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Etiqueta: Mendetz

Donostikluba: Tres días en danza

La joven banda bilbaína Zenttric tuvo un mini éxito hace unos años titulado “Solo quiero bailar”, con un estribillo pegadizo que se basaba en la repetición de dicha frase. Y Donostia pareció darle la razón, si nos atenemos al fin de fiesta del Festival Donostikluba que se ha celebrado este fin de semana en la capital guipuzcoana. El sábado fue el día de mayor afluencia de público, con una sala Gasteszena cercana al tope. Bandas nacionales y extranjeras de corte electrónico y brioso encabezaban el cartel, demostrando que la ciudad de espíritu juvenil disfruta con estas actuaciones.

Mendetz y The Whip fueron los grandes triunfadores de la velada. Los primeros, catalanes, demostraron gran coordinación y gusto por los detalles en cada una de las composiciones. Sus maneras sintéticas fueron las más bailadas del Donostikluba. Y mira que tuvieron trabajo el sábado, empezando el día con una sesión DJ en la tienda de uno de los patrocinadores del certamen, y acabando la noche de igual manera en la sala del barrio de Egia.

The Whip, banda sorpresa del primer festival Kutxa Kultur de Igeldo, regresaba a la ciudad para confirmar aquel buen sabor de boca con pegada y canciones. Lo suyo está más cercano a la energía rock que impregnaba los temas de la movida “rave” inglesa. Con subidones a lo Orbital y mucho ritmo entrecortado, el trío se bastó y se sobró para agitar el local, acercándose a Depeche Mode en los mejores temas y cumpliendo con creces en el resto, de corte más “hooligan”.

Baile diario

“Pero eso de que sea el día para bailar es una verdad a medias. Yo también bailé el viernes, y el jueves”, nos espetaba un fiel del certamen, no sin razón, cuando le expusimos esta teoría la noche del sábado. Nadie puede negar que el rock y el pop también hacen mover al cuerpo, aunque la agitación de sus fieles sea menos visual.

Porque uno también se puede cimbrear con los cantares de La Mala Rodriguez, uno de los exponentes del hip hop nacional y protagonista de los micros la tarde del sábado. O con las propuestas de los grandes triunfadores de la noche “indie” del viernes: Wild Honey y Kokoshca.

“El cariño salvaje” madrileño vino con toda la banda a Donostia para presentar su excelente disco “Big Flash” tras una mini gira por Japón. Guillermo Farré, su alma mater, el creador que siempre tendrá cara y alma de niño, hace canciones como soles. Un pop de alto octanaje que se acerca a Brasil cuando la cosa se pone más tierna. Momentos suaves y emocionantes en los que les tocó pelear contra los murmullos de aquellos que esperaban la actuación de Miss Cafeína. Peor lo pasaron los chicos y chicas de Doble Pletina, embajadores del costumbrismo popero que exportamos hace unos años bajo la etiqueta de “Donosti Sound”. A mayor suavidad en las ejecuciones, mayor volumen asistencial.

Donostikluba es un festival barato en sus entradas, dado que nos permite ir a ver a la banda que deseas y “chascarrillear” el resto del tiempo. Una pena que se haya ido perdiendo el afán descubridor de estas reuniones. Con lo bonito que es abandonar el lugar con un disco que no conoces bajo el brazo o un nombre de banda apuntado en un papel o el móvil. Nos sigue faltando un punto en esa cuestión, aunque en el resto de grandes ciudades la cosa anda bastante peor.

Pero sigamos pegando botes con las propuestas. Porque los navarros Kokoshca se doctoraron en nuestra ciudad. Con un CD recién editado en Ayo Silver, una pequeña discográfica donostiarra, arrasaron la sala Gazteszena con la mejor combinación de rock, energía y vitalidad vista en meses. Fusionando los diferentes estilos que suelen presentar en sus canciones, a ratos similares a la Velvet Underground más cabreada y otros embriagadores, caso de los temas “Directo a tu corazón” o “La Fuerza”.

Hubo más maneras de zarandear el cuerpo. Y el alma. Bill Ryder Jones y Deptford Goth ofrecieron conciertos delicados y profundos. Za! lo lanzó todo por los aires con su coctelera imposible. Y los madrileños Cohete sonaron mejor que nunca, con ese pop de trompetas juguetón y vitalista.

Aunque supongo que la mejor de las conclusiones es la de ver al director del festival contoneándose entre el público en algunas actuaciones, siempre con la sonrisa en la cara. Todos los directores culturales creerán en su propia oferta y la defenderán como la mejor. Pero ver a un responsable expresarse corporalmente de esta manera es el mejor ejemplo de su dedicación y convicción. Donostikluba ha vuelto a ser un éxito en sus propuestas. Y que nos quiten lo bailado.

Munlet, Olimpic, Mendetz: Los 80

Si el pasado viernes alguien llega a despertar de un coma en la sala Gazteszena después de haberse pasado 20 años postrado en el limbo, hubiera ido a la barra a pedir con total naturalidad un Tab. A su lado vería chicas con minifaldas de cuero, como Ana Obregón en una peli de Fernando Colomo. Las músicas de fondo no le devolverían a la realidad, porque en la velada asistimos – especialmente en el caso de Mendetz- a una revisita de los primeros 80.

Los vascos Munlet son los únicos que se salvaron de la quema. Punks de vieja escuela, rockeros de esencia impactante. Que se apoyen (cada vez menos) en las máquinas o lo hagan sobre cañas de bambú es secundario. Lo suyo es tan brillante que solo nos queda apoyarnos en la barra y ver como va subiendo la espuma.

Olimpic llegaban con la etiqueta del Getxo Sound. Un término que en su caso les emparenta con el grupo We Are Stardard. Claro que tener el espejo tan cerca en el tiempo invita a fijarse en los granos: A ratos Delorean, a ratos The Cure, a ratos el post-punk británico y oscuro de hace décadas. Demasiados lapsos ya pateados para no jugar a las similitudes mientras los escuchas.

Mendetz llegaban con el halo de grupo rompepistas. Pero lo único que cayó al suelo hecho añicos fueron nuestras ilusiones. ¿Donde quedó aquella banda que hace dos años nos maravilló en idéntico escenario? Anteayer parecían – a los sonidos me refiero- Bananarama o Tears for Fears en su versión más sintética, la banda sonora de ‘Cazafantasmas’ o la sintonía de ‘McGyver’. Tras esa primera parte, la energía empezó a levantarse, pero la fiesta posterior del Festival de Cine y Derechos Humanos se les echó encima, teniendo que recortar su set y dejando en el tintero lo más impactante de su repertorio. Pues ya ves.

Donostikluba : Pez grande, pez chico

Interpretes: Grupo de Expertos SolYNieve, Mendetz, Peter Hook, Dj Amable. Día: 6-10-2007. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia).  Asistencia: lleno, unas 700 personas

Cerraba el Donostikluba su programa la noche del pasado sábado con la mejor de las entradas posibles. 700 tickets vendidos, mucha gente en la puerta y una oferta que mezclaba carne fresca y gente famosa.

El primero de los grupos agrupaba ambas opciones. “Grupo de Expertos Sol y Nieve” (O “sol y sombra”, como tuvo a bien definir uno de los presentes por la cantidad de cervezas que se vieron sobre las tablas) es la apuesta festiva y folk que se ha montado el cantante de la banda Los Planetas con algunos músicos sureños. Tonadas alegres de clara inspiración californiana y sesentera que las dos voces a los micros remitían a los Simon y Garfunkel más guitarreros.

Y si feliz fue el encuentro con el grupo de expertos, qué decir de la actuación de Mendetz. Los catalanes deberían ser eso que llaman “The next big thing” antes de que acabe el año. Con una potencia y tensión cercana a la de los zarauztarras Delorean, lo suyo es pura fiesta discotequera tocada con instrumentos reales, en esa suerte de estiloso “post-punk” lanzado al mundo por Franz Ferdinand y derivados. Contagiosos y enérgicos, suya es la medalla de la sorpresa del Donostikluba.

Con el famoso Peter Hook hubo la clásica división de opiniones: Unos mentaban a su madre y los otros a su padre. El que fuera miembro de bandas tan relevantes como Joy Division o New Order llegó 10 minutos antes del comienzo de su sesión a los platos y se fue al hotel cuando el último de los temas de su selección musical aún sonaba.

Hubo quien corrió más que él. Varios reconocidos musiqueros practicaron el simulacro de incendio y abandonaron la sala raudos cual protagonista del cuore, sin llegar a escuchar las canciones de las bandas en las que el célebre bajista participó. Hook desplegó su esencia más hooligan, moviendo los brazos como quien intenta guiar un avión en la pista de aterrizaje y presentando su tarjeta de visita como animador de verbena en fiestas del extrarradio fiestero.

Menos mal que tras él llegó DJ Amable para arreglar el desaguisado. El catalán, que lleva muchos años partiendo el bacalao en la influyente sala Razzmatazz (Barcelona), se trajo a la capital guipuzcoana una selecta lista de vinilos que mezclaban la rabiosa actualidad con algunos aciertos de formaciones como Editors, Bloc Party, The House of Love (“Shine on”) o esos Pixies que cerraron su intervención. Esperamos en el futuro cercano volvérnoslo a topar en algún garito o club de la provincia. Espacios donde su música sonará aún más cercana y gozosa.