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Alex Ubago, Mikel Erentxun y LODVG, en el 30 aniversario del Peine del Viento

Autor: El humilde Fotero del Pánico
Autor: El Humilde Fotero del Pánico

Comenzaban las festividades de esta inauguración algo retrasada con uno de los mejores ejercicios de donostiarrismo jamás imaginado.

Por una parte se encontraba el emplazamiento homenajeado, único en el mundo, la postal más adorada de nuestra capital guipuzcoana. Y por otro, la selección de músicos que amenizó la velada. Artistas que aunaban los genes locales y las elevadas ventas de discos: Amaia Montero (La Oreja de Van Gogh), Txetxo Bengoetxea, Alex Ubago y Mikel Erentxun.

Todos ellos tuvieron momentos de recuerdo y emoción para con el lugar y su autor en la hora larga de concierto. Txetxo Bengoetxea, el encargado de romper el fuego actuante, empezó con suavidad sobre el piano, ejecutando un par de canciones inspiradas en el propio Peine del Viento.

La posterior inclusión de la banda de acompañamiento que completaría las distintas formaciones (con muchos miembros habituales del grupo de Erentxun) demostró que los temas del antiguotarra son tanto o más radiables que muchas de las composiciones que inundan las ondas.

Alex Ubago arrancó su turno tirando de viejos éxitos, haciendo las delicias del sector más juvenil que se agolpaba sobre las primeras filas. Dulce hasta la caramelización, contó con la ayuda de Amaia Montero en «Sin miedo a nada» y del antiguo miembro de Duncan Dhu en la tonada «Esos ojos negros».

Tras un recuerdo a su familiar aventado en aquel mismo lugar, el donostiarra presentó algunas de sus composiciones más modernas. Melodías que siguen la linea personal y enamoradiza habitual.

La velada, bien protegida con vallas de seguridad por todo el perímetro y mucha gente echándole un ojo a esa pantalla que todo lo retransmitía (no descarten un DVD posterior), se cerró con la actuación de Mikel Erentxun.

Muy cómodo sobre el idílico escenario, el autor capitalino se dejó de canciones añejas ya muy aplaudidas y centró su lista en las composiciones de su último CD. Un trabajo que es rockero y que en concierto sonó más potente aún tras las dulzuras previas.

Su acompañante puntual a las voces en este constante cambio de cromos fue Amaia Montero, llegando a un fin de fiesta que no por esperado o tópico fue menos gozado, con los cuatro actores principales interpretando el archiconocido tema de «Cien Gaviotas». Fue un bonito y emocionante arranque de festividades.

Publicado enCríticas de conciertos

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