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Semana Grande 2008: Microcosmos festivo

Existen diferentes formas de darse cuenta de que uno ya es viejo. Se empieza por un “perdone señor” cuando en un autobús una veinteañera te pide paso para ocupar el asiento contiguo. La percepción aumenta cuando en una semana de fiestas uno aguanta menos asaltos nocturnos que antaño. El sello definitivo te lo ponen cuando te mandan a hacer la crónica de las Terrazas del Kursaal. Echas un vistazo a tu alrededor y ves cómo la chavalería que abarrota el lugar te mira desubicándote, pensando que perteneces a alguna facción secreta de vigilancia ciudadana o paterna.

El espacio festivo terrazero cuenta con dos zonas diferenciadas. En la explanada inferior la noche de la víspera de la Virgen tuvo las sonoridades propuestas por Olga Grande, curtida DJ de Los 40 Principales que ofreció un buen rato de temas tecno. Con un volumen burguesmente bajo que hacía que las charletas se impusieran a las músicas, la discoteca acabó siendo claro ejemplo del microcosmos juvenil.

Hay jóvenes a los que la moda mínima les va al pelo y otros que se deben embutir en esas mismas tallas, gentes desvergonzadas que pasean bolsas de la compra (parece un centro comercial el primer sábado del mes), ligoteos visuales entre grupos de adolescentes peinados con fijador cementero, saludos de efusividad disparada, saltos y bailes ante la emisión de canciones conocidas, jarras verdes que se vacían a velocidad endiablada sea cual sea su contenido.

Hasta elementos, muy pocos, que de manera ocasional no saben canalizar su energía y acaban a mamporros. No se me asusten los padres lectores de este texto. Las terrazas festivas tan solo son un ejemplo de todo lo bueno y lo malo de nuestra sociedad, pero concentrado en unos pocos metros cuadrados.

La zona superior se muestra algo más tranquila. El sonido hiphopero de la Urban Party Revolution del DJ Dog Child anima la carpa ubicada tras el cubo pequeño. Pocos asistentes se entregan al movimiento sexy y muchos a la sonrisa a distancia. Guardamos la placa, damos aviso a la central y volvemos a casa a realizar el informe.

Publicado enCríticas de conciertosReportajes

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