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Juan Luis Etxeberria Entradas

Festibaila: Metales preciosos

El festival donostiarra programa dos días de conciertos gratuitos que mezclarán digitalismos
poperos y energías rockeras.

Los habrán visto en la playa. Son los buscadores de metales. Gentes que rastrean las profundidades
de la arena en busca de objetos brillantes, separando baratijas de monedas de euro. El Festibaila de
este año vendría a ser la versión musiquera de estos cazatesoros. Rebuscando entre los mil y un
grupos emergentes para ofrecer un cartel lleno de joyas descacharradas, gemas sonoras que aúnan
energía, frescura y poca vergüenza.

La parranda comienza esta noche en la donostiarra sala Gazteszena con un doblete digital. Dual
Split son un dueto de hermanos franceses. Probablemente la propuesta más pop de todo el fin de
semana, con sintetizadores añejos de fondo y una voz femenina bastante sugerente. Tras ellos le
llegará el turno a Soft Metals, quienes acercan a nuestra ciudad su nuevo disco “Lenses”. Un trabajo
que en palabras de la banda “ha girado hacia conceptos más minimalistas e introspectivos, menos
impactantes. Como si unieras los sonidos iniciales del house de Detroit con texturas más amables
”.
Sus temas instrumentales nos recuerdan a Kraftwerk, con unos gustos que van desde Brian Eno
hasta Frankie Knucles pasando por Coil, Kevin Saunderson o Soft Cell.

La pareja – en el sentido más amplio del término- está disfrutando del tour europeo actual. “Es
fantástico viajar con tu compañero sentimental. Estamos descubriendo juntos ciudades maravillosas.
Este viaje también es un test amoroso. La vida en la carretera tiene muchos subidones y bajones. ¡Si
sobrevivimos a esta gira nada nos separará!”, nos cuentan los miembros de esta formación que ha
querido en su nuevo trabajo “elaborar canciones más sencillas de llevar al directo. En casa nos gusta
jugar con las capas, pero luego trasladarlo es muy complicado. El aparataje que llevamos ahora deja
la puerta abierta a cierta improvisación, lo cual nos encanta
”.

El festival traslada su sede mañana al floreciente Dabadaba de Donostia, que recogerá los sonidos
más sucios del certamen: La Secte De Futur hacen un lo-fi punk que le buscará las cosquillas al
equipo de sonido de la sala. Aullido Atómico es un trío valenciano que pasa de las etiquetas hasta
en sus camisetas. La noche se cierra con Tumba Swing, que como los anteriores viene del reino de
las naranjas y edita sus artefactos en Discos Calamidad. Es un hombre orquesta obsesionado por
captar el blues más bruto y el rock más sucio. Su disco “solo y mal acompañado” – un título
maravilloso- es un buen ejemplo de este onanismo aborigen y musiquero.

Paul Heaton & Jacqui Abbott: “What have we become”

Pop
2 estrellas

El cantante de los nunca suficientemente reconocidos The Housemartins se alía con su antigua compinche en The Beautiful South, banda cuya continuación natural bien podría ser este nuevo dueto, para entregar canciones de letras reivindicativas (“One man´s England”). También hay humor y melancolía bajo este paraguas de pop abierto que va desde el country amable o lo latino hasta el soul blanco, con tonos tan adultos como sus dueños.

Joan Colomo: La fília i la fòbia


Pop
3 estrellas

Qué alegría da ver que el mejor showman de la escena independiente nacional también hace canciones maravillosas. Ya conocíamos sus ocurrencias grabadas y, sobre todo, en vivo. Pero este nuevo CD es una colección abierta de serio humor, con predominio del catalán y mucho gusto en unos arreglos pop que transmiten paz y placidez. Aprovecha la ola de salir en un anuncio televisivo, Joan, y que todos conozcan tus bellas artes.

My Bubba: Goes Abroader


Folk
3 estrellas

Imposible no caer rendido ante la dulzura y delicadeza de estas escandinavas. Su folk es mínimo. Un arpegio lento y suelto, un contrabajo. Todo exquisito y suave, tierno como los amores iniciales. Con unas voces mimosas, bien sabrosas en armonías, que cautivan por su susurrada cercanía y buscan transportarte a paisajes idílicos, cálidos y algo sureños, antagónicos a los de su creación musical. Para escuchar mirando al techo y soñar

Joana Serrat: Dear Great Canyon

POP
2 estrellas

Buscando un hueco entre la maqueada Russian Red y la candidez pop de Alondra Bentley, la cantante de Vic hunde sus pies poperos en tierras norteamericanas para entregar este nuevo CD. Un ejercicio de estilo con Bob Dylan o Roy Orbison en la brújula y una producción muy anglófila y actual. Precisamente es esa patena sonora la que complica la escucha sin lastres de este bello disco, después de haber escuchado tantas cosas similares.

Lorena Álvarez y su Banda Municipal: “Dinamita”


Folk
3 estrellas

Acogida por parte del movimiento hipster como bizarrada curiosa, la asturiana asienta y abrillanta su estilo con este nuevo disco breve grabado con el Coro de Ladinamo y el Patio Maravillas. La música popular de raíz tradicional sigue sonando muy atractiva en sus voces, por más que uno no sea muy fan de Victor Jara o el folk montañero. Las letras son ahora una purga interna, realizada con la habilidad seductora habitual. Bravo, artista.

La Sera: Hour Of The Dawm


Pop
3 estrellas

10 canciones. 30 minutos. Las chicas capitaneadas por Katy Goodman (ex Vivian Girls) no se andan con chiquitas. La luz ilumina la habitación que tan bellas y tristes melodías dio en el pasado para ofrecer un CD de inspiración 50s –esos coros- mezclada con punk-pop, los años 80 radioformuleros y mucha guitarra sucia. Fusión imposible que en sus manos va rodada. Si pueden no se la pierdan entre los mil actos del Primavera Sound 2014.

Eric Burdon: El animal con garras

Intérpretes: Eric Burdon (voz), Eric McFadden (guitarra), Robert Wilson (bajo), Anthony Braunagel (batería), Walter Ingram (percusión), Don Young (Órgano Hammond). Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia). Día: 4 de mayo del 2014. Asistencia: Lleno, unas 600 personas.
 
Primera sorpresa de la tarde: La sala de cámara del Kursaal, el auditorio del cubo pequeño, estuvo a punto de colgar el pasado domingo el cartel de no hay billetes. No es que Eric Burdon no tenga galones ni una carrera envidiable y longeva. Pero convendrán conmigo que en un día festivo y soleado no es fácil convencer a la gente para que se siente un rato bajo techo a escuchar un concierto. Como siempre, nos encantó tragarnos nuestras suposiciones.

Segundo momento a remarcar: la hora del evento, las siete de la tarde. Los más perversos afirmaban que era la mejor porque la elevada edad del respetable no recomendaba mucho trasnoche. No hagan caso de esas habladurías – aunque en lo referente a la añada de los asistentes tuvieran bastante razón-. Es más probable que el arranque de la velada se hiciera también pensando en los visitantes del otro lado de la muga y sus usos horarios. Un territorio en el que Burdon cuenta con muchos seguidores, como bien se pudo comprobar en la visita del cantante inglés al pasado Festival Hondarribia Blues

Tercera muesca, aunque esta no fuera tan extraordinaria: Eric Burdon y los suyos dieron un concierto muy elegante. Recuperado completamente de los achaques que en el pasado cercano le han hecho bajar el pistón actuante, el antiguo cantante de los Animals ofreció un espectáculo más que digno, lleno de vitalidad y sonidos de raíz negra.

Al hombre no le pidan saltos a lo Van Halen (ojo, a su teclista quizás sí, que acabó el bis tocando su piano eléctrico con el pie). Ni esperen que cante con aquella voz rota que mostraba en ”The House Of The Rising Sun”, aunque mantenga una energía vocal envidiable y un tono fiero que destaca en las canciones menos musicadas. Pero si uno de sus conciertos les pilla cerca no duden en acudir. Sobre todo si es al aire libre y en un ambiente festivo que estos músicos se encargarán de elevar.

El británico contó con unos socios perfectos para practicar el noble pero poco moderno arte del rhythm & blues, y muchas ganas de picar sonidos de otros estilos como el reggae, el rock o los aires latinos. En la banda actuante destacaron sus acompañantes en la zona frontal. El ya mencionado organista, con muchos paseos endiablados por las dos series de teclas que manejaba. Y un guitarrista que ofreció momentos muy aplaudidos por el gran público.

Asistentes que se emocionaron con las poco férreas interpretaciones de canciones antiguas (no tiene mucho sentido artístico fotocopiar “Boom Boom”, “We’ve Gotta Get Out Of This Place”, “Don´t Let Me Be Misunderstood” o la ya mencionada “casa del sol naciente” cuando estas ya tienen cincuenta años) y las melodías más actuales del autor británico, quien se despidió tras noventa minutos de actuación y una sala puesta en pie para agradecerle su exitosa nueva visita.