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Etiqueta: Beñat Achiary

Argiartean: Picoteo de luz y sonido

Programa: Actuaciones musicales con visuales, instalaciones, cine. Lugar: Jardín De La Memoria (Donostia). Día: 07/10/2022. Asistencia: decenas de personas.

En el Jardín De La Memoria arrancó ayer Argiartean, certamen gratuito que une conciertos e instalaciones artísticas. El festival comenzó con una propuesta multidisciplinar: Puy Barral ofreció su poesía susurrada y directa. Garazi Navas puso el acordeón de inspiración vasco-portuguesa y espíritu aperturista. Rebeka Elizegi trabajó sobre la fantástica pantalla que ofrecía la pared de la iglesia de Iesu jugando con pocos elementos muy combinados.

Hubo tiempo para disfrutar de las instalaciones artísticas instaladas en el lugar y disfrutar del cine con “Zinetxita”, la bicicleta con pantalla adosada que ofrecía una colección de cortometrajes experimentales vascos.

Dotore y Resilence ofrecieron la segunda actuación del día. El popero local puso la encantadora luz de sus melodías mientras los catalanes construyeron un portentoso montaje lleno de sugerencias. Argiartean
continúa con su programación hasta el domingo con autores como Beñat Achiary, Joseba Irazoki, José Antonio Sistiaga, Lluch e Inesfera.

Kalaportu: y Beñat Achiary lo bordó

Intérpretes: El grupo Audience, Mikel Urdangarin, Ines Osinaga, Miren Narbaiza, Rafa Rueda, Dana Moya, Joseba Irazoki, Beñat Achiary, Miren Gaztañaga y Ander Lipus. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 24 de marzo. Asistencia: unas 500 personas.

Al abrigo de la Korrika Kulturala y el potente festival bilbaíno Loraldia llegaba a Donostia “Kalaportu, Joseba Sarrionandiaren lurralde poetikoa kantuz”, un espectáculo-homenaje que discurre por el territorio creativo del escritor Joseba Sarrionandia. Un caladero sin restricciones: los autores vascos han echado mano en 146 ocasiones de los poemas del autor de Iurreta para redondear sus tonadas.

El formato de esta gira por las capitales vascas tuvo las hechuras de “estrellas invitadas”. Con la banda vizcaína Audience como elemento perenne sobre el escenario y buena parte de lo más granado del pop vasco rulando por el micro y las guitarras, los distintos autores fueron pasando por el sencillo y vistoso montaje: un escenario repleto de maletas y globos terráqueos que colocó a la formación de Gernika sobre una elevada tarima, comandando la función. Su labor fue resuelta, heterogénea y acertada.

Apareciendo y dejando paso después, los actores Miren Gaztañaga y Ander Lipus jugaron con las palabras en distintos momentos del show. Suyo fue el arranque recitando textos sobre recuerdos y trances vitales, quedando el pistoletazo musiquero para un “Errua” en el que Ines Osinaga llevó el tema hacia terrenos de La Oreja De Van Gogh.

Osinaga y Dana Moya acercaron al mundo latino el corte “Katuaren katua”, giro que se tornó cubano en “Denon Mundua”. Tremenda la voz de Moya en este pasaje, llenando el teatro y medio barrio con su fuerza. Rafa Rueda y la banda lo bordaron en la popera y algo épica “Hokusairen olatu”. Una composición que tuvo a bien acabar el minutaje en un precioso juego sonoro de guitarras.

Tras la fronteriza “Lili bat” a cargo de Audience volvieron los actores para una escena sobre libertades y pasiones. Un entrante perfecto para el que fue uno de los mejores momentos de la noche, el de Beñat Achiary y Joseba Irazoki. Dos artistas que no sabes si son extraterrestres (por su calidad y libertad) o es que en realidad están intentando comunicarse con otras civilizaciones a través de sus creaciones. Achiary se puso el buzo de cantor heavy en “Nao es tu faculdade de sentir”, llegando a tonos elevados como los que imaginamos capaces de romper cristales de bohemia.

Miren Narbaiza, que destacaría en el cierre, debutó en la calmada “Ez diren gauzak” para dar paso a Mikel Urdangarin y un brioso “Oroimeneko portua”. Gaztañaga y Lipus finalizaron su aportación entre juegos lingüísticos sobre pasaportes, maletas, viajes y migrantes. Y tras correr un tupido velo sobre la interpretación de “Martin Larralde” la fiesta finalizó rockera con un stoniano “Ene Begiek” y esa “Guantanamera” -reescrita para la ocasión por el propio Sarrionaindia- que los cantantes fueron entonando a razón de estrofa por barba/moño.

Jazzaldia 2018: Músicas para todos los gustos

Decenas de conciertos conforman la rica oferta gratuita de las terrazas del Kursaal

El Jazzaldia que hoy comienza siempre se ha caracterizado por ofertar música de gran calidad sin tener que pagar una entrada para disfrutarla. Con las terrazas del Kursaal como centro relevante de actividades, el certamen mantiene una vertiente popular y social que cuida con esmero. Un capítulo en el que hay jazz, por supuesto, pero también músicas de otros colores. O sonidos de “amplio espectro”, que diría el Doctor House sobre sus medicinas.

Mientras el Escenario Verde acogerá estrellas de relumbrón como Rubén Blades, fiestorros de donostiarrismo popero (Amateur y Mikel Erentxun), apuestas de futuro que le pegan un buen bocado al presente (Izaro) y potentes autoras foráneas (Anna Calvi), la vida se extenderá más allá de las actuaciones que veremos y escucharemos con los pies metidos en la arena.

La variedad está asegurada en los tres escenarios de las terrazas situadas en la parte trasera del Kursaal. Si les tira el rollete juvenil este domingo tienen a Nerabe arreándole a post-punk hedonista. A los amantes del pop experimental de raíces les recomendamos ir a Beñat eta Julen Achiary & Joseba Irazoki y su espectáculo “Bashoan” el próximo sábado. Sin salir del euskera como idioma cantor los chicos folk-poperos de Oso Fan actuarán en la Terraza Heineken el domingo. Y fusionando pasado y futuro verán esta noche al combo GoGo Penguin. Un trío británico al que le chifla Aphex Twin, John Cage, Debussy y Massive Attack. Menudas cuatro patas para un banco sonoro…

Baño jazzero

Si lo suyo es el jazz el baño que se van a pegar será de los que dejan arrugas en los dedos. Por destacar algunos eventos gratuitos nos quedaremos con el “Endangered Blood” (jueves y viernes en el Espacio Coca Cola), el niño prodigio Tom Ibarra (hoy en la Terraza Heineken) o el momentazo de Bruce Barth y sus colegas deconstruyendo las ácidas tonadas del grupo Grateful Dead (esta noche, en el espacio Frigo). La fiebre -jazzera- del sábado noche podrá satisfacerse con el estiloso pianista galo Hervé Sellin y su trío en la Terraza Heineken.

Y hay nombres que, más allá de su calidad y firmeza, no dejan de ser una invitación: ¿Acaso ustedes se perderían un concierto protagonizado por la banda “The Machetazo” (domingo)? ¿Y un bolo con dos baterías (Double Drums Quartet, este viernes) ¿Acaso evitarían un vistazo a quienes el 29 de este mes se presentarán bajo la etiqueta de “Furia Txistulari” sin tocar ni por asomo el mencionado instrumento tradicional vasco? Anden tranquilos con las denominaciones. Más allá del innegable gancho nominal unos y otros se arropan en el jazz.

La Donostia orquestal

Y habrá grandes orquestas, claro, evidentemente, cómo no. El formato que tan bien ha calado siempre entre los espectadores de estas explanadas tiene un par de muescas en esta edición. La Reunion Big Band (viernes, Espacio Frigo) y la agrupación de la Escuela de Música y Danza de Donostia (el sábado en idéntico emplazamiento) harán las delicias de los seguidores de estas composiciones antiguas de porte tan distinguido. Se augura una pelea de sillas en estos eventos, dado que otros años estas sonatas se desplegaban frente al más espacioso Escenario Frigo. ¡Qué seria de un acto donostiarra sin estas pequeñas mini polémicas!

Resumiendo: acudan, picoteen, alucinen, prueben, bailen, gocen y si encuentran algo mejor en otro tablado de estas zonas gratuitas, vayan a él con respeto y sin mayores vergüenzas. Estos escenarios ofrecen un arcoíris de melodías en el que más pronto que tarde podrán toparse con algo de su color favorito.

Publicado en El Diario Vasco