Nadie sabe nada sobre los gatos persas

Nuestro escaso paseo por el Zinemaldia donostiarra se cerró con el visionado de la película iraní indie rock de Bahman Ghobadi

Film en perfecto iraní (o persa) subtitulado en euskera para la ocasión y con un promter a medio gas que hacía que el visionado lateral se hiciera dificil. A lo que contribuyó algunas pulsiones más o menos rápidas que hizo que frases del diálogo se intuyeran.

La película es fenomenal por varias cuestiones: Retrata el undergound de la capital de Irán en todo su espectro. Desde el rock a lo Campesinos que pueden ejecutar los dos protagonistas hasta un Hip hop del que echamos en falta la traducción de sus fraseos. Es una pena, pero en muchas películas obvian esa sección. En esta, al menos, hubiera sido enriquecedor.

Por médio hubo algo de música tradicional, heavy metal, rock a lo Delorean y un paseo de un NME. La música (y los usos, como el Top Manta y la estética videoclip de los pasajes sonoros) es absolutamente occidental, demostrando que la globalización melódica también ha llegado a las zonas menos iluminadas del régimen -Uno de los sueños del protagonista era ir a Islandia a ver un concierto de Sigur Ros-. Un Estado que detiene a sus músicos por tocar o ensayar y los mete dos meses en la carcel. Un gobierno tan imposible que hace que pasaportes y visas tengan que conseguirse en el mercado negro.

El underground retratado mantiene unas características que para mí quisiera en todo movimiento alternativo. Ensayos en subsuelos cercanos al magma terráqueo, al que se llega por pasadizos imposibles. Estudios de grabación ilegales o casi. Locales chamizos en los que no viviría ni un vagabundo patrio. Fiestas en casas en construcción. Y sobre todo, una capacidad de sobreponerse a los problemas y una solidaridad entre miembros envidiable.

La película podría haber sido un buen documental si se hubiera optado por otro cierre. Una rúbrica que queda forzada, casi falsa, ante el supuesto temor de quedarse con un argumento demasiado retratista. Como si al autor le hubiera entrado el miedo fílmico de haber pintado un cuadro y venderlo sin marco.

4 comentarios en «Nadie sabe nada sobre los gatos persas»

  1. Ey, fuiste al pase del sabado, mola!
    Qué raro, pues los subtítulos en castellano traducían todas las letras de las canciones. Letras de protesta, claro. El cine en este caso es la mejor protesta.

  2. En telebasile no subtitulan los musicales, como Grease y tal, donde las canciones son el argumento…

    La peli me gustó y sorprendió mucho, nunca hubiera imaginado posible esa escena indie en Teherán. Látima ese final «voy a dejarlos en shock para que no sepan si les gusta o no».

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