Aparcamientos libres en tu zona. Haz click aquí

Tragedia es comedia más tiempo. El baile de términos solo es posible en Donostia.

Hace apenas dos años nos secamos las lágrimas de los ojos cuando el jefe de la hostelería local, el único emporio en el que el cliente siempre tiene la culpa, afirmaba sin rubor que “era recomendable que la grúa donostiarra no fuera tan férrea en sus labores, dado que eso no atraía el turismo” (o así).

Pero lo peor que le puede pasar a tus sueños es que se cumplan. Porque…¿Han visto ustedes este año trajín de dicho vehículo con percha por la capital donostiarra? Yo ni uno. Ni uno solo. Cero.

Puede que estén de huelga encubierta, cumpliendo servicios mínimos como los de elevar vehículos para sacar gatitos de sus entrañas. O quizás hayan fundido todos sus ganchos recogedores en pro de un bien mayor, la cercha del Estadio de Anoeta.

Quien sabe, quizás Donostia, además de encabezar el turismo mundial y harta de colocarse en todos los mapas en esa droga moderna del marketing, sea la única ciudad del mundo que ha conseguido civilizar a propios y ajenos haciendo que la grúa sea innecesaria. Ahora todos vienen en bus desde casa, aparcan en los parkings disuasorios, bajan en bici desde San Marcos por esos eternamente inacabados bidegorris, o llegan el pédalo desde Getaria.

Mas hay una pequeña probabilidad que, de manera sutil, el jefe barero haya conseguido lo que soñaba. Con los parkings subterráneos mostrando una ocupación media diaria del 90% hay que buscarles más hueco a los temporales. Y toca subir un piso, a pie de calle.

Quizás por ello el Ayuntamiento ha extendido la orden de que todos los coches del centro puedan aparcar en cualquier otra zona OTA de la ciudad desde el 23 de julio hasta el 21 de agosto por acumulación de actos (Festival de Jazz, Clásica de San Sebastián, Semana Grande). Una solución oficial a las vueltas interminables a las manzanas.

Si en una de esas vueltas a las manzanas, y a ejemplos cercanos me remito, ves un coche extranjero aparcado en una zona OTA, los agentes naranjas les multan sin mover el coche, apoyando su frase con “no te agobies, se ha ampliado la zona de aparcamiento”. Cierto es que pagan las multas, pero no solucionan el problema del conductor local, que ve como el señor turista deja el carro para tomarse un vino mientras toca emitir más Co2 al aire dando vueltas en tu zona. Ojalá un banner-spam de «sitios libres en tu zona». Más de uno haría click con fruición.

En el fondo no pasa nada, no se cae el mundo ni se derrumba Occidente. Pero da rabia ver que el ciudadano local vuelve a perder un partido frente al visitante, amo y señor de cada día más parcelas de la ciudad