Saltar al contenido

Mes: julio 2006

Pinbol: Oasis costero

¿Recuerdan aquellos “sobres sorpresa” rellenos de chucherías y juguetes? Corrías a la tienda a por ellos, y ya el hecho de abrirlos era un gozo en sí mismo. Siempre encontrabas, bajo el envoltorio, algo con lo que disfrutar.

La costera villa de Hondarribia es nuestro cajón musical de “sobres sorpresa”. Porque algo similar nos ocurre con las referencias que edita el sello autogestionado local Psilocibyna, casa que publica los discos de sus asociados. Unos trabajos que hasta la sexta referencia, la de estos Pinbol que hoy entrevistamos, siempre han sido tan heterogéneos como gozosos.

La bolsa de hoy, el segundo de los discos del grupo Pinbol tras su debut para Sixwasnine Records, también nos ha pillado a contrapié. Pensábamos que con ese nombre sacado de una canción de Primus los sonidos serían cortantes y con una montaña rusa de voces.

Pero la portada nos pone sobre aviso. No hay ninguna letra escrita. Tan sólo una foto tomada en un vuelo a Budapest que recuerda a las portadas de discos como el “Amplifier” de Jet Lag. Que vais a despistar a los compradores, amigos. Santiago, el batería y nuestro enlace en Pinbol para la entrevista, se defiende. “Creo que en el diseño de los álbumes se abusa de información no necesaria. No creo que la ausencia de texto sea un problema a la hora de vender. ¡Nuestro nombre no vende discos, todavía!”.

Aunque éste CD sí que tiene título: “I Want To Believe”. ¿No era eso lo que decía el protagonista de la serie “Expediente X”? “¡Acertaste! Es un lema sacado de un movimiento que hubo en los Estados Unidos a raíz de la fascinación por los extraterrestres. Querían creer en su existencia. En nuestro caso es más una idea poética que defiende combatir la desilusión”.

En el interior del disco se puede ver el resultado de un vuelo de diez años. Un trayecto pausado, con numerosos cambios en la tripulación que en esta toma de tierra nos ha dejado un exquisito disco de tranquilos aires country-folk, polvoriento y terso. “Al principio buscábamos salirnos de lo establecido. Era una banda más cercana al formato de jazz, pero sin practicar esta música. Con la edad y la influencia de los nuevos componentes el grupo ha ido serenándose hasta lo que ahora es”.

Una formación que en la actualidad ocupan Iñigo “Txin” Leoz (guitarra), Igor Obeso (bajo y voz), Carlos Noain (rodhes, clarinete) y Santiago Noain (batería y coros).

Juntos han construido un trabajo de ritmos lentos y de concepción clásica. Sonidos pulcros y con detalles, muy mimados. Como si a Nick Cave le hubiera dado una insolación, como si Mark Lanegan se recluyera con una banda tipo Codeine. “Puede ser, aunque no nos gusta opinar sobre lo que hacemos, ni justificarnos. Pero no ibas mal”.

Algún periodista modernete hubiera corrido raudo a inventarse la etiqueta de Euskountry y meter a Pinbol en el saco, junto con los irundarras Amodio o los vizcaínos Audience. No les negaremos puntos en común. Son libertinas bandas tan rock como folk, alejadas de lo convencional, con la vista puesta en los EEUU más arriesgados. “Los grupos que nombras nos encantan, pero no creo que tengamos muchos hermanos por la zona en cuestiones musicales”.

Volviendo a los gustos, también nos parece obvio el arranque David Bowie del disco o algún ramalazo pop como en la canción “3”. “Sigues bien encaminado”, nos chiva Santiago, que defiende la velocidad de crucero de su nuevo trabajo. “Las canciones no tienen demasiados sobresaltos: El lab-dap, el sonido del corazón, setenta BPM en reposo. Todo gira un poco en torno a este ritmo”.

Las letras van cantadas en inglés, algo irrelevante en la historia de la banda. “Hemos cantado en castellano, italiano, francés, falso portugués, incluso falso alemán. Nos gusta la sonoridad de los idiomas”.

Unas vocales y consonantes que defienden la libertad de soñar. “Hay una idea muy presente sobre el disfrute, sobre la libertad de poder escapar, de dejar ventanas y caminos abiertos, un sentido algo epicúreo de la vida”.

El disco se ha grabado con los dos elementos más activos de nuestras tierras: el productor Karlos Osinaga y el estudio del gaztetxe de Bonberenea. “A ambos les estamos más que agradecidos. Karlos nos entendió bien, queríamos grabar en directo, todos juntos para sentir el pulso del grupo. Y en Bonberenea hemos pasado unos días increíbles”.

Del aéreo CD se han editado 500 copias que se distribuyen de aquella manera. “Por ahora está en Anti-librería de Bilbo, Bloody Mary de Irun, y en el Hontza y el Etxebe de Hondarribi. Creo que también en el Eguzki de Tolosa”. Y tampoco los podrás ver en concierto allá donde desees. “Nuestro teclista se va a Rótterdam a seguir su carrera de músico y tenemos que recomponernos. No os asustéis, nunca nos han preocupado los cambios”.

Alejandro Loïc: “El contenido de mi muestra sería una traslación de lo que pasa en mi vida y en el mundo”

La última página de este suplemento se abre al mundo. Si la semana pasada presentábamos la muestra donostiarra del cubano Gustavo Diaz de Sosa, hoy cedemos el espacio al francés Loïc Alejandro (Avignon, 1976). Autor que cuelga sus lienzos en la donostiarra Galería Drum, situada en la calle General Echagüe, hasta el 9 de Septiembre.

No se fíen de la nomenclatura del artista. Nosotros también pensamos que Alejandro era su nombre y que la diéresis venía del otro lado de la muga. ”Soy francés (y también norteamericano, tengo la doble nacionalidad), pero mi apellido viene de un pueblo cerca de Salamanca en el que hay muchos Alejandros”.

La doble nacionalidad no es extraña en unas venas por las que corren sangre griega, francesa, americana y salmantina. Quizás por esa variedad parezca normal que, con apenas 22 años, el señor Alejandro se embarcara en una vuelta al mundo ideada aquí mismito.

La idea la tuve en Donostia, con un par de amigos. Nos propusimos patearnos el globo visitando escuelas infantiles, para más tarde enseñar a los niños de Francia algunos ejemplos de cómo puede ser una escuela primaria. La finalidad era y es la de proporcionar documentos gratuitos a profesores que necesitan material para crear una actividad pedagógica. Hicimos montajes de videos, dimos conferencias y creamos un sitio web: http://www.poigneesdemonde.org.”.

Este culo inquieto conoció nuestra capital tras una estancia de Erasmus y el destino (laboral, es ingeniero informático) parece haberle dejado un tiempo por nuestras calles y tabernas. “No se cuanto tiempo me quedaré en Donostia. No soy hombre de pasar un año aquí y un año allá. Me gusta entrar en la sociedad donde vivo, pasear por la calle, encontrarme con los amigos. De momento estoy muy a gusto”.

Tan a gusto está que su análisis sobre nuestra ciudad cultural no admite mucha réplica. “Yo le veo dos caras culturales. Una con algunas palabras claves: Teatro, kursaal, ciudad rica, grandes familias, refinada. Y otro lado agruparía términos como underground, hiphop o skate. En ésta última parte se me cae la cara de vergüenza. Aunque hay excepciones como Drum o el Guardetxe de Donostia. Y no oigo hablar de proyectos artísticos colectivos. Es difícil mover a la gente porque para hacer algo de forma colectiva hay que comprometerse. Y la gente no quiere compromiso. Aquí cada uno tira por su lado”.

Las láminas de su exposición, agrupadas bajo el factible título de “Diario gráfico” porque el autor nunca pensó en darles un nombre, son una amalgama de trazos ordenados bajo un prisma personal.

Una especie de cómic que agrupa en sus viñetas algunos de los acontecimientos más relevantes en la vida del artista. “Sólo pienso en cómo voy a traducir lo que quiero expresar o cómo voy a copiar y reestructurar la foto de ese acontecimiento que me marcó. El contenido de mi muestra, dibujos y letras sin aparente hilo conductor, sería una traslación de lo que pasa en mi vida y en el mundo”.

Sobre un papel blanco de 30 x 42 centímetros y con tinta china negra como elemento trazador (“Quizás cambie de sistema. Trabajar con tinta no me permite realizar detalles realmente finos”), las láminas que componen su exposición en Drum son barrocas por voluntad propia.” Me gustan las cosas que denotan un arduo trabajo. Las obras donde ves algo nuevo cada vez que las miras, con cosas escondidas, con diferentes niveles de lectura”.

17 son los lienzos colgados en esta muestra, “uno por cada mes comprendido entre enero del 2005 y Mayo del 2006. Hay algunos especiales. El de octubre del año pasado, por ejemplo, lo elaboré exclusivamente con texto. Y el de abril del 2005 tiene una cara inmensa del Papa Juan Pablo II. O el que dio paso a esta recopilación, el realizado para mi sobrina Lorine. En ése escondo las letras de su nombre entre la gran mezcla de elementos presentes

Los cuadros originales volverán a casa del dueño una vez acabada la muestra, a principios de septiembre. Aunque promete copias numeradas en cartón pluma para quien lo desee.

Mientras, su cabeza sigue cociendo planes. Quiere realizar un proyecto de sonido e imagen con la colaboración de algún fotógrafo y continuar alimentando y mejorando la web del proyecto educativo. “Y seguiré viajando por el mundo. Sin dejar de dibujar. Ha calado tanto que sentiría un vacío enorme si paro de hacer un lienzo al mes”.

Concurso Pop-Rock 2006: los sonidos semifinalistas

I-Mous: Dueto de Urnieta. Rock urbanita cantado en castellano, con temática amoroso-romántica y fondos digitales en los que la voz muy Doctor Deseo que tiene poco espacio de descanso. Caen con facilidad hacia el pop, en ocasiones baladístico, en su demo. Contacto: imous@euskalnet.net

Zeren Zai: Quinteto popero donostiarra que se expresa en la lengua regulada por Euskaltzaindia. Sus temas destacan por la sencillez de su propuesta, su frescura y el alejamiento de las más típicas formas melódicas vascas. Contacto: zerenzai@zerenzai.tk

Los Expresidentes: Otro dueto castellanoparlante, en este caso de Lasarte. A veces tiran por el lado Rolling Stones/ Neil Young, centrando sus fuerzas en unos bien llevados auges melódicos que recuerdan al rock guitarrero de M-Clan. Contacto: Josemafigueras@euskalnet.net

Thee Brandy Hips: cinco chicos de la capital, anglófilos en las letras, con amplias miras en sus temas. Se cascan un instrumental algo blues, hacen un rock con mucho morro, o tiran por el pop nervioso, saltarín y punk. Contacto: theebrandyhips@hotmail.com

Stand By: Quinteto de Donostia con dominante voz femenina al frente y tocando muchos palos: Soul-blues de cava parisina, pop clásico, rock stoner, funk-rock. Todo mezclado y cantado en inglés. Contacto: garharlax77@hotmail.com

Boggie Van: Lo de estos cuatro mozos de Orereta está bien asentado y pateado por escenarios. Rock duro y pausado, pedregoso en concepto y enérgico en ejecución. La herencia Led Zeppelín (y vástagos) se cuela hasta en el idioma de los temas. Contacto: info@boogievan.tk

Lauroba: La muestra más extensa, con 9 cortes. Su pop euskaldun se eleva en unos estribillos pop-rock muy tarareables, con fondo entrecortado y anglófilo que al final hacia mundos más radiofónicamente manidos. Contacto:

Latitud 43: Antiguos miembros de La Navaja de Occam, los donostiarras cuentan ahora con chica de voz elegante al micro. Pop-soul-funk suave, con rabietas ocasionales y el castellano como guía de sus letras cotidianas. Contacto: latitud_43@hotmail.com

Grises Sueños: Los de Zestoa practican muy bien (y con el mejor sonido de los presentes) el rock europeo tenebroso y gótico, rollete Evanescence o HIM, con mucha melancolía, violines y fieras guitarras. Las letras en castellano no le van a la zaga. Contacto: grisessuenos@hotmail.com

Concurso Pop-Rock 2006: Detalles

Quince años tiene mi amor, cantaban los chicos del Dúo Dinámico. Y quince son los años que lleva en marcha el Concurso Pop-Rock Ciudad De San Sebastián, certamen destinado a dar el primer impulso a los grupos de Guipúzcoa que no hayan editado trabajo discográfico alguno.

32 maquetas en soporte CD (ni una casette, los tiempos se modernizan) se presentaron a la edición del 2006. Demos que sufrieron la primera criba, quedando nueve para la segunda fase: la defensa de las canciones sobre un escenario. Como ven en las fichas, hay estilos musicales para casi todos los gustos.

Los organizadores se llevaron un pequeño susto cuando el Irish Disco de Illumbe, emplazamiento habitual de estas eliminatorias, anunciaba el cierre mes pasado. El local elegido para sustituirlo sigue en la zona. Las semis se celebran este año en el Space Leku, el local antes ocupado por la multinacional hamburguesera MacDonalds.

Tres bandas irán pasando cada viernes, desde hoy hasta el 28 de julio, por su iluminado y sonorizado tablado. Su objetivo no es otro que colarse en la gran final, ésa que se celebra el primer Domingo de Semana Grande (13 de Agosto) en el escenario urbano de Reyes Católicos, en la trasera de la donostiarra Catedral del Buen Pastor.

Allá, el trío de finalistas peleará por los jugosos premios en liza: 900 euros para el tercero, 1500 se llevan los chicos de plata y grabación de un disco y 500 copias promocionales del mismo los que se aúpen a lo más alto del cajón. ¡Mucha suerte a todos!