kanta’ se acercaron a Anari para disfrutar luego de una amalgama sónica. El desierto se posó sobre ‘Inesa Gaxen’, lo marítimo salpicó ‘Dordoken dantza’ y la gravedad sobrevoló ‘Bidasoa’ hasta su progresivo cierre.

En el lado vitalista sumamos el amor de ‘Eguzki argitan’ mientras la feliciana ‘Tren luzea’ demostró su cariño por el power-pop norteamericano y ‘Suzko Lili’ llegaba bella y grave. Las luces fueron un magnífico complemento. El telón de fondo fue un crisol de colores en los que abundaron los tonos cálidos que supieron acompañar cada momento sonoro con acierto.

Elorrieta, el eterno sonriente, guardó algunos minutos para temas estrictamente acústicos en los que su voz, fabulosa, acompañada en ocasiones por tres apoyos sin realmente necesitarlo, acabó de despegar y llegar al cielo (‘Atlantida’). También hizo brotar las del respetable, en formato suspiro cuando se mencionó a Lauaxeta (‘Mendigoixaliarena’) y ya a pleno pulmón vasco (afinado, agudo, suave) en la fiesta coral de ‘Itsasoa gara’.

La sección final contuvo más estándares pop-rock que coincidieron con varias de sus melodías más conocidas. Nada que objetar al pasado. Pero teniendo un presente tan atractivo no se intuye tan necesario lanzarse a aquellos mares. Ahora, para fantasía, la de los precios de los productos a la venta con camisetas, vinilos y CDs que oscilaban entre los 10 y 30 euros. Viendo como se las gasta el mercado actual pareció regalado.

Y la gente dirá “Yo vi a Izaro en el Velódromo”

La autora vasca se confirmó anoche en San Sebastián con un concierto repleto de gente, felicidad e invitados ilustres.

No vamos a descubrir la rueda si afirmamos que Izaro Andrés Zelaieta (Mallabia, 1993) se doctoró anoche en Donostia. La que fuera el mejor expediente en la carrera de Comunicación de su año ratificó que, artísticamente, es una autora de las ligas mayores. Porque llenar el Velódromo, cifrado ayer en seis mil personas, está hoy en día en manos de muy pocos autores. Lo han podido hacer cantantes más promocionados que las colonias en Navidad. Y también algún que otro grupo punk que abandona el formol para pasar la gorra. Pero como ella, con apenas tres discos en la calle y una carrera sin prisa pero sin pausa, pocas o ninguna.

En la cita donostiarra de dos horas de duración y veinte canciones abundaron la chavalada (aplicando la etiqueta con benevolencia hasta pasados los 30 años) en formato cuadrilla y los planes familiares. Dos horas antes ya había gente haciendo cola para entrar, en una hilera que llegó más allá de la parada del Topo de Anoeta. “Íbamos a verle en Vitoria pero el concierto al final se suspendió”, contaban Nerea Manso y sus amigas, llegadas directamente desde la capital alavesa en lo que fue también su primera visita al recinto. De Irún era Amaia Illera, quien tampoco había podido ver a la autora afincada en Donostia y eligió ‘Paradise’ como su tema favorito. Coro Villar y Jaione Soro andaban gestionando los pasos de cinco niños. “Me gusta poner ‘La Felicidad’ a la mañana, para irnos cargando las pilas”, contó Coro mientras su hijo Unax Gamón se decantaba por ‘París’.

Una vez dentro la música ambiental de Jorja Smith o Victoria Bigelow se mezclaba con las charlas y murmullos de la gente. Con media hora sobre el retraso previsto la autora y su banda habitual comenzaron con ‘Er(h)ori” y ese aire a The Cramberries tan elegante. Hubo momentos más melosos (‘Hainbeste’), jaleados a rabiar (‘Errefuxiatuena’), electrolatinos (‘Un poquito más’), colchones oscuros muy actuales (‘You’) y aires celtas algo épicos (‘Ihintza’). Algunos temas fueron acústicos, usando la pasarela presente para acercar la intimidad de la melodía (‘Eskaleok’).

¿Y el sonido? Bien, gracias. El oval ciclista no es el mejor espacio para gozar de los detalles pero la voz de Izaro, perfecta toda la velada, sonó clara y alta sobre una música que en todo momento pudo reconocerse. Como reconocibles fueron los distintos invitados a esta fiesta de confirmación. Pedro Pastor cantó sobre unas ‘Ventanas cerradas’ de explosivo estribillo bailarín. Y Amaral, recibidos por un público entonando el estribillo de ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’, aportaron su granito de euskera a la suave ‘Argia’. La suma de Cris Lizarraga (Belako) a la apropiada ‘Libre’ fue uno de los momentos álgidos en el ranquin de palmas.

Esta crónica de urgencia llegó al papel mientras el grupo ejecutaba “Astelehenak” y esperábamos las anunciadas apariciones restantes (Xoel López, Gartxot y Eñaut Elorrieta) en un recital que fue horadando el cerebro de los presentes. “Yo vi a Izaro en el Velódromo”, se dirá dentro de unos años desempolvando el bolsillo de anécdotas de un día grande.

Publicado en El Diario Vasco

Iker Lauroba & Beste Urtaroak: El último vals

Intérpretes: Iker Lauroba (guitarra, voz), Andoni Etxebeste (batería), Maria Soriazu (bajo), Urbil Artola (guitarra, voz), Leire Berasaluze (voz), Olaia Inziarte (piano, guitarra, voz). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 06/10/2021. Asistencia: unas 400 personas.

Quiso la agenda que Donostia despidiera la emergencia sanitaria con un concierto en el Teatro Victoria Eugenia. El último, esperemos, con limitaciones de aforo después de tantos meses peleando cada silla. Iker Lauroba fue el encargado de hacer los honores. Autor que, a su manera, también anda cerrando etapas.

Venía a banda completa para presentar “Uda” (“Verano”), el cuarto de los discos que el donostiarra le ha dedicado a las estaciones del año. El cantante decidió seguir el camino natural dividiendo la lista de temas a interpretar en 4 grandes grupos, colando colaboraciones aquí y allá.

Comenzó el otoño con la larga “Ferekak” y ese toque The Waterboys con pinceladas de country. “Isiltzen banaiz” llegó preciosamente arpegiada, llena de excelentes armonias vocales. “Berria auzoak” tendió hacia la épica pop mientras “Negua” nos plantó en el atractivo piano bar que tan bien le sienta al dulce cantar de Iker Lauroba.

“Gerra eta bakea” se acercó al folk británico de los años 70. “Galtzaileok” sonó llena de swing y blues para explotar en un estribillo magnífico. “Astiro” trotó impetuosa en sus acordes y “Udaberria” nos pintó a un conjunto eléctrico y rockero. “Biluzten” cruzó a Los Hermanos Cubero con la “Americana” de Wilco mientras “Lanparara” fue una deliciosa bossanova.

Sección aparte para los muchos y lujosos colaboradores. A destacar la arrebatadora belleza de la pieza cantada con Olatz Salvador (“Gladys”) y el chorro de energía flamenca que imprimió “Yoni “Sonakay” Carrasco a “Azken dantza bat”. Izaro estaba casi más feliz que Lauroba y juntos, con gran complicidad, bordaron “Aurkibidean”. Eñaut Elorrieta mostró una gran voz en el vaivén nocturno de “Marea Bizia“. Lucas Delgado, Esti Markez y Mikel Markez completaron una selección de compadres que rayó a gran altura.

Lauaxeta: Lauaxeta All Stars

Día: 24-11-2005
Lugar: Teatro Principal (Donostia)
Asistencia: unas 250 personas.

Se acercaba a nuestra lluviosa capital la gira de presentación del disco “Ehungarrenean hamaika”. Un trabajo que recupera las poesías de Esteban Urkiaga “Lauaxeta”, grabadas ahora bajo la batuta del músico Rafa Rueda.

Bueno, lo de batuta es un decir. Porque Rueda y el resto de músicos que le pusieron el fondo sonoro a la actuación del pasado jueves le pegan al pop rock de tintes norteamericanos con un gusto exquisito.

Un esquema, el rockero, no muy empleado a la hora de recuperar textos pasados, habitualmente presentados bajo abrigos mas relajados y tradiciones folk. Pero si se hace con encanto y devoción, con ganas de ponerle nuevos abrigos a letras pretéritas, y con una calidad ejecutante fuera de toda crítica, el resultado no puede ser más reconfortante.

Los dos centenares largos de asientos ocupados del donostiarra Teatro Principal disfrutaron del suave arranque del evento. La actriz Argia Gardeazabal, desde la platea del teatro, arrancó con una de esas emocionantes narraciones que se sucedieron a lo largo del concierto. Y al igual que en el CD, Gari fue el encargado de inaugurar el micrófono con su sentido “Bertso zarrak”.

Por el atril pasaron el resto de voces participantes en el homenaje al periodista y defensor de la cultura vasca fusilado en la Guerra Civil. Tras el ex Hertzainak le tocó el turno a Eñaut Elorrieta, cantante de Ken Zazpi. Es “Mendigoxaliarena” una canción preciosa a la que la habitual fuerza del vizcaíno imprime una pasión contagiosa.

Mikel Urdangarin inauguró los momentos pausados del concierto con la sentida “Loretan”. Rafa Rueda se guardó para sí mismo la preciosa “Kanta Ariña”. Composición de raíces melódicas más norteamericanas que, y con perdón de la comparación, los aros de cebolla.

Jabier Muguruza, el dandy del Bidasoa, susurró de manera bucólica “Zelayetakua”, mientras Francis Diez (Doctor Deseo) mostró la casta habitual sobre el escenario, aunque ahora tocase cantar en euskera.

El eibartarra Markos Untzeta suplió la anunciada baja de Anje Duhalde. Su “Otsokorena” sonó cercana a las tensiones mantenidas de Bob Dylan. Xabi Strubell (Zura) narró en “Neskatxu Gorrixka Bati” uno de los momentos más enérgicos de la noche.

Xabier Montoia trajo la paz sonora al escenario, con su delicada versión de “Liparra”. Txuma Murugarren decidió salirse del esquema nocturno con su visión blues del tema “Arotzak”. A él le cayó una de las mayores raciones de aplausos de una noche que acabó con el vozarrón de Petti. Nuestro Mark Lanegan musicalizó el sitio del castillo de Amaiur (recogida en el poema “Amayur Gaztelu Baltza”) de manera espectacular, sobrándole en ocasiones la amplificación del micro.

El final llegó repleto de emoción, con la lectura “en off” del dictamen del juicio en el que Esteban Urkiaga era condenado a morir fusilado. Tranquilo, Lauaxeta. Estés donde estés. Rueda y los suyos te han hecho un buen homenaje.