La oficina 2016 (como suena, ni que fuera un edificio de «Brazil«) nos invitó a participar en el brainstorming creativo que debía concretar la idea-motor y las ideas paralelas que deben, por una parte, sintetizar el sentir popular y por otro, aglutinar la idea del proyecto a presentar para la candidatura de Donostia San Sebastian para capital europea de la cultura en 2016. Tela.
Quienes deseen saber lo que allí se habló deberán esperar unos días (parece que pocos) para que las voces gestoras lo hagan público. No somos quien para romper un proceso de trabajo que aún está cociéndose a fuego lento y cuya reunión, abierta y plural en ideas con muchos puntos en común, fue muy esperanzadora.
Pero sí que aprovecharemos nuestra pequeña atalaya con vistas al mundo para expresar algunos puntos que, a nuestro entender, no deberían olvidarse a la hora de intentar hacer un 2016 primero nuestro y luego, de todos.
Lo primero de todo, felicitar muy efusivamente el trabajo previo de la oficina comandada por Edorta Azpiazu. Su foto con 800 ideas ciudadanas recogidas de las decenas de reuniones celebradas con asociaciones y grupos activos de nuestra ciudad es una ocasión única para conocer el pulso de la ciudad a niveles de globalidad nunca retratados hasta ahora.
Sin grandes sorpresas ni excelsas novedades positivas o negativas, la polaroid del imaginario urbano ya es todo un éxito (más allá de capitalidades) que debería no quedarse en agua de borrajas si la lucha concursal no consigue auparse con el primer puesto. Debemos/deben reutilizar toda esa información para mejorar nuestro día a día. Eso, más allá de galardones, nos hará mejores.