Saltar al contenido

Zinemaldia: Nadie me enseñó a bailar

Vaya por delante que “la noche me confunde”, como diría el cubano Dinio. Una idea que Mitxel Ezkiaga ya recogía, en plural, en uno de sus artículos del fin de semana para este especial del Zinemaldia.

El otro día, sin ir más lejos, una bella periodista se acercó algo nerviosa a este juntaletras para preguntarme si yo era Víctor García León, el director de “Vete de mí”. Declinamos la invitación al sencillo flirteo y le indicamos que las únicas cámaras cuyo funcionamiento conocemos son las frigoríficas.

A nosotros también se nos embrujan las palabras por la noche, y colocamos en nuestros textos personajes inexistentes. Como cuando afirmamos que Gonzalo Miró se encontraba en Donostia con Cayetana Martínez de Irujo. Obviamente, la compañera de paseos nocturnos del hijo de la Miró era Eugenia, su actual pareja.

Y casi nos confundimos todos la noche del domingo con la fiesta de presentación de “Bosque de Sombras”, la primera película del vizcaíno Koldo Serra. Primero pensamos que era en Bataplán Disco, pero lo que allí se celebraba era en convite oficial de la productora. La verdadera parranda de la película se desarrolló más tarde, en el bar Be Bop.

Camino del primero de los pasos nos topamos con Fran Perea y su representante Paloma María, algo asustados con el precio de los cafés en el Hotel Maria Cristina. El actor y cantante presentaba ayer la gala de la Andalucía Film Commission. Y en honor a la verdad, hay que decir que Perea es tan simpático como sencillo y amable.

Ya en la discoteca, Koldo Serra departía con el equipo de su película y el autobús de bilbaínos presentes en la fiesta: El televisivo Klaudio Landa se refrescaba en la balconada mientras Antonio Zabálburu, el “médico” de “Hospital Central” y actor en películas como “África” o “La Marcha Verde”, demostraba que con ese apellido tan del “botxo” la asistencia era casi obligada.

Diego Galán, el antiguo director del festival, se acercaba a la barra repleta de gente. Y siempre es una alegría toparse con Álvaro Fuentes, el bajista de La Oreja de Van Gogh, quien aprovechaba una parada en su interminable gira para recuperar esa vida social que tanto echa de menos.

Tras la celebración “oficial”, dirigimos nuestros pasos a la abarrotada fiesta privada que se desarrollaba en el Be Bop de la plena Parte Vieja donostiarra. DJ Mimoloco (Borja Serra, hermano del homenajeado) y Borja Crespo (dibujante de cómics, director de cortometrajes y colaborador de nuestro Dvorame, entre otras cosas) ponían una música muy atractiva, con mucho “clásico básico” de los años 80 y 90 del siglo pasado.

Unos sonidos que nos sirvieron para disfrutar de las desconocidas capacidades danzarinas de Nacho Vigalondo. Con un estilo elegante y espectacular, le auguramos un futuro prometedor en el “Mira quien baila” de Anne Igartiburu si su futuro debut largo, “Los Crono Crímenes”, no recibe la atención que merece en taquilla.

Cerca del santanderino, el director Cristóbal Braun nos hablaba de su película de 26 minutos “El regalo de Zapura”. Porque ustedes ya saben que a finales de esta semana hay una sesión con algunos de los mejores cortometrajes del año en el Zinemaldia ¿no?. La sinopsis de la obra de Braun, con militares y balones perdidos, nos puso los dientes largos.

Jimmy Barnatán, el “Chuky” de “Los Serrano”, compartía pista de baile con un par de torres del Guipúzcoa Basket que le pegaban al refresco. A su lado, personajes de la farándula vizcaína como Francis Diez, del grupo musical “Doctor Deseo”, y el artista-polemista Mikel Clemente le daban a la sin hueso entre decenas de modernetes locales y foráneos. Entre tanta gafapasta es difícil distinguir regionalidades. Y no olviden que la noche nos confunde…

Publicado enReportajes

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *