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Coque Malla: Rock coqueto

Dicen que la música es un arte ajeno a los emplazamientos. Poco importa que escuches una canción en el autobús, en la tranquilidad de casa. Pero, ay amigo, el emplazamiento gana peso a la hora de ver la música en movimiento.No es lo mismo ver al Conjunto Barroco en el cumpleaños de tu sobrino, o a un combo pop-rockero en el Auditorio local.

Y esa sensación fue la que tuvimos en la actuación que Coque Malla dió en la donostiarra discoteca Bataplán, a la que nada hay que objetar por la iniciativa. El cantante madrileño vino en formato acústico, con sólo un guitarrista de apoyo. Y esas formas son de garito pequeño, con escenario en un altillo y la gente echándote el humo a la cara.

Recuperando el look y las formas de Nikki Sudden, ese aire glam en vestires y cantares, el dúo empezó y acabó clásico. Mucho Rolling Stones y Beatles. Y algo de David Bowie y Bob Dylan. Ingredientes del lado más canalla de este ‘Ronaldhino’, el menudo cantante de aquella formación exitosa denominada Los Ronaldos.

La zona media de la actuación presentó el lado más meloso de Malla, ahora popular gracias a la sintonía televisiva de la empresa del tornillo de nombre imposible. El resto de multinacionales pueden dormir tranquilas. Buena parte de los temas de esta sección pueden acompañar las próximas campañas de compañías aéreas, eléctricas o de moda femenina. Canciones bastante bonitas (si exceptuamos esa ranchera a lo Joaquín Sabina) de enamorado-despechado en el sofa de casa, de autor ensoñador, de romántico cabreado.

Así, entre el Coque rockero y el Coque solidario, llegamos a la hora de actuación sin bises, deseando que la próxima muesca en nuestros encuentros se realice en locales más ‘Coquetos’.

Publicado enCríticas de conciertos

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