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David Bisbal: Comunión total

Pocos autores encontrarán de paseo por nuestra ciudad que consigan lo que David Bisbal logra con su sola presencia. En un auditorio abarrotado en su zona abierta (la última platea estaba cerrada), el andaluz se presentó sentado en un sillón y todo el publico se levantó de sus asientos aplaudiendo como si no hubiera un mañana. Un respetable entre el que destacaremos una abrumadora mayoría femenina y que repitió la efusiva jugada varias veces a lo largo de la velada.

Porque Bisbal sigue teniendo tirón. Ayer, en el día de su 32 cumpleaños, recibió innumerables ofrendas de los espectadores: Un peluche, ramos de flores, una visera con la ikurriña y un «Gora Euskadi» escrita en ella. El autor, jovial y cercano, con un recuerdo muy especial a la ciudad de Lorca -a la que donaba los beneficios de su cita donostiarra-, continúa emocionando con sus cantares enérgicos, presentados ahora bajo la sorprendente etiqueta de gira acústica.

Singular porque en el escenario había electricidad como para mover un AVE: Guitarras y bajos eléctricos, órganos y baterías a pleno rendimiento. La definición «acústica» se podría aceptar si buscaba referirse al hecho de decorar el espacio con lámparas de lágrima para ejecutar temas propios y ajenos con un enfoque más pausado y terso. Un lirismo pop sin patadas al aire ni giros (bueno, alguno se le escapó) y con cierto aire jazz.

Elegante como su admirado Luis Miguel, a quien tiende a parecerse musicalmente en estos momentos, su vestimenta era imitada por el resto de compinches, entre los que destacaremos el arranque flamenco del guitarrista en el tema ‘Almería’ y un cuarteto de cuerda que hubiéramos deseado escuchar más veces. Al resto, sobre todo guitarrista eléctrico y batería, les daba igual estar en una capilla que en el Maracaná.

De entre las canciones propias subrayaremos el swing orquestal de ‘Dígale’, el arrebato jazzero de un ‘Ave María’ que irremediablemente debía acabar con formas pop más estandar, y muchas canciones instaladas ya para siempre en nuestros cerebros. También despuntaron las versiones: ‘Adoro’ (Armando Manzanero), ‘Te quiero, dijiste’ (María Grever) y ‘Luna’ (Alameda).

Abandonamos el auditorio antes de tiempo para redactar esta crónica de urgencia dejando el recinto tal y como lo encontramos. Con todo el mundo de pie jaleando al afamado autor. Supongo que eso es el éxito popular.

Publicado enCríticas de conciertos

Un comentario

  1. Cuando tenía 5 años o así, mi hijo produjo un par de mondegreens o mendigreenes extraordinarios con Bisbal… Lo de la comunión me ha recordado uno: Andre Maria, siempre serás mía… El otro era: Tubería, tubería… En el enlace de la firma, multitud de mondegreens maravillosos.

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