El de Shibusa Shirazu Orchestra es el concierto que no te puedes perder de este Heineken Jazzaldia. Etiquetados como ‘free-fazz’, tienen más de lo primero que de lo segundo, dado que improvisan buena parte de sus piezas.
La inclasificable banda asiática Shibusa Shirazu Orchestra cierra el programa inaugural del festival, con su mezcla imposible de música, teatro y danza. Si por bemoles y corcheas este texto tuviera que ser breve cual mensaje de teléfono móvil, su contenido estaría muy claro: «Es el concierto que no te puedes perder del Heineken Jazzaldia».
Ojo al dato: Esta agrupación nipona, cuyo esclarecedor nombre vendría a significar «nunca seas cool/guay», cuenta con 25 personas sobre el escenario cuando aterrizan en Europa. 17 de ellas tocan instrumentos y el resto bailan o actúan. Y su número se suele elevar hasta los 35 miembros en las giras por su país, incluyendo un ‘banana dancer’ (¿?), un pintor y un VideoJockey.
Cualquiera de sus vídeos (muy recomendables sus actuaciones en Inglaterra o el festival Fuji) da cuenta de la festiva majadería que manejan estos japoneses.
Free Jazz, el sonido improvisado de Shibusa Shirazu Orchestra
Etiquetados como ‘free-fazz’, tienen más de lo primero que de lo segundo, dado que improvisan buena parte de sus piezas. Un batido vitaminado en el que se degusta el rock guitarrero, el pop, el ska, el punk, la new wave, el rap, elementos tradicionales de su país, el cabaret y los viajes de Ornette Coleman y la Art Ensemble of Chicago. Como una suerte de charanga underground bañada en ácido melódico.
Todo viene marcado por el carácter arty del nacimiento de la banda nipona. Se formaron en 1998 para ponerle música, movimiento y chifladura a una obra de teatro experimental. Admitieron a todos los que se presentaron a la prueba de acceso. Y como les gustó la idea, decidieron tirar para adelante.
Su alma mater es el bajista Daisuke Fuwa. El maestro de ceremonias sobre el escenario. La persona que quita toda traba posible a la expresión de los actores. «En el festival de Glastonbury del 2002 contábamos con un coreógrafo que ordenaba las canciones y los desplazamientos de los integrantes. Pero vimos que tanto corsé limitaba nuestra expresividad, así que abandonó el grupo».
¿Convertirán los Shibusa Shirazu la Zurriola en un lugar de trance?
¿Será la playa de Donostia un lugar que les tranquilice, o la noche de arena y fiesta insuflará más energía a esta pandilla de músicos libertinos? «No tengo una respuesta para esa pregunta. Todo depende del día, del momento, el lugar. A ver por qué lado tira ese día la batuta. Seguro que irá entonada, porque estamos muy emocionados por tocar después de Patti Smith. Y seguro que la audiencia europea también aporta lo suyo. Sois únicos a la hora de expresaros, y eso nos encanta. Los japoneses lo celebramos todo de manera más individual, pero en vuestro continente la algarabía suele ser colectiva».
Les tanteamos por una cuestión que colea por internet, la cual que afirma que no han tocado más veces en EEUU por las restrictivas leyes anti-tabaco. El líder niega la mayor. «No es cierto. Japón y gran parte de Europa también las tiene, y viajamos encantados. Si se puede fumar, lo haré gustoso. Si no, no pasa nada». Miguel Martín, el director de nuestro Jazzaldia, ha explicado en su blog que por ese lado pueden respirar –humo- tranquilos: «Si para el hecho artístico el músico considera que es indispensable encender un cigarro, nuestros escenarios están provistos de todas las medidas de seguridad necesarias para que ello sea posible, respetando la legislación vigente».
‘Shibu-Yotabi, el recopilatorio de los 20 años de Shibusa Shirazu Orchestra
Su último CD se titula ‘Shibu-Yotabi’ y celebra los 20 años de existencia. Recoge algunas de sus más famosas composiciones hasta ahora solo disfrutadas en vivo. «Muchos de nuestros trabajos se han grabado en directo. Es algo normal, no hay más que vernos, somos una formación que ha nacido para actuar, que explota en sus conciertos. Pero este álbum ha sido grabado con más tranquilidad. Es el que más tiempo nos ha llevado registrar. Y ha sido una experiencia muy disfrutada por todos nosotros».
Sé el primero en comentar