Saltar al contenido

Etiqueta: War on Drugs

Homeless Festival. Una nueva atracción sonora

The War On Drugs y un Micah P. Hinson que recrea a The Pixies inauguran hoy un festival nómada en el parque de atracciones de Igeldo.

Es una cita distinta. Recuperando la música en lugares cotidianos. Peleando para que las actuaciones sigan siendo algo especial. «Demostrando que existen muchos espacios perfectos para vivir conciertos especiales fuera de los emplazamientos habituales, sean públicos o privados. Homeless significa que no tenemos casa para desarrollar este Festival, sin frivolizar sobre la situación social que esa palabra traduce». Lo explica Sergio G. Cruzado, de la promotora Ginmusic y uno de los organizadores del certamen.

Cada uno o dos meses las actividades de su organización florecerán en espacios conocidos o lugares que nunca acogieron acto musical alguno, con una propuesta que por ahora se situará en Donostia y que contará con bandas internacionales o locales.

Siempre buscando la sorpresa. «Vivimos aletargados y queremos provocar sensaciones nuevas, activar al público». Y al funcionariado. «Deseamos pelear por una ciudad que deje hacer. Que esté viva para que cualquiera pueda programar o acceder a un espacio público abierto o cerrado. Permitiendo la autogestión cultural, la flexibilidad en las normativas. Viajas a cualquier país del norte de Europa y hay música en directo en los cafés, calles peatonales, parques… Aquí ha interesado más aprovecharse políticamente de la Capitalidad Cultural que de generar una cultura real de base».

Y para darle altura a esta base, nada como agenciarse el parque de atracciones de Igeldo como primera huella de actividad. Allí se celebrará hoy el primero de estos festivales, con claro gusto norteamericano. The War on Drugs y Micah P Hinson son los protagonistas de un certamen que guarda celosamente la ubicación física de su montaje. «No va a ser un escenario con alas, ni Micah va a estar dentro de un coche del Cosmicar. Pero me gusta que la gente recupere sus imágenes del parque de atracciones y se imagine posibles espacios», dice Sergio.

Jazzaldia 2009: Russian Red, Vetusta Morla,…

El Domingo también se celebró la etapa final de otro Tour poco ciclista: el de los conciertos gratuitos del Jazzaldia 2009. El telón se echó en la zona trasera del Kursaal con gran respuesta de público y animosas actuaciones como las de las formaciones locales Organik´s y The Billie Jeans.

La noche anterior fue casi gloriosa para los rodadores que salieron a disputar la general (de la sociabilidad y el parrandeo). Eso hizo que ayer nos pasáramos por ese otro festival sano: el de los zumos y las comidas catalanas.

Pero no se piensen que ese naturalismo saludable hizo bajar el pistón festivo. El nutrido grupo donostiarra The Billie Jeans subió al escenario Frigo con ganas de marcha y una maleta llena de ritmos contagiosos.

A lo largo del repertorio mezclaron con agitación y ejecución impecable la expresividad del funk, el salseo latino, la paz del soul, la fuerza de Lenny Kravitz y la cadencia del reggae.

En la zona superior Organik´s hacían bueno el lastre positivo de la palabra standard. Su cariño por ese jazz más asentado se presentó completo de swing y juguetones dibujos de los instrumentos soplados.

Tras ellos llegó el turno de otras formaciones como Altx6, Broken Brothers Brass Band o Ensemble Denada. ¿Un cierre redondo? Eso dejaría fuera de la explicación las estilizadas figuras -no musicales- que colorearon durante todo el fin de semana los distintos escenarios del Jazzaldia 2009. Pero sí, el arreón final fue muy atractivo y populoso.

La noche del sábado

En la víspera nocturna War on Drugs ofrecieron un concierto precioso cuando se ponían concretos y algo disperso en los extractos experimentales. Capitaneados por una voz clonada del Bob Dylan de la autopista 61 y las melodías de los Byrds, su folk-rock tiene canciones que resultan embriagadoras.

Si no caen rendidos ante temas como Arms like Boulders es que tienen ustedes parentesco con el hombre de hojalata. Una lástima que, como apuntábamos, el trío se despistara en las zonas más improvisadas.

Jazzaldia: Una abarrotada Zurriola cerró la fiesta del jazz

El Domingo también se celebró la etapa final de otro Tour poco ciclista: el de los conciertos gratuitos del Jazzaldia 2009. El telón se echó en la zona trasera del Kursaal con gran respuesta de público y animosas actuaciones como las de las formaciones locales Organik´s y The Billie Jeans.

La noche anterior fue casi gloriosa para los rodadores que salieron a disputar la general (de la sociabilidad y el parrandeo). Eso hizo que ayer nos pasáramos por ese otro festival sano: el de los zumos y las comidas catalanas.

Pero no se piensen que ese naturalismo saludable hizo bajar el pistón festivo. El nutrido grupo donostiarra The Billie Jeans subió al escenario Frigo con ganas de marcha y una maleta llena de ritmos contagiosos. A lo largo del repertorio mezclaron con agitación y ejecución impecable la expresividad del funk, el salseo latino, la paz del soul, la fuerza de Lenny Kravitz y la cadencia del reggae.

En la zona superior Organik´s hacían bueno el lastre positivo de la palabra standard. Su cariño por ese jazz más asentado se presentó completo de swing y juguetones dibujos de los instrumentos soplados. Tras ellos llegó el turno de otras formaciones como Altx6, Broken Brothers Brass Band o Ensemble Denada. ¿Un cierre redondo? Eso dejaría fuera de la explicación las estilizadas figuras -no musicales- que colorearon durante todo el fin de semana los distintos escenarios del Jazzaldia 2009. Pero sí, el arreón final fue muy atractivo y populoso.

La noche del sábado

En la víspera nocturna War on Drugs ofrecieron un concierto precioso cuando se ponían concretos y algo disperso en los extractos experimentales. Capitaneados por una voz clonada del Bob Dylan de la autopista 61 y las melodías de los Byrds, su folk-rock tiene canciones que resultan embriagadoras. Si no caen rendidos ante temas como Arms like Boulders es que tienen ustedes parentesco con el hombre de hojalata. Una lástima que, como apuntábamos, el trío se despistara en las zonas más improvisadas.

Tras ellos Black Joe Lewis & The Honeybars inundaron la playa de sonidos soul-funkies muy animados a ratos y correctos en otros. Un ¡hurrah!, eso sí, por su mini sección de viento y el trabajo del organista que llevan en esta gira. Quien debe ser fan de ZZ Top, porque menudas barbas manejaba el señor. Una duda: ¿Black Joe no era un gritón como James Brown? Pues se debió dejar la voz olvidada en el autobús de la gira, porque en Donostia cantó más bien poco.

La sorpresa de la noche vino de la mano de Bikini Machine, quienes limpiaron de arena nuestras sandalias a base de guitarrazos. Una fiesta rockera -sí, aceptamos verbena como definición del acto- de ambientes garajeros y aceleradas interpretaciones que fue desde la música surf hasta los Troggs pegando botes. Chapeau, que dirían en sus tierras.