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Etiqueta: La Vieja Escuela

La Vieja Escuela: el grupo burbuja

La banda donostiarra publica su primer disco 35 años después de su formación.

En la música siempre hay espacio para las sorpresas: un grupo que gana varios concursos pop-rock en 1984 saca su primer trabajo en el epílogo del 2021. Cierto es que en medio hubo parones voluntarios, conciertos ocasionales, proyectos musiqueros paralelos y esa vida diaria poco creativa que nos da de comer. Pero los miembros actuales de La Vieja Escuela -Javier Arrizabalaga y Patxi De Assas. Fede Roig no pudo asistir a la entrevista- decidieron hace un par de años, poco antes del COVID, plasmar en un vinilo las canciones de toda su carrera. “La pandemia nos ha venido bien”, nos cuenta la banda en la artística terraza donostiarra en la que nos hemos reunido. “Nadie podía salir de casa y nosotros íbamos a trabajar al estudio. Fue una vía de escape al confinamiento”.

Así se hizo, aireando y limitando el contacto, la obra que ahora publican bajo el título de “La cristalera”. Una recopilación de corte cronológico. “Si ves las fechas de los temas verás que los de la cara A pertenecen a los comienzos del grupo”. Si, son de esos que aún piensan en las dos caras de la moneda sonora. “Aquellas eran melodías más paisajísticas y atmosféricas. Las del reverso son más actuales, con unas letras cada vez más relevantes. Se ve la evolución a la hora de ordenarlas”. Damos fe. Las primeras son oscuras, góticas y vigorosas. En un estilo que, cosas de la velocidad de las modas, vuelve a estar de actualidad y que no desentonaría en un lanzamiento actual de los hijos de estos músicos, ya asentados en la veintena.

Música anti-envejecimiento

Intérpretes: La Vieja Escuela, Para Qué Engañarnos. Lugar: La Cripta (Donostia). Día: 7 de junio. Asistencia: lleno, unas 200 personas.

Es una gozada ver a los grupos que en los años 80 estaban en plena explosión ofrecer aún reseñables conciertos. El pasado viernes se juntaron en Donostia varios de estos guindillas para, cada uno a su manera, destacar las bonanzas de aquella su juventud.

En formato “trío + caja de ritmos” se presentaron La Vieja Escuela. El combo de Juanjo Arrizabalaga, ahora director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Donostia, llegó con la lección aprendida: la música oscura es la mejor del mundo. Sobre todo cuando ofreces un magnífico show, como fue el caso.

Su concierto fue “anti-aging”. Como sucede con las cremas, los brochazos de tonos sombríos, sencillos y directos quitaron años a los presentes, volviendo por unas horas a recuperar tersuras pasadas. Hubo versiones increíbles como la de “No sé, no sé” de Rumba Tres. Y grandes canciones como “Siberia”, “Arrebato” o “Las islas”. Alguien dijo, de forma acertada, que parecía como “si Eduardo Benavente y Joy Division hicieran temas juntos tras tomar el sol en Ondarreta”.

Tras ellos le llegó el turno a Para Qué Engañarnos, con Juancar “Jocano” Landa y Enrique Mingo a las voces. Banda que abrazó una suerte de “pub pop” enfocado a la parranda: guitarrazos urbanos, aires dub, gotas latinas y Bob Dylan, Joaquín Sabina y Bruce Springsteen como inspirador trío calavera. De su larga lista de canciones cimbreantes nos quedamos con el gancho de “La princesa roja”, el atractivo de “Balneario de Lourdes” y ese cierre de “La Crónica de San Sebastián” cuya letra muchos ven aún vigente en nuestra capital.

La fiesta finalizó con una sesión DJ a cargo de dos afamados selectores, Gregorio Gálvez y Ricardo Aldarondo, con profusión de pelotazos de la época – David Bowie, Parafunk, The Specials, The Clash- que no hicieron sino elevar aún más la temperatura.