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Manolo García: baño de masas

Todo se unió ayer para que el esperado concierto de Manolo García, con las entradas agotadas hace semanas, fuera una fiesta. El nutrido puesto de venta de recuerdos que tenía hasta cuadros dedicados por el autor, el panel para sacarse fotos, los boletos para un sorteo a realizarse.

Y el cantante, que fue un derroche de optimismo y vitalidad: superó problemas técnicos, paseó por el auditorio, puso en pie al respetable, soltó aplaudidas charlas y dedicó el concierto a su amiga Amaia Montero. La irundarra, presente en la sala, cantó con García en uno de esos tránsitos entre sillas.

La elaborada escenografía acogió a una banda, pulcra y elegante, que supo destacar los fondos en los que el catalán surfea con las palabras. Hubo mucho pop-rock marca de la casa (‘Nunca es tarde’), algún detalle 50´s (‘Reguero de mentiras’), gotas arabescas (‘El amante roto’), brisas mediterráneas (‘Pájaros de barro’) y rumba catalana (‘Laberinto de sueños’) en la extensa lista. Esta crónica de urgencia no llegó al final de las esperadas 30 canciones que unieron sus últimas novedades con recuerdos al pasado de El Último de La Fila.

Publicado enCríticas de conciertos

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