El chico callejero

Owly ImagesDa gusto encontrarse con gente tan alocada como tú. O Más. Los terremotos vitales que gestionan del Dock Of The Bay y las rectoras de la SADE donostiarra acogieron encantadas – quien sabe si por no saber lo que estaban comprando- mi propuesta de despedir al bueno de Rodri (cuatro meses en cartel dan para confianzas) con una fiesta especial.

Una francachela que se celebró el pasado sábado en el Corner del propio cine. Barra de mojitos deliciosa, expositor de la rica cerveza local Gross, y a cambio de 6 euros de, visionado de la peli y consumición gratis. Y concierto. A mi cargo. De canciones de Sixto Rodríguez. La camisa roja con chorreras me convirtió, durante media hora larga, en Camilo Sixto. Y allá que nos lanzamos.

Bajo la tenue y práctica luz de esa lámpara que se ha convertido en un clásico de los conciertos celebrados en el Trueba, en la plaza y mirando hacia el bar, disparamos nuestras versiones libres/libertinas/divertidas del autor norteamericano con la falta de vergüenza habitual. Y muchísima gente presente.

Sonaron las esperadas “Sugar Man” y “I Wonder”. Y también “Forget It”, “Halfway up the stairs”, “Pensando en tí” (castellanización desvergonzada y ligeramente ManuelAlejándrica de “I Think Of You”), “Jane S. Piddy”, “Like Janis” y “Street Boy”. Yo me lo pasé rebien, y la gente me transmitió la misma idea. Así que todos encantados.

Acerca del autor

Giorgio Bassmatti