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Yosigo: «Un buen fotógrafo no te deja indiferente, siempre te sorprende»

Ya estoy escuchando las mentes de los lectores: «Vaya tontería. Otra tanda de postales turísticas tópicas y típicas», pensará alguno de ustedes antes siquiera de ver las reproducciones que contiene este artículo.

Ojalá fuera ese el futuro de la treintena larga de instantáneas que el donostiarra José Javier Serrano (nombre verdadero del autor) ha recopilado de su vasta colección para presentarlas en el museo de la capital guipuzcoana.

Porque aunque sea fácil reconocer ese trocito de arena, esa costa perfilada o esa visión marina, su particular visión y su forma de tratar digitalmente las imágenes le convierten en un autor único.

Estampas de colores blandos, trabajados para que parezcan rescatados del viejo baúl familiar, con las personas casi siempre en un segundo plano y mucho espacio, lo cual potencia la insignificancia humana.

Los suyos son magnéticos retratos de una costa conocida pero extrañamente retratada, repleta de soledad y tonos fríos. Grabados digitales que reciben cientos de visitas diarias en el perfil que el autor posee en la página web Flickr (flickr.com/yosigo) y que comienzan a exponerse en lugares cada vez más amplios y relevantes.

– ¿Cómo pondera ese éxito de internet?
– Ese éxito es un poco artificial. Pero no te voy a engañar, estoy encantado de cómo me van las cosas en los mundos virtuales. Las fotos han gustado y eso me ha abierto muchas puertas.
– No todas locales o nacionales.
– Así es. He podido colarme en revistas japonesas o norteamericanas y publicaciones virtuales como MolokoMag o Issue.
– Y ahora se presenta en el Aquarium donostiarra.– Sí, las fotos de Kresala forman parte de una serie en la que he trabajado los últimos dos veranos, intentado retratar situaciones cotidianas veraniegas de la costa vasca. La mayoría de ellas se pueden ver ya en internet, aunque también guardo detalles exclusivos para esta muestra de entrada gratuita todas las tardes de verano. Por la mañana se podrá acceder a la sala con la entrada habitual del Aquarium.
– ¿Por qué la llamó ‘Kresala’ (salitre, agua de mar en euskera)?
– La idea era que el nombre fuera algo emocional, trabajar sobre un concepto más que sobre algo físico.
– ¿Qué podremos ver en la exposición?
– Son fotografías con la playa y el mar como hilo conductor. El Aquarium me daba total libertad de exponer lo que quisiera, pero me parecía interesante hacer algo que en cierta forma estuviera relacionado con la sala. Gracias al apoyo que me han dado he podido cuidar la producción de las fotos.
– Pero la muestra tiene otros componentes gráficos visibles.
– Editamos también un libro, una especie de catálogo con material especial, que se venderá por unos 15 euros en el propio Aquarium. La exposición me ha dado un motivo para desarrollar un proyecto paralelo a nivel gráfico. Para ello he contado con la colaboración del colectivo donostiarra Primo, con quienes he preparado las tarjetas, pegatinas, flyers, carteles e ilustraciones.
– ¿Qué es para usted el mar?
– Es algo que no he apreciado hasta que, por circunstancias de la vida, he tenido que vivir fuera. Personalmente me transmite paz y libertad. Me atrae mucho que sea un paisaje tan cambiante, unas veces desierto y otras a reventar, el cambio de las mareas, la mar plana o revuelta.
– Es curioso su punto de vista respecto a los humanos retratados: Cuando aparecen se muestran mínimos, lejos de la relevancia que suelen tomar habitualmente.
– Para mí son parte del paisaje, actores secundarios.
– Destaca en su obra el juego con las rectas y los planos.
– Tengo ciertos hábitos heredados del diseño a la hora de componer, como la preferencia por el orden y la simetría. Me gusta las cosas sencillas y limpias, que mis obras respiren y tengan mucho espacio.
– ¿Cómo es Donostia para Yosigo?
-Siempre he afirmado que es la ciudad más bonita del mundo. Lo que para otros son defectos para mí son virtudes y al revés. Yo intento retratarla como es, en invierno fría y gris, y en verano abarrotada de gente. Sin duda alguna, me quedo con mi Donostia fría y gris.
– ¿Qué es para usted un fotógrafo?
– Es una persona que se gana la vida haciendo fotos. Un buen fotógrafo es aquel que consigue que te quedes mirando su trabajo, que te sorprende, que no te deja indiferente.
– ¿Qué busca con el retoque digital?
– Es un laboratorio sin romanticismos, más frío pero más eficaz. Me permite conseguir tonos a mi gusto, jugar con la luz. Acercarme a acabados concretos que me resultan interesantes. Pero intento que la informática sea cada vez menos importante en el proceso, buscando el resultado final desde la propia instantánea. Inspirándome en los acabados de los autores analógicos que admiro.
– Como por ejemplo…
– Los artistas que más me han marcado son Stephen Shore, Bialobrzeski y Burtynsky. Las fotos de Xabier Rivas me enseñaron a mirar de otra forma y Bernd y Hilla Becher me enseñaron a pensar apoyándome en otros puntos.
– ¿La economía y proliferación de cámaras digitales va a traer más fotógrafos, o esa democratización bajará el nivel artístico?
– La proliferación ha conseguido atraer mucha gente a este mundo, hacerlo más interesante y cercano. No tiene nada de malo que haya mucha gente salseando con sus cámaras. Pero, como en el resto de ámbitos de la vida, la gente que tiene talento es la que sale adelante.

Publicado enEntrevistas

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