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Etiqueta: Evan Dando

Evan Dando: Magnetismo pop

Intérpretes: Chris Brokaw, Evan Dando. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 19 Noviembre 2009. Asistencia: unas 400 personas.

La Real Academia de La Lengua, en un intento de ponerle puertas al campo, define el magnetismo como “atractivo que alguien o algo ejerce sobre otra u otras personas o cosas.” Una definición abierta que nos vale para explicar tantos los amoríos con los feos/feas como las siempre esotéricas intenciones de voto en las elecciones.

Aplicando el axioma a lo que hoy nos atañe, podemos afirmar que pulula sobre nuestros campos magnéticos un imán cultural verdaderamente inexplicable (a ojos de los gestores públicos, cuyas afeitadoras presupuestarias dejan en merchadising de los Lunnis los dedos de Eduardo Manostijeras).

Un miércoles cualquiera, los zombies pasean sus colmillos por la noche informativa, esos cuartos oscuros alejados de estadios y aglomeraciones, para dirigir sus pasos hacia salas ligeramente retiradas del centro de la ciudad y ver conciertos que, en su modesta e individual opinión, merecen apartarse de la televisión y otras alienaciones modernas. Y se entregan a la actuación de un telonero de oro, Chris Brokaw, amablemente folk y en ocasiones árido cual bocata de cactus.

Aunque para zombies, el gigantón Evan Dando. Paseante por el barrio de Egía los minutos previos a su acto, andarín y algo apocado en sus contoneos, demostró que los artistas son de una pasta que ni se crea ni se destruye.

Evan Dando: Bocados de melancolía

“He estado haciendo de técnico de monitores en los conciertos de Enya”. Nuestro perdedor acústico favorito de la última década sigue en plena forma cuando se le pregunta sobre el porqué de su desaparición pública estos últimos años.

Y tan acertado como en las respuestas se sigue mostrando cuando le da por componer. Hace 7 años que no lo hacía, desde aquel canto de cisne de los Lemonheads llamado “Car Button Cloth” editado en 1996.

Aunque el título de su más reciente publicación (“Baby I´m Bored” Setanta/Everlasting 2003) parece indicar que el tedio se lo había comido y que estaría tocando en bares de mala calaña, dejándose llevar por los vicios del artista maldito y viviendo de aciertos pasados, Evan Dando no ha parado quieto en todo este tiempo.

Obviando por motivos claros sus guiños fílmicos (en el año 1994 le pudimos ver en aquel pastiche del movimiento grunge denominado “Bocados de realidad”, con Winona “ahora lo iba a devolver” Ryder), lo último que habíamos sabido de Evan Dando fue el supergrupo que iba montar con gente de Smashing Pumpkins (James Ida), Hole (Melissa Auf Der Maur) y Ryan Adams, proyecto que aún esta a la espera de sus primeros momentos audibles, cuando las agendas de sus integrantes más activos encuentren el hueco suficiente.

Nuestro hombre decidió sentar la cabeza, dejar de volar por encima de su cuerpo. Su traumática presencia en la caída de las torres neoyorkinas (“Estaba en un edificio cercano, que no paraba de temblar. Varias veces pensé que me iba a morir. Al salir, me dije a mí mismo: Bueno, esto es mi brazo, esto es mi pierna, la hierba es verde. Todo va bien”, afirmó el artista a medio camino entre el pavor y la ironía) le animó a dejar las impurezas y a centrarse en su matrimonio con Elisabeth Moses, la joven rubia que ilustra la portada de su trabajo recién publicado.

Lejos quedan ya hacer de roadie a todos los efectos de los hermanos Gallagher de Oasis, aterrizar completamente evadido de la realidad en el aeropuerto de Sydney o aparecer sobre el escenario del Festival británico de Glastonbury con cinco horas de retraso. A las cervezas sin alcohol y los platos naturistas que ahora emergen en su menú diario hay que unir el empeño de sus amistades musicales, las cuales le arroparon a la hora de reflotar su carrera.

Sus compañeros de bandas como Come (el propio Chris Brokaw se encarga de abrirle el concierto de este viernes en la sala Jam de Bergara), Spacehog, Calexico y Giant Sand ponen su arte y virtudes al servicio de las nuevas composiciones de Dando.

Ello permite ahora disfrutar del folk-pop de este ex Lemonheads bajo una nueva atmósfera, sin importarle en exceso al autor que sus influencias casi se puedan palpar con las manos. Desde los primeros acordes del indie-rock de “Repeat”, el tema que abre el disco, nos vuelve el escalofrío que recorría nuestro cuerpo con aquellas canciones iniciales.

Pero hay sitio para más. El country alternativo que Calexico ha estado creando y perfeccionando a lo largo de los últimos discos (imposible no caer rendido a la voz de este maldito en canciones como “Rancho Santa Fe” o el aire campestre que tan bien se adapta al folk de Dando en “Shot is Fired” y “It looks like you”). O la gran influencia, siempre ostensible, de Gram Parsons. No hay mas que escuchar la breve “Why Do You Do This To Yourself?” para notar la presencia del viejo trovador norteamericano.

Pero la aportación más importante es la del infravalorado compositor Ben Lee. El australiano, poseedor de un enternecedor estilo propio, firma un par de canciones (las preciosas y sencillas “Hard Drive” y “All my life”) y colabora en otras tantas, en lo que pueden considerarse el mejor vehículo de expresión externa, la mejor colaboración creativa que Evan Dando ha conseguido para su nuevo CD.

Así que aparquen los tópicos de fan anclado, esos que dicen “prefiero sus primeras obras”. Puede que aquellas melodías fueran más frescas, pero Evan Dando vuelve a la actualidad con un más que aceptable trabajo, abierto a nuevos sonidos e ideas sin dejar de lado esa cercanía, esa ternura y esa sencillez que siempre ha tenido su música.

Y regresa con muchas ganas. En un reciente concierto promocional realizado en una tienda londinense Mr.Dando tenía planeado tocar 6 canciones y acabó tocando 26. Denle sólo una guitarra y un micrófono y dejen que les susurre sus últimos años locos, ahora desde el punto de vista catártico, ecléctico y cercano como siempre.

En el trío que se trae a España para arropar de electricidad sus languideces acústicas lo completan el ya nombrado Chris Brokaw a la guitarra, Josh Lattanzi al bajo y el batería George Berz, que puso sus golpes en grupos como J Mascis and the Fog. Bienvenido a los mundos creativos, señor Dando. Y que sea por mucho tiempo.