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Mes: junio 2011

Nudozurdo: Tensión sintética

El cuarteto madrileño había dejado el listón muy alto con su anterior ‘Sintética’. Un puntal que no ha hecho sino afianzarse con el nuevo CD que presentan hoy en Gasteiz y mañana en Donostia.

Tara Motor Hembra’ son diez canciones de alma oscura y ejecución tan tensa como variada y brillante. Leo Mateos, voz y guitarrista de Nudozurdo, afirma que “el uso de la violencia en la música y en general en todas las artes está muy infravalorado. El tema “Prometo hacerte daño” es una canción que pretende hacerle justicia al concepto”.

El reciente trabajo cuenta con un gran atractivo lírico que pinta deprimente y apunta luminoso. “Me encanta cuando salen ideas inesperadas que me hacen preguntarme qué quieren decir. Me gusta escribir sin controlar el destino o la finalidad. El contraste es marca de la casa: oscuro-luz, limpio-sucio, arriba-abajo, obvio-ambiguo. Son canciones que hablan de cosas misteriosas como el amor, el odio, los celos, la amistad, la frustración, el deseo. La disfuncionalidad puede ser extremadamente bella. Y en muchos casos estamos abocados a ella”.

La banda ha sentido la necesidad de dar pasos diferentes a los ya muy aplaudidos. Un brinco que puede gustar sin mayores esfuerzos a los fans de Lisabö, El Columpio Asesino, Mercromina o Joy Division. “Somos de esos grupos que necesitan desmarcarse de si mismos para tener una sensación de avance”. Temas como el impresionante ‘Prueba/error’, ‘No me toquéis’, ‘Conocí el amor’, la manchesteriana ‘Golden Gotelé’ o ese ‘Dosis Modernas’ que German Coppini hubiera firmado con los ojos cerrados confirman lo acertado el cambio.

Una mutación que podremos ver en el escenario donostiarra. Para la cita local prometen tocar “dos o tres temas del primer disco, la mitad de ‘Sintética’ y la mitad del último”, mientras encuentran hueco en la entrevista para lanzar flores a uno de nuestros autores más interesantes: “Es difícil hacer música como la de Dotore. Tiene algo especial, no tiene prisa. Las melodías son inteligentes y las letras no pretenden apoderarse de la canción”.

Ben Howard: El cantautor surfero

El británico presenta en Donostia y con su banda un EP y futuro disco largo

Segundo intento donostiarra de Ben Howard, “songwriter” británico de cálidez optimista y fama creciente. El primero quedó abortado por aquel volcán islandés que dejó los aviones en tierra. Esperemos no ser tan cenizos en esta ocasión y poder disfrutar de sus canciones el jueves que viene en el Bukowski. Cita que también contará con la actuación de la siempre sorprendente Mursego.

Los surferos de la región ya han tenido oportunidad de dar cuenta del delicado arpegiado de Howard. El autor es un apasionado del mar y sus tablas y, como tal, se deja ver y escuchar en innumerables competiciones francesas. ‘Espero que tengamos tiempo para pasear por la ciudad en busca de olas. He escuchado maravillas de los spots locales’. Mares que ya pisó en su juventud, cuando el retoño nacido en la costera South Devon (Gran Bretaña) se asentó en Ibiza con sus padres. ‘Recuerdo haber visitado el Cantábrico con 15 años. Me alucinó la mezcla entre playas preciosas y montañas elevadas’

Centrémonos en sus canciones. Las últimas publicadas hasta la fecha, que están levantando una bonita marejada en Europa llegando a colarse en discos promocionales como los que edita la revista Mojo (mayo 2011), se encuentran apiñadas en el EP “Old Pine”, paso previo al disco entero (“Every Kingdom”) que saldrá tras el verano. También viaja con un precioso single de 7 pulgadas. Unas fechas realizadas con banda. ¡Chris toca el el bajo y la batería. E India el cello. Creo que ya hemos superado el punto de “guitarrista en solitario que canta”’

Lo normal sería meter a Howard en la misma licra que Jack Johnson, el surfero meloso que hace canciones para niños hasta cuando no quiere. Error en el parentesco musical. ‘Prefiero Nick Drake, era un maldito genio”. Una manera de tocar que define, bajo luces más alegres que las del finado, la mayoría de las canciones del británico. “Old Pine habla de la memoria y los subidones y bajones de la vida. La que da nombre a la publicación, por ejemplo, es un canto a la juventud y a los cambios de la gente que te rodea”.

CONCIERTO
Intérpretes: Mursego, Ben Howard grupo.
Lugar: Le Bukowski (Donostia).
Fecha: Jueves, 16.
Hora: 20.30.
Precio: 10-12 €.

David Bisbal: Comunión total

Pocos autores encontrarán de paseo por nuestra ciudad que consigan lo que David Bisbal logra con su sola presencia. En un auditorio abarrotado en su zona abierta (la última platea estaba cerrada), el andaluz se presentó sentado en un sillón y todo el publico se levantó de sus asientos aplaudiendo como si no hubiera un mañana. Un respetable entre el que destacaremos una abrumadora mayoría femenina y que repitió la efusiva jugada varias veces a lo largo de la velada.

Porque Bisbal sigue teniendo tirón. Ayer, en el día de su 32 cumpleaños, recibió innumerables ofrendas de los espectadores: Un peluche, ramos de flores, una visera con la ikurriña y un «Gora Euskadi» escrita en ella. El autor, jovial y cercano, con un recuerdo muy especial a la ciudad de Lorca -a la que donaba los beneficios de su cita donostiarra-, continúa emocionando con sus cantares enérgicos, presentados ahora bajo la sorprendente etiqueta de gira acústica.

Singular porque en el escenario había electricidad como para mover un AVE: Guitarras y bajos eléctricos, órganos y baterías a pleno rendimiento. La definición «acústica» se podría aceptar si buscaba referirse al hecho de decorar el espacio con lámparas de lágrima para ejecutar temas propios y ajenos con un enfoque más pausado y terso. Un lirismo pop sin patadas al aire ni giros (bueno, alguno se le escapó) y con cierto aire jazz.

Elegante como su admirado Luis Miguel, a quien tiende a parecerse musicalmente en estos momentos, su vestimenta era imitada por el resto de compinches, entre los que destacaremos el arranque flamenco del guitarrista en el tema ‘Almería’ y un cuarteto de cuerda que hubiéramos deseado escuchar más veces. Al resto, sobre todo guitarrista eléctrico y batería, les daba igual estar en una capilla que en el Maracaná.

De entre las canciones propias subrayaremos el swing orquestal de ‘Dígale’, el arrebato jazzero de un ‘Ave María’ que irremediablemente debía acabar con formas pop más estandar, y muchas canciones instaladas ya para siempre en nuestros cerebros. También despuntaron las versiones: ‘Adoro’ (Armando Manzanero), ‘Te quiero, dijiste’ (María Grever) y ‘Luna’ (Alameda).

Abandonamos el auditorio antes de tiempo para redactar esta crónica de urgencia dejando el recinto tal y como lo encontramos. Con todo el mundo de pie jaleando al afamado autor. Supongo que eso es el éxito popular.