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Etiqueta: Virüs

Donostikluba 2015: cumpleaños total

El donostiarra barrio de Egia será, una vez más, el “place to be” este fin de semana. La zona vuelve a acoger una edición del Festival Donostikluba muy especial: La décima en su andadura. La sala Gastezsena y el edificio que la alberga, La Casa de Cultura situada en la calle Baztán, volverán a ser el centro de las actividades.

Lejos queda aquel arranque con el que quisieron romper la sequía de eventos “indies” con las actuaciones de Ainara Legardon, Virus, 12Twelve, Gecko Turner, Andy Smith o Floro. “En 2005 nuestra capital era un desierto en invierno”, nos cuenta Sergio Cruzado, programador musical de esta propuesta. “El verano contaba con grandes momentos como el Jazzaldia, pero llegaba el frío y San Sebastián se quedaba con una escueta agenda de música independiente hecha a partir de esporádicos intentos públicos y privados”.

El responsable detalla el enfoque de esta cita que nació puntual el primer fin de semana de octubre para acabar extendiéndose por las agendas del resto del año bajo la etiqueta de “circuito”: “Quisimos ofrecer un espacio a esas bandas estatales independientes que no pisaban Donostia, posibilitar el acceso de los grupos locales a las casas de cultura, traer bandas internacionales de calidad y nombres históricos. Crear un club de música independiente que acabó ampliándose en el calendario. Yo creo que este certamen ha generado un público que se ha normalizado como consumidor habitual. Ahora hay programaciones increíbles todos los fines de semana. Se han diluido los conciertos del circuito comercial en favor de este tipo de música, lo cual habla de un potente cambio en los gustos de esta ciudad”.

El paseo mental de Cruzado por Donostikluba está repleto de anécdotas. ‘No olvido a Lechowski cantando en la puerta, Nada Surf haciendo un acústico en la calle, Bassmatti y Señor Chinarro haciendo versiones de los Smiths casi en la carretera después de que cerraran la sala, Sidonie organizando taxis con sus fans para seguir la fiesta. Recuerdo mandar a Andy Rourke (Smiths) al Eiger porque quería escuchar buena música, a Peter Hook (New Order) salir con su caja de galletas por la puerta de atrás mientras todo el mundo estaba en éxtasis cantando “Love will tear us apart again”, buscar a Evan Dando en Egia porque nadie le encontraba y llegaba la hora de subirse al escenario, al malogrado Pedro San Martin (La Buena Vida) haciendo de embajador…‘.

Ellos, La Buena Vida, son uno de los mayores logros que ha tenido Donostikluba. ‘Fue un sueño conseguir que tocarán en un formato de club en su ciudad cuando se habían pateado todas las grandes citas del estado‘. Otros de los grandes iconos del evento son Delorean, quienes repiten presencia este año de celebraciones. ‘Son mi debilidad, un grupo creativo contemporáneo con muchísima personalidad que ha hecho escuela con su sonido y apostado por buscar mercados fuera‘.

Mas la música debe mirar al futuro, y por eso el hip hop sigue teniendo una presencia relevante en la programación. Esta noche Nach y los potentes Gallinero All Stars defenderán en Gazteszena las llamaradas habladas sobre bases electrónicas. ‘Este estilo musical ha conseguido ser el himno de una generación. Despistando a la nuestra, que no lo entiende. Consigue bajar la media de edad de los espectadores. Engancha con los jóvenes, que es algo que el rock no logra en igual medida‘.

El sábado es el día potente del festival. Desde primera hora de la tarde se podrá disfrutar del mercadillo situado en la Casa de Cultura de Egia. Unas mesas que ofertarán las producciones locales de discos, diseños gráficos, ropa, repostería y fotografía. También habrá estampas, quietas y en movimiento, en las muestras retrospectivas preparadas para la ocasión. De los retratos se encarga un clásico de las primeras filas de los conciertos, ”El Humilde Fotero del Pánico” (Juan G. Andrés). Y de las imágenes en movimiento corren a cargo de otro eterno inquieto, Jabi “Jaspi”, en compañía de Jose María Lasa. ‘Juan y Jabi son como el backline de certamen. Siempre están ahí. Su trabajo va a ser genial para tener una perspectiva del ciclo’.

También habrá música ejecutada en la kulturetxe, claro. Por sus pasillos y azoteas sonarán la impactante oscuridad pop de los canarios Pumuky o los Layabouts ejecutando entero el “It´s Alive” de los Ramones. Sexy Zebras demostrarán que lo suyo es potente y rockero, mientras Cuello buscarán confirmar todas las buenas palabras que están logrando en el underground. Los locales Ventura ofrecerán su primer actuación juntos y los vasco-norteamericanos Dual-Split volverán a acercar su evocador tecno pop con voz femenina al frente. Hasta aquí todo es gratis, como pasear por La Concha.

Para el turno de noche guarden 15 euros para la entrada. La velada arranca con Ghost Culture, un británico de electrónica carbonera admirador de los tonos de los New Order y remezclador de renombre (ha currado para Daft Punk, Tame Impala o MGMT). Si se fían de la revista Pitchfork deben saber que esta publicación le otorgó un notable a su disco de debut.

Con Delorentos, los siguientes de la lista, la sala se lanzará al baile guitarrero más actual. Estos irlandeses son tremendamente efectivos a la hora de poner en danza al personal, como bien pudieron ver los asistentes al Kutxa Kultur del 2012. Ya que sale mencionado, le preguntamos a Sergio por la cita de Igeldo, también dirigida por él. ‘Es como la alimentación. Donostikluba es el menú del día. El que hace que Gipuzkoa tenga salud porque consume cultura regularmente. Kutxa Kultur Festibala es el atracón, el homenaje que se pega todo el mundo una vez al año’.

La fiesta en Gazteszena continuará mañana con los norteamericanos Crocodiles, quienes alargarán la sombra de los Jesus & Mary Chain con sus guitarrazos repletos de chulería “garagera” y gancho melódico manchesteriano. Y el cierre – este año no hay DJs que estiren el horario- a eso de las tres de la mañana se llevará a cabo con Delorean, en su hábitat natural: la sala de conciertos.

Esperemos que dentro de diez años tengamos tranquilidad y salud‘, nos cuenta Cruzado a modo de deseo para el futuro. ‘Fuimos de los primeros en salirnos del esquema de reunión temática para defender la actitud independiente. Ahora buscaremos fortalecerla e inventarnos planteamientos nuevos para generar nuevos públicos‘.

Donostikluba: Los otros sonidos de la ciudad

La noche del jueves tuve un sueño. Soñé que Donostia era una ciudad cultural e inquieta. Como Berlín, Nueva York, Paris o la propia capital guipuzcoana hace unos años. O hace unos meses, cuando uno se dejaba caer entre semana por el festival que llena de música la playa. Acercándose a propuestas musicales que jamás había escuchado y que, puestas ante el morro, despertaban su curiosidad.

Entre nebulosas veía una urbe que sabía (y quería) disfrutar de la posibilidad de los actos pequeños aunque fuera a costa de dormir 5 horas, buscando sonidos alejados del tormento repetitivo diario. Ese que luego ven repicado, “quién lo iba a decir”, en los bares de turno. Unos ciudadanos que los días de labor conseguían desengancharse del “mono” de la tele y se ponían otro mono, el del viajero cultural que gusta de buscar y a veces encuentra. Lo dicho, un sueño.

En mis paseos con Morfeo llegaba a una sala Gazteszena en el que cientos de asistentes (y no los 150 que al final fueron) se acercaban a la sesión triple que el festival musical DonostiKluba presentaba. Una oferta variada que la noche del pasado jueves juntaba voces folk, guitarrazos punk y mucha base electrónica.

Mi sueño se apoyaba en músicas poco conocidas pero reales. Como la de Ainara Legardón, una compositora (palabra en desuso) emocionante y vibrante como pocas. La creadora vizcaína ofreció el jueves un recital sensacional, en el que su personal voz viajaba sobre los arpegios de su guitarrón eléctrico.

Con toques folk norteamericanos y arrebatos eléctricos a lo Neil Young, era en los paseos suaves cuando la dama de timbres apasionados y cercanos hipnotizaba a los asistentes, quienes inexplicablemente estaban en silencio, observando “Madre e hija” (la película melancólica que se proyectaba en la pantalla del fondo

Y tras la calma, empezaba la tempestad con los catalanes Spunkfool, con CD producido por David Kano (Cycle). Se notaban mucho las maneras de su padrino, aunque los barceloneses sonaban a banda real, no a pantomima sobre el escenario.

Era precisamente cuando abandonaban el férreo patrón y tiraban hacia el tecno-pop cuando más se disfrutaba de Spunkfool, como en su arrebatadora versión del “Rape me” de Nirvana sobre el fondo del “Living On Video” del grupo  Trans x.

La noche la cerraba el cuarteto Virüs: Dos chicas que guitarrean en Las Perras del Infierno se unían a un batería donostiarra y un auténtico fan de Ian Curtis (cantante de Joy Division) a las voces para actualizar los mensajes melódicos que la Movida madrileña dejó en nuestra cultura.

Con letras herederas de la oscuridad futurista de Aviador Dro, la puesta en escena y actitud eran arrebatadoras. Su música navegaba descarada y potente entre el rock, el punk de Parálisis Permanente y la electrónica.

Y después me desperté, justo a tiempo de llegar a la Casa de Cultura de Okendo (Donostia) para ver las actuaciones de los grupos seleccionados en el CD Donostia Elektronikoa.

La tarde arrancaba con el “enfant terrible” donostiarra, Patxi Piperra, que exorcizó sus demonios religiosos sobre ruidos de modem y colchones de elevado volumen, haciéndo electrónicos los conceptos de los punkis de Eskorbuto.

Tras él llegó Kul, que llevó la electrónica hasta la languidez del pop de su habitación forrada de posters de los Cure. Su tema “Human Cannot Fly” nos puso los pelos de punta, con sus imágenes de impacto y su crítica a las voces populares.

Pero la revelación de la noche llegó con el dúo Fairlight y su extraordinaria actuación. Potentes como Orbital, oscuros y chulapos como Stone Roses, lánguidos como Depeche Mode. Se llevaron la ovación de la tarde. Una tarde que se cerró con el funk-soul de digitalismos europeos de los chicos de Duotono.

Recuerden que esta tarde tienen la segunda de las sesiones de estos grupos primerizos, en la Casa de Cultura de Okendo. Si quieren pueden ir. O sino, prepararse unas palomitas con la TV movie de turno.