Con amañada regularidad

Sobre la situación política española tenía también ideas claras:Este país no tiene remedio, aunque me esté mal el decirlo en mi calidad de extranjero. Existen dos grandes partidos, en el sentido clásico del término, que son el conservador y el liberal, ambos monárquicos y que se turnan con amañada regularidad en el poder

Ninguno de ellos demuestra poseer un programa definido, sino más bien unas características generales vagas. Y aun esas cuatro vaguedades que forman su esqueleto ideológico varían a compás de los acontecimientos y por motivos de oportunidad. Yo diría que se limitan a aportar soluciones concretas a problemas planteados, problemas que, una vez en el gobierno, sofocan sin resolverlos.

Al cabo de unos años o unos meses el viejo problema revienta los remiendos, provoca una crisis de partido y el partido a la sazón relegado sustituye al que sustituyó. Y por la misma causa. No sé de un solo gobierno que haya resuelto un problema serio: siempre caen, pero no les preocupa porque sus sucesores también caerán.

Lepprince en “La verdad sobre el Caso Savolta” de Eduardo Mendoza, obra situada a comienzos del sigo XX.

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