Gari: Kabi Gorria, loreak bezala

¡Qué acogedor es el Kabigorri de Irun!. Una asociación de actividad imparable – miren el letrero de la entrada- que cuenta con un coqueto espacio en la occidental Irun. Tomen el adjetivo geográfico en su acepción “tampoco hay ni Dios por la calle hoy Jueves a las nueve de la noche”.

La razón de nuestra visita, como si hiciera falta una, fue asistir al concierto de Gari. Con una sala bien ocupada, pero con espacios, y una barra caldeada a la hora de servir bocadillos y cervezas. A punto de presentar un disco en nuestra multi vasca (o eso), este vasco de mundo venía con la sola compañía de una guitarra “por primera vez en la vida”, según confesó el autor.

Tampoco le hace falta mucho más. Desperezarse la voz, cosa que consiguió pronto, y ponerse a soltar melodías. Con ese vivir tan adormilado, entre tímido y colocado – hace muchos años que ya no, como recordó en un momento de la noche-, sigue manteniendo un entonar delicioso. Hasta las revisitas a los temas de su cabreada juventud sonaron invernales y cercanos.

Las nuevas composiciones, el “mokordo” de Jon Maia y otra posterior que lo parecía – nueva, no mokordo- pero que nos pareció escuchar canturrear a alguno de los presentes, son muy frescas y algo distintas. Otras suenan más norteamericanas, y también mola. Hubo open mic para algunas peticiones, un final algo desbarrado pero gestionado con flema y mucho peso en la actuación de un cantor que como siga menguando en lo físico va a salir volando un día de estos.

Lo mejor del concierto, tontuelo que es uno: escuchar a una joven zagala afirmar que «este tema es puro Velvet Underground, Lou Reed». Lo era. Me hizo ilusión que aún se atisbe algo de interés.

PD: Lo de «mokordo» mejor contextualizarlo, que no fue nada despectivo. Gari se refería al hecho de que Maia le entregó un texto gigante para una letra, muy del estilo del bertsolari pero complicada de musicar. Para esta canción se quedó con un extracto, que de puro loco era precioso.