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Juan Luis Etxeberria Entradas

Ricardo Lezón: un bálsamo brillante

Intérpretes: Ricardo Lezón (guitarra, voz), Jaime Arteche (guitarra, teclado). Lugar: Kutxa Kultur Kluba (Tabakalera, Donostia). Día: 20/02/2021. Asistencia: lleno, unas 70 personas

El getxotarra Ricardo Lezón, principal compositor del grupo McEnroe, llegaba ayer a Donostia en formato de “concierto-encuentro”. El autor vizcaíno dejó claro desde el principio que la sección parlada iba a ser la más complicada (“que soy del norte, hombre”). Y estructuró su velada de forma cronológica, tocando las canciones según su fecha de publicación.

En “Ahora” nos volvió a chocar, como siempre, la diferencia entre su suave hablar y la particular forma de cantar. Tan caída al final de la frase, tan grave y profunda. “Mi Vietnam” nos recordó a los Tindertsicks mientras veíamos como un acierto que una guitarra española, suave en su salida, acompañara los cantares. Hubo momentos simpáticos como cuando afirmó que, debido a su estilo musical, les llamaban los “cortavenas” cuando para ellos juntarse y hacer música “siempre ha sido algo muy feliz”.

El tema “La cara noroeste” llegó frenada, espaciada. Brillante como siempre. “Rugen las flores” fue un sol digno de Jonathan Richman. Una rareza dentro de estas canciones de amor construidas sobre acordes de corazones rotos. “Gracia” demostró que los artistas saben sacar chispas de las calabazas amorosas. “Lobos” tuvo un chorrito de The Shins y otra gota de Bright Eyes. “Arena y Romero” se degustó como una golosina de estrofas descuadradas. Y “Rayo de luz” cerró el encuentro con unas melodías que le emparejaron con Nacho Umbert. Pudo haber sido más corto (fueron 75 minutos). No importó tanto. La sensación de escuchar a Lezón cantando es un bálsamo que conforta y sacia siempre, sea cual sea el minutaje.

Publicado en El Diario Vasco

Anne Etchegoyen: cercano y gozoso

Intérpretes: Anne Etchegoyen (voz), Antonio Jimenez (guitarra), Renan Mazeas (guitarra). Lugar: Centro Cultural Lugaritz (Donostia). Día: 19/02/2021. Asistencia: lleno, unas 100 personas.

Cerrados como están los teatros de Iparralde, Anne Etchegoyen llegó con ganas a su cita donostiarra. De su maleta brotaron cortes emocionales, contestatarios y familiares. “Emakume aske bat” e “Ixilik” fusionaron el folk de Lourdes Iriondo con la “chanson” francesa. “Seaska kanta” fue una cautivadora nana. “Ttipi Ttapa” llegó feliz. En ese punto comenzaron los guiños al público en forma de “cantad aquí” o “silbad allá”. La gente respondió encantada. Y mira que eran difíciles algunos requiebros…

“Lau haizetara” se arrimó al folk norteamericano. La clásica “Maite” de Luis Mariano nos permitió disfrutar del acierto de llevar a un guitarrista flamenco como Antonio Jimenez para que navegue por el folk y el pop. Sus rumberos paseos por las cuerdas irrumpían en las canciones con gozosa alegría.

“Cita conmigo” y “Buen camino” fueron piezas dedicadas al Camino de Santiago. La primera llenó de espiritualidad al segundo guitarra, quien comenzó a despertar tras una dispersa primera parte del concierto. En “Pachamana” Anne le cantó a la Madre Tierra sin visos de charla de herboristería. El “No pasarán” dedicado a Dolores Ibarruri sonó algo épica. “Txoria Txori” de Mikel Laboa y el “Gracias a la vida” de Violeta Parra cerraron una noche de tonos cercanos y suaves voces.

Publicado en El Diario Vasco

Olatz Salvador: la fascinante calma

Intérpretes: Olatz Salvador (guitarra, voz), Ander Zulaika (batería), Jagoba Salvador (bajo), Mattin Saldias (guitarra) e invitados. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 07/2/2021. Asistencia: lleno, unas 400 personas.

Solemos tender a asociar la cultura con su resultado: una fama, popularidad o relevancia que viene de los miles de visionados de un vídeo o los clicks que recibimos en nuestras redes sociales. Pero la cultura no es, o no debería, ser eso. La creación debe ser el origen de todos esos resultados. Y así, ya hagas pop rabiosamente comercial o pop de habitación, lo importante es el camino que tu elijas. “Gero gerokoak” (“Luego Dios dirá”), que se dice en euskera.

Olatz Salvador lo tiene claro, y de paso te llena el Victoria Eugenia. En el concierto de ayer demostró que ha superado el cajón del pop-rock y ahora corre por un sendero atractivo que sorprende y atrapa. Con gotas de electrónica, secciones pregrabadas (precioso su homenaje a la malograda Gata Cattana titulado “Eskuekin”) colaboraciones en castellano – Olatz canta en euskera- y canciones tranquilas.

Dentro de esa calma relativa su voz se erige dulce y potente, tan libre que se permite correr más que lo que le pide la estrofa (“Eraman nazazu”). Expresiva hasta permitirse alejar varios palmos el micrófono de su boca (“Lokarriak”).

Claro que tiene temas que pueden considerarse “hits” a la vieja usanza (“Hiria”,”Zintzilik”, la veraniega “Gelditu hor”). Pero es en esa otra tierra media, la que puebla el concierto, donde se disfruta de la belleza. El sosiego se empapa de blues (“Betileekin”), jazz (la casi nana “Ba hori”) o los guiños guitarreros a U2 (“Sustraiak”).

De las variadas colaboraciones destacaremos el vitalismo de Gartxot Urtxain, que llegó “unchained” (desencadenado) de alegría al escenario, el nervio sureño de La Mare en “Mareak” y la emotividad que Garazi Esnaola supo imprimirle a la emocionante “Ez garen gu”. “Está super guay hau”, dijo un joven en los pasillos. Y la frase nos vale como certera conclusión.

Publicado en El Diario Vasco

Gari & Maldanbera: sol y sombra

Intérpretes: Natxo Beltran (batería), Oier Aldekoa (bajo, teclado), Miguel Moyano (guitarra, teclado), Gari (guitarra,voz). Lugar: Intxaurrondo Kultur Etxea (Donostia). Día: 28/01/2021. Asistencia: lleno, unas 120 personas.

Como si fuera un Robyn Hitchcock de las penumbras, Iñaki Igon Garitaonaindia “Gari” (Legazpi, 1963) ha alcanzado un lugar desde donde disfrutar del paisaje. Tras tormentas, viajes y huracanes ha llegado a un sitio calmado y elegante desde el que lanzar esa particular voz que ha ganado calidez con los años.

Despachando a las primeras de cambio la única canción con partes en castellano de la noche (“Yase”), Gari y sus Mandalbera subieron al escenario concentrados. Juntos atacaron las partituras más oscuras de su repertorio. “Denbora” tuvo puntos crudos, “Bidegurutzean” brotó contenida y “Desira” llegó susurrante, demostrando que el cantante se mueve como pez en el agua por esos espacios poco amplificados. “Eguzki berritan gaude” y “Amapola” sonaron preciosas, con ecos de “Americana”. Como la que gastó el autor, de perfecto negro, estilizado hasta el sombrero.“Hil ez denak” trajo la arenisca del desierto y “Bihotz urdin” los acordes más sinuosos.

A partir de “Alferrik dana” la noche comenzó a iluminarse y los rayos de pop se colaron en la lista de canciones con aciertos como la fronteriza “Obsesioa”, “Naizena”, “Estutu” y ese “Kondenatua” que no quieres que acabe nunca. Son gemas brillantes, de grandes estribillos. Una certera energía rock en la que los tonos más agudos de Gari cabalgaron con vitalidad y energía.

La propina fue fenomenal, con un cantante sentado en el borde del tablado tocando la acústica sin amplificar. Un momento habitual y apreciado en el que sonaron canciones de ayer y hoy (“564”, “Gogoratzen naiz” y“Drogak AEKn”, entre otras) para cerrar un evento que dejó un gran sabor de boca.

Publicado en El Diario Vasco

Arnau Griso: Sonrisas pop

Intérpretes: Arnau Blanch (voz), Eric Griso (guitarra), Daniel Hernández (guitarra), Guillem Arnau (batería). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 24/01/2021. Asistencia: lleno, unas 400 personas.

Qué bien sienta estos días de pandemia recibir en nuestra casa, el lujoso Teatro Victoria Eugenia, a un grupo “buenrollista”que hace honor a su etiqueta. Arnau Blanch y Eric Griso, los miembros de Arnau Griso, estrenaban su gira acústica en nuestra capital. Juntos han reventado Youtube y llenado el enorme Wizink Center madrileño. Pero los chicos ganan, y mucho, en cercanía sonora y física.

Su público, joven de edad y espíritu, goza con los éxitos (“Es gratis”, “Para que el mundo lo vea”) y disfruta de las letras del combo. Ingeniosas, cercanas, picantes sin ardores posteriores. Temas llenos de frases diarias muy bien puestas. Sin temor a reírse de sí mismos (“No me quedan frases de tazas para otro estribillo más”, dicen en “Del uno al diez”). Cantadas de forma aguda y bien modulada por Blanch, entonando el hip-hop, el rock y el deje sureño en una mezcla heterogénea.

Musicalmente ubicados en el pop latino, dejan espacio para las baladas que se aceleran (la salada “Malditharina”), las piezas sensibles (“Carta al hijo que aún no tengo”) y las quejas a nuestra economía (En “Don Micilio” critican las condiciones laborales de los repartidores). Se ganaron todos y cada uno de los aplausos de la audiencia, encantada con lo visto y escuchado.

Publicado en El Diario Vasco

Gugurumbé: ensalada vital

Intérpretes: Fahmi Alqhai (viola da gamba), Rocío Márquez (voz), Nuria Rial (voz), Mónica Iglesias (danza), Ellavled Alcano (danza) y el conjunto Accademia del Piacere, entre otros. Lugar: Teatro Victoria Eugenia. (Donostia). Día: 22/01/2021. Asistencia: media entrada, unas 200 personas.

Música y danza se dieron la mano en alegre fusión ayer en el donostiarra Teatro Victoria Eugenia. La herencia de aquella Sudamérica conquistada, el flamenco, la música sacra y la danza contemporánea jugaron a entrelazarse en una ensalada de melodías, cadencias y lenguas.

Viva, mezclada y llena de elementos comenzó y finalizó la velada. La danza sonaba con cascabeles en los pies y castañuelas en las manos (“Jacara y Buleria”). Los giros agitanados se unían con una música a ratos barroca (“Alegrías de Córdoba”) y otra criolla (“San Sabeya gugurumbé”). La soprano ampliaba las miras mientras la voz más pop, exultante en“Fandangos”, quedaba algo dulce en las expresividades flamencas. Todo fluyó sin sobresaltos, bien empastado aunque los ingredientes se antojaran tan distintos. Con una banda que destacó en muchos momentos (“Chacona”) y supo arropar de manera excelente a las primeras espadas que ocupaban el frontal.

Publicado en El Diario Vasco

Urko: noche ligera

Intérpretes: Josean Larrañaga ‘Urko’ (voz) y una nutrida banda. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 17/01/2021. Asistencia: lleno, unas 400 personas

Con una ciudad que ya intuye su fiesta grande, el autor local Urko pudo estrenarse en el lujoso Victoria Eugenia con un movimiento de artista. Aireando las partituras más amarilleadas del archivador, Josean Larrañaga construyó un set en el que incluyó caprichos personales, gemas escondidas y rarezas que ofrecieron una visión más amplia de su carrera artística.

A la vera del foco principal se colocaron, bajo la batuta del maestro de escena Javier Pérez, una ristra de siete músicos – y varios colaboradores puntuales- que encogieron el tablado. Algo de agradecer, sobre todo estos días de recortes y pandemias. Juntos ofrecieron un variado repertorio que arrancó con la juguetona “Usurbilgo Eliza” y continuó con una “Herriaren alde” que sonó a teleserie policíaca.

Abundaron las piezas de aquella “música ligera” que construyó Rafael Ferro y dirigió Augusto Algueró. Quien quiso pudo intuir a Julio Iglesias en la balada triste de saxofón “Kanta behar nuke”, la calmada “Natali” y “Zu ere maite izan zaitut”. Gustaron los vestidos que le puso a los poemas de José Bergamín (”Por qué”, “Que no soy de mi tiempo”) y los paseos por la bossa nova (“Vinicius lagun”, “Kaioen amodioa”). La entrada al campo del pianista Iñaki Salvador insufló bríos de jazz (“Donostiako hiru damatxo”) y swing (“Nor Nintzen ni”) al partido.

El paso de los minutos fue abriendo la puerta, dejando colar temas más conocidos: “Maite, maite, maitia”, “Azken txanpa”, “Guk euskaraz, zuk zergatik ez?”… El contador se paró en los cien minutos, y el público les despidió con una buena salva de aplausos.

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Amorante, Verde Prato: pop futurista

Interpretes: Amorante (guitarra, teclado, corneta, voz), Verde Prato (teclado, voz). Lugar: Centro Cultural Niessen (Rentería). Fecha: 07/01/2021. Asistencia: lleno, unas 130 personas

Fabuloso el cartel doble de ayer en Rentería, a cargo de dos de las lanzas creativas más fascinantes de nuestro panorama musical. Arrancó Verde Prato, autora que desnudó los estilos. La tolosarra reconstruyó el “Agurra” de Lourdes Iriondo con una gota de folk inglés y una voz de reverberación cavernosa. Similar suerte corrió el carnavalesco “Galtza Haundi”, pieza que consiguió llevar al dramatismo. Nos invitó a tararear y silbar (“Anaien Kanta”) y no le hizo ascos a los aires modernos (“Neskaren Kanta”). Su emocionante entonar, en el que apenas se distinguían las sílabas, pareció hecho para contarnos y cantarnos secretos.

El segundo tiempo del partido le correspondió a Amorante. Rodeado de instrumentos y cachivaches – parecía John Lee Hooker sentado en el brocante de Ahetze-, comenzó tocando en la platea para después ofrecer un pasaje de duelo (“Condor”) y oscurecerse en “Kanposantuko banketea”. Antes, durante y después de esos cortes sonaron cornetas, teclados y voces rockeras o aflamencadas. Tonos vocales casi siempre tratados y juguetones. Una explosión caleidoscópica muy trabajada y abierta.

En “Hairu” mezcló el rap con el jazz más loco. Se puso cariñoso en “Juliana”. Recuperó el clásico ”La llorona”. Disfrutó e hizo disfrutar con “Manuela”. Y se destapó en piezas divertidas como “Ay, Carmelo” y un “Parisera joan nintzen” cantado en “perfecto euskañol”, como apuntó el autor vasco. Amorante y Verde Prato ofrecieron, cada uno a su manera, un ejemplo de la buena salud de la que goza nuestro pop menos encorsetado.

Publicado en El Diario Vasco