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Etiqueta: Jose Luis Lanzagorta

Jose Luis Lanzagorta: «Los grupos, portadas y carteles fueron mi fuente adolescente de inspiración»

A muchos os sonará su cara, posando para la foto o frente a la cámara de televisión junto a cualquiera de sus galardonados carteles promocionales elaborados para cualquier institución pública. Sin ir más lejos, el último afiche del Jazzaldia, el del 40 aniversario con su fondo amarillo y punto azul, es suyo.

Habitual de esta serie de certámenes, Jose Luis Lanzagorta (Palencia, 1958) se lanza ahora a presentar por vez primera su obra más personal, tras aquella etapa prólogo que fue la colección colectiva “Desafinado”, en la que compartía paseillo con otros artistas influidos por la música. Y entre tanto trabajo gráfico ha encontrado tiempo para su primera colección personal libre de ataduras, esa que “hasta ahora no era conocida porque no existía”.

La muestra se llama “Tipo gráfico” y se presenta en la Galería Drum donostiarra este viernes 27 de Mayo. Una exposición en la que el artista gráfico da rienda suelta a su creatividad empleando para la elaboración de sus curiosas obras únicamente tipos de letras.

Pero hablar sólo de lienzos sería un ultraje al currículo de Lanzagorta. Porque, aunque en este campo su cara os suene menos, él fue uno de los fundadores del grupo Puskarra (abanderados de la primera etiqueta Donosti Sound), estuvo en los orígenes de la ahora resucitada Orquesta Mondragón, elaboró carteles para el mítico Autódromo lasartearra…

Tras su paso formativo por la Escola Elisava barcelonesa, donde perfeccionó sus intereses en el campo del diseño, Cheli (así se le conoce a Lanzagorta en los mundos musiqueros) retornó a nuestra costera capital.

En Donostia puso su arte y teclados a cargo de los Amor a Traición capitaneados por Rafa Berrio, para más tarde ser uno más en la formación de La Buena Vida (enésima versión de la periodística etiqueta del sonido Donosti). Música y diseños han corrido paralelos por la vida de este inquieto creador.

¿De donde nace tu interés por el diseño?

El diseño como tal empiezo a entenderlo cuando llegué a Donostia con 12 años. Desde el colegio me interesaban los rotuladores, los recorta-y-pega, las cartulinas de colores, ese mundillo….Y según me cuentan mis padres, con la música en la mente desde entonces. Los grupos, las portadas y los carteles de conciertos eran mi principal fuente de inspiración en la adolescencia.

Tuyos fueron los primeros carteles del mítico Autódromo, allá por el 80.

¡El Autódromo fue una pasada! Realmente hay que pellizcarse para creer que aquello realmente existió. Cada fin de semana pasaban por la sala un par de grupos de nivel, tanto internacional como nacional: Alaska, Tom Robinson Band, Killing Joke, Parálisis Permanente… Sin olvidar que era punto de encuentro de todo lo que se hacía en Donostia. Algo impensable hoy día. Aquellos fueron años muy intensos.

¿Cómo ves a la ciudad en la actualidad?

Cada tiempo tiene su expresión, y la efervescencia de la movida ochentera es irrepetible. Ahora hay otras cosas: más medios para ser musicalmente autónomo, hacer tus propias grabaciones, la autoedición. Pero falta el entusiasmo de entonces. También es comprensible, porque aquello sucedió en la transición, con todo el sentimiento explosivo de liberación que supuso… ahora todo está más “normalizado” y eso explica la falta de pasión que puede haber.

Estuviste en los albores Orquesta Mondragón inicial. ¿Cómo se ven aquellos años ahora?

Aquello sí que fue divertido, desde los mismísimos inicios en el Colegio de Los Angeles (¡hoy sede del Orfeón!) hasta que se grabó el primer disco, en el cual yo ya no participé. Lo recuerdo como una época muy delirante, pero en el buen sentido de la palabra.

¿Qué te parece la reunión actual de la Mondragón?

Bueno, todo el mundo está teniendo el “momento recopilatorio”. Hombres G, Ronaldos, Nacha Pop,… ¿Porqué tendrían que ser menos ellos? Otra cosa es que todos estos grupos tengan realmente algo que decir ahora…

Elaboraste carteles y portadas de discos en aquella época. ¿Algún trabajo del que guardes un especial recuerdo?

Tengo cariño a muchos, porque pertenecen a una época muy intensa y divertida, pero puestos a elegir me quedo con el logo de Tiburón Concerts, porque puede ser el resumen de toda esa movida.

La primera portada tuya fue la de Puskarra…¿Cómo la ves ahora?

Era un homenaje a Piet Mondrian. Ahora la veo un poco pasadita, le veo muchos defectos, aunque le tengo cariño. Es la primera en LP. En maxis había hecho el primero de Puskarra y el de Mogollón y UHF. Luego he seguido haciendo portadas, es uno de mis encargos favoritos. He hecho cosas de Amor a Traición, Bap, Nuevo Catecismo Católico, Sanchis y Jocano, Duncan Dhu, Mikel Erentxun. Diego Vasallo, Joserra Senperena, Deriva…

El recientemente desaparecido Santi Ugarte fue un buen instigador cultural en nuestra ciudad aquellos años.

Santi fue la persona más importante en la ciudad a nivel de promover la música moderna, por lo menos hasta donde me alcanza la memoria. Te diría que hay dos personas fundamentales en toda la movida, él y Gregorio Gálvez desde su programa Club 44 de Radio Popular.

Ugarte también era buen vendedor. Suya es en realidad la creación de la famosa etiqueta “Donosti Sound”, que en su primera versión englobaba a los Puskarra en los que tu tocabas.

Sí, SAnti fue el inventor cuando creó Shanti Records, y quiso acercarse al Madrid de la movida con algo autóctono y periférico. El solía decir que Donostia era como el Liverpool español. Y la idea funcionó. Como exportador era inigualable. Luego, más de una década después, cuando surgieron Aventuras de Kirlian, La Buena Vida y demás, se rebautizó de nuevo a esa generación de grupos con la misma etiqueta (cosas de la prensa, supongo). Debo ser el único que ha estado en las dos. Ya ves, siempre dando la murga

¿Como va La Buena Vida?

Estamos concentrados en nuestros cuarteles de invierno, sacando canciones, con ilusión de que les gusten a la gente.

Te fuiste ya veinteañero, tras finiquitar Puskarra, a oficializar tus conocimientos a Barcelona, obteniendo el título de Artes y Oficios por la Escola Elisava.

Aprendí mucho en Barcelona. Pude ver y vivir de cerca los años del “disseny”, la movida gráfica de los 80, los Peret, Mariscal y demás… En la escuela aprendí método, a plantear los trabajos, a buscar una coherencia en los proyectos…

Tu vuelta a Donostia fue también una vuelta a la música.

Cuando estuve en Barcelona estuve más dedicado al diseño. A mi vuelta a Donostia estaba algo fuera de sitio después de haber disuelto Puskarra y de ocho años de “exilio”. Así que Rafa me dijo que si quería tocar con ellos en Amor a Traición, y lo hice encantado.

Entremos en materia expositiva. ¿Por qué el titulo de “tipo gráfico” de la muestra que se inaugura el viernes?

Resume la idea de la exposición: Son juegos tipográficos, composiciones a partir de tipos de letras, y el resultado son 25 retratos. Simplemente se me ocurrió y pensé que podría sacar cosas bonitas a partir de ahí. Aparte de eso, dentro del diseño gráfico, la tipografía es la disciplina a la que más cariño he tenido desde siempre.

¿Cómo ves a Donostia y Guipúzcoa en estas lides diseñadoras? ¿Muy lejos de esa Barcelona que conoces?

Lo veo francamente flojo, y ya comparando con Barcelona, ni te cuento.

¿En Tipo Gráfico sólo veremos el verdadero arte de Lanzagorta, el libre y alejado de las directrices de los encargos?

La expresión “verdadero arte” me pone un poco nerviosillo. Siempre le estoy dando vueltas a eso, y supongo que sin respuesta. ¿Conseguiré algún día ser un “artista verdadero”? Contestando a tu pregunta, te puedo decir que en la exposición no hay ninguna obra “comercial”, de encargo, vamos.

Que otro tipo de ilustraciones sueles realizar?

No soy un ilustrador propiamente dicho entre otras cosas porque no sé dibujar. La mayoría de las veces trabajo a partir de imágenes o símbolos existentes y los yuxtapongo, los cruzo, los adultero… en fin, los pervierto.

¿La obra que veremos en Tipo Gráfico se venderá?

Si alguien la quiere comprar…

Impepinable pregunta para un diseñador-músico. ¿Que música te gusta para crear?¿Alguna de ellas es actual?

Me gusta la última pregunta. Parece que cuando vamos cumpliendo años, se te ve el plumero enseguida (risas). Pues te diré que oigo un poco de todo, muchas veces suena jazz en el estudio. Me encanta, sobretodo el de los años 50. Y en cuanto a pop, escucho a los clásicos. Últimamente suena la Creedence Clearwater Revival, por darte un nombre, aunque voy pasando por diferentes “empanes”: CSN&Y, Doors, Led Zeppelin, Tom Waits… ya ves, todo muy actual (risas).

Exposición «Desafinado»: Los mil trazos de las melodías

Esta tarde se inaugura en la galería donostiarra Drum la exposición “Desafinado”, uno de los últimos ejemplos de la comunión casi natural entre lo sonoro y lo visual. Cinco diseñadores gráficos ubicados en donostialdea presentan sus trabajos más personales, creados alrededor de esa pasión común que rodea sus vidas: la música. Ese arte armonioso que Ainara LeGardon atacará en acústico en la inauguración y el Drum Team DJs hará girar en la fiesta posterior.

Empezamos hablando con Javier López Altuna, coordinador de esta muestra y artista incluido en la colección, sobre esos mundos tan cercanos. “La relación entre grafismo y música se muestra muy clara en los discos. La idea de “desafinado” nace como consecuencia lógica de nuestro interés por estos dos ámbitos. No hay que olvidar que nosotros vendemos discos arriba y exponemos arte abajo”.

Le acompañarán nombres de diligente afán creativo: Iker Spozio, Jose Luis Lanzagorta, Jose Antonio Iglesias “Blami” y David Navascués. Algunos les sonarán más que otros, dada la repercusión mediática con la que pueden contar Navascués (creador los últimos dos años de las iconografías del Jazzaldia) o Blami (DJ e inquieto autor que dirige el arte de Loreak Mendian).

Quien investigue más a fondo descubrirá a un antiguo dueño de una casa de discos indie e ilustrador de portadas para sellos discográficos como Rough Trade (Iker Spozio) y a un músico que va camino de convertir su amor por las armonías en su modo de vida, ya sea como ejecutante en La Buena Vida o como diseñador de inspirados carteles de clara ascendencia pop (Lanzagorta).

La exquisita canción de Jobim, esa melodía que suena todos los jueves de verano en el carillón de la ciudad holandesa de Middelburg, da nombre a una recopilación de trabajos donde la creatividad se deshace de los habituales corsés laborales. “Aquí los artistas pueden enfocar la relación grafismo / música de un modo totalmente libre y hacer propuestas que se salgan del terreno acotado por el mercado en los encargos convencionales”.

Blami apuesta por un misterio que se salta a la torera las leyes físicas. “Presento un total de 300 obras en esta muestra”. El lasartearra es un habitual de estos mundos expositores. Sus ramalazos artísticos abarcan desde el pop hasta las representaciones pictóricas más irónicas, conjugando la simplicidad de los trazos con el exacerbado detalle de sus obras materialmente más amplias. Una de esas obras extensas le tiene especialmente orgulloso últimamente. “En una nueva tienda de Loreak Mendian en Australia se ha realizado un mural con un dibujo mío. Y ha quedado precioso”.

El Italo-donostiarra Spozio plasma en esta exhibición colectiva sus obras inspiradas por los vaporosos Flying Saucer Attack y el inclasificable Screamin’ Jay Hawkins. Este diseñador demuestra vivir la música en un sentido tan íntimo como vital. “Supongo que la música es, entre todas las artes, la que más fuerza tiene a nivel emocional. Orfeo podía hacer que hasta las piedras lloraran, ¿no?”.

Antes de asentarse en Donostia, Spozio montó su propia discográfica, See-Through Records. Ahora mata el gusanillo como miembro del Drum Team DJ. Sin olvidar su participación como ilustrador en asentados proyectos foráneos como The Ptolemaic Terrascope, “ una revista inglesa de gran prestigio en el ámbito de la sicodelia, el folk y la música sixties”.

Lanzagorta presenta en esta exposición “desafinada” una selección de trabajos realizados y publicados. A lo largo de estos últimos años ha ido moldeando sus ideas más personales. “Mi trabajo siempre ha estado basado en una relación comercial con un cliente. Ahora me interesa buscar vías de expresión más «artísticas», más ligadas a la propia expresión plástica”.

Este creativo palentino siempre supo que el diseño gráfico y la música guiarían su vida. “Me encerraba en mi habitación con unos rotuladores, el letraset, ponía un disco (de vinilo, por supuesto) y llenaba folios con bocetos de carteles de música pop”. El C.A.T. y nuestro internacional Jazzaldia ya le han tenido como creador de su imaginería.

Su relevo en la iconografía festivalera parece haberlo tomado David Navascués. Suyos son el piano del año pasado y el guitarrista de jazz que ahora identifica a nuestro Festival Internacional de Jazz. “El Jazzaldia me ha servido para poder hacer carteles de jazz, que es mi tema preferido”. Dicho tema sigue presente en los 35 pequeños cuadros que expondrá. De creación exclusiva para esta muestra, las  láminas relacionan dibujos abstractos con nombres de músicos cercanos al free jazz.

Artista de proyección internacional (“Acabo de terminar una serie de ilustraciones para la revista New Yorker”), Navascués se deja inspirar por generaciones pasadas. “Me parecen muchísimo mas interesantes las cosas que se hacían en los años 60 y 70”.

Y por último, pero no menos importante, abordamos al coordinador Javi López Altuna en su faceta artística. Su imaginación siempre discurre por mundos de músicas giratorias. “Yo he basado mi intervención en la pura ficción. Imaginaba que montábamos un local de música negra en Donostia (“Dark”). En la exposición está el cartel de la sala con la programación de Septiembre del 2006. Quizás para entonces no sea una quimera”.

En su espacio expositor también se podrá disfrutar de su pieza de cartón rizado dedicada a Sambola, icono de esa música brasileña que tanto adora nuestro Lopez Altuna. Él, como el resto de los participantes, tendrá su pequeño espacio en la presentación de esta tarde para pinchar en Drum sus tonadas preferida.

Porque, no lo olviden, a ellos la música es lo que les pone las pilas. Como dice Lanzagorta “Creo que la música es el arte que más “empapa”, el que más emociona y el que más te empuja para hacer cosas”.