Esbozo para canción: «Max, Max, Máximo»

Se me va a pasar el arroz, nunca mejor dicho, porque llevo desde que saltó el escándalo a vueltas con esta letra para una canción y no encuentro tiempo para ponerle música.

Lo que si me imagino es un arranque fusilado de la musica acelerada de fondo de los dibujos animados de La Pantera Rosa (eran los creditos finales, creo), y luego el resto, que no se ni por donde irá pero que tendrá coros femeninos negroides/Pipettes.

Letra del tema «Max, Max, Máximo», tras el salto

En un apartamento lujoso situado al sur de londres
Se enciende una videocámara y un cliente doblegado
Cinco bellas señoritas de elevados billetajes
Esperan impacientes el estreno del pasaje.

¿A que jugamos hoy señor, a conducir o dejarse llevar?

Hoy honraremos a papa y sus ilustres amistades
Con estas cruces tan torcidas y camisas azabaches
Haré de comandante de un campo de concentración
El mismo sitio en el que Goebbles a mis padres esposó.

Estribillo

Maxima alegría en la fiesta del dolor
Máxima sonrisa cuando toque inclinación
Máxima concentración en los golpes de timón
Vosotras iréis de presas y os bañare en ziklon

Ah no, señor eso no, no, no, no
Nada de laca en esta sesión

Levantando el meñique demuestra su alta distinción
La misma que le permite comprar ropa de importación
En los viajes a través del mundo que hace tras los coches
en donde se compra cámaras de extensos minutajes

¿A que jugamos hoy, señor, a conducir o dejarse llevar?

Ahora me subo al potro, atadme que me caigo
Y chillame un poco que ando con un oído tapado
Probemos esa nueva técnica de adelgazamiento
Que dicen es muy empleada en los modernos alojamientos.

La fiesta fue gloriosa y al final para celebrarlo
Ellas tomaron vino y el sorbió un the

¿Qué?

Ellas tomaron vino y el sorbió un the

Maxima alegría en la fiesta del dolor
Máxima sonrisa cuando toque inclinación
Máxima concentración en los golpes de timón
Vosotras iréis de presas y os bañare en ziklon

Ah no, señor eso no, no, no, no
Nada de laca en esta sesión

Acerca del autor

Giorgio Bassmatti