Maitenia. La felicidad era esto

A veces todo es tan bonito como parece.

Una foto publicada por Giorgio Belushi (@giorgio_bassmaclick) el

Al acabar el concierto me han dado ganas de volver a coger la guitarra y hacer canciones”. Cuantas veces he pensado eso, y dicho a veces, tras escuchar un disco nuevo, una canción o un concierto de una de las 5 bandas que me emocionan día sí y día también.

El Domingo me tocó encajarla. Porque no es facil que lo que para mí es el mejor ejemplo de transmisión de energía, de contagio de ímpetu, de felicidad canalizada hacia cantos o rasgados propios se convierta en una oración dirigida a mis artes nobles y simples. Y lo mejor de todo es que no fue lo mejor de todo.

Mejor fue pasar al otro lado, a Ziburu, a escasos 40 minutos de casa, y disfrutar de su belleza y sus paseos. Lo mejor fue comerse unas ostras a un euro la pieza. Lo mejor fue callejear y acercarnos a mercadillos. Lo mejor fue disfrutar del precioso euskera que manejan por allá. Lo mejor fue conocer que puede haber lugares (Alaitasuna) que pueden ser cuquis sin tener que hacerte el test de hipoglucemia al entrar. Lo mejor fue que todo sucedió un domingo, día habitualmente tirado.

Lo mejor de lo más mejor fue conocer el Maitenia. Su historia, su cariño, su elegancia, su atencion, su cercanía, su felicidad. Lo mejor fue conocer a su gestor, vivaracho promotor que se desvive por el autor y al que le tienden un puente poco habitual (cantar en castellano en Iparralde vendría a ser como sacar 5 y el complementario en la Lotería Primitiva).

Lo mejor fue no hablar mucho, porque los que hablan contigo tienen cosas más interesantes que contarte. Lo mejor fue escuchar. Lo mejor fue, y suele serlo a este nivel, conocer a la gente. Su apuesta por la cultura, con mayúsculas y defendiendo a los minúsculos (me valgo como ejemplo). Su vitalidad frente a los retos. Sus interesantes palabras.

Él sí que da ganas de “volver a coger la guitarra y hacer cosas”. Por ellos, por gente como ellos, porque siga habiendo gente como ellos, quiero seguir haciendo las cosas que hago y como las hago. Por eso iremos cualquier domingo de nuevo a Maitenia. O una vez cada poco. Directamente a saludar, visitar, apoyar o animar con nuestras cervezas y sonrisas. A escuchar conciertos o tomarnos esas tapas de deliciosos productos de la zona. Por eso tocaré allí cada vez que lo deseen, mismo me da que reinagurando el WC o porque han cambiado el geranio de la entrada.

PD: Lo justo, lo ideal, lo esperado y lo correcto sería haber escrito toda esta entrada en euskera. Pero entonces no íbais a conocer las maravillas de Maitenia. Y os íbais a arrepentir.

 
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Acerca del autor

Giorgio Bassmatti