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Soldadito rockero

El plato fuerte del festival itinerante Kultur trajo a la explanada exterior de Ficoba las actuaciones de La Cabra Mecánica y Fito & Fitipaldis.

Las chivas de Miguel Angel Hernando ‘Lichis’ andan despidiéndose de los escenarios tras 15 años de vida creativa. Hasta que llegue el portazo final, sus integrantes seguirán haciendo de sus actuaciones una buena parranda. O ‘Del mundo una verbena’, como cantan en su tema ‘La fábula del Hombre Lobo y la Mujer Pantera’.

Su menú presenta rock a lo Rodriguez (o Barricada cuando se pone áspero), rumbita latina, gotas del Bob Dylan más animado y las cadencias de Manu Chao. Con una divertida cuenta atrás que homenajeaba a la estrella de la noche se despidieron de Irun, y quien sabe si de Gipuzkoa entera.

Tras ellos llegó el vendaval bilbaíno: Tras una entradilla de dibujos animados, Fito y los suyos pisaron el escenario disparando buena parte de su artillería pesada: ‘Antes de que cuente diez’, ‘Un buen castigo’, ‘Sabes que soñaré’, ‘Por la boca vive el pez’ o ese ‘Viene y va’ cuyo saxo nos recordaba los mejores surcos de Bruce Springsteen.

Es una obviedad destacar a la banda que acompaña al bilbaíno, aunque el guitarrista Carlos Raya y el teclista Joserra Senperena merezcan estar un peldaño por encima del resto. Todos juntos alejan de un plumazo la idea de homogeneidad de las canciones de Fito, haciendo que las dos horas y media de concierto se pasen en un periquete. Los músicos – y un trabajo escénico espectacular que sabe huir de artificios- saben conjugar unos temas más pausados a lo Dire Straits (‘Me equivocaría otra vez’) con los mil y un ejemplos que nos ha dejado el rock, el blues y el r&b más clásico, auténticos cimientos de la oferta Fitipaldi.

[El autor de la foto es El Humilde Fotero del Pánico]

Publicado enCríticas de conciertos

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