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Eric Burdon: El animal con garras

Intérpretes: Eric Burdon (voz), Eric McFadden (guitarra), Robert Wilson (bajo), Anthony Braunagel (batería), Walter Ingram (percusión), Don Young (Órgano Hammond). Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia). Día: 4 de mayo del 2014. Asistencia: Lleno, unas 600 personas.
 
Primera sorpresa de la tarde: La sala de cámara del Kursaal, el auditorio del cubo pequeño, estuvo a punto de colgar el pasado domingo el cartel de no hay billetes. No es que Eric Burdon no tenga galones ni una carrera envidiable y longeva. Pero convendrán conmigo que en un día festivo y soleado no es fácil convencer a la gente para que se siente un rato bajo techo a escuchar un concierto. Como siempre, nos encantó tragarnos nuestras suposiciones.

Segundo momento a remarcar: la hora del evento, las siete de la tarde. Los más perversos afirmaban que era la mejor porque la elevada edad del respetable no recomendaba mucho trasnoche. No hagan caso de esas habladurías – aunque en lo referente a la añada de los asistentes tuvieran bastante razón-. Es más probable que el arranque de la velada se hiciera también pensando en los visitantes del otro lado de la muga y sus usos horarios. Un territorio en el que Burdon cuenta con muchos seguidores, como bien se pudo comprobar en la visita del cantante inglés al pasado Festival Hondarribia Blues

Tercera muesca, aunque esta no fuera tan extraordinaria: Eric Burdon y los suyos dieron un concierto muy elegante. Recuperado completamente de los achaques que en el pasado cercano le han hecho bajar el pistón actuante, el antiguo cantante de los Animals ofreció un espectáculo más que digno, lleno de vitalidad y sonidos de raíz negra.

Al hombre no le pidan saltos a lo Van Halen (ojo, a su teclista quizás sí, que acabó el bis tocando su piano eléctrico con el pie). Ni esperen que cante con aquella voz rota que mostraba en ”The House Of The Rising Sun”, aunque mantenga una energía vocal envidiable y un tono fiero que destaca en las canciones menos musicadas. Pero si uno de sus conciertos les pilla cerca no duden en acudir. Sobre todo si es al aire libre y en un ambiente festivo que estos músicos se encargarán de elevar.

El británico contó con unos socios perfectos para practicar el noble pero poco moderno arte del rhythm & blues, y muchas ganas de picar sonidos de otros estilos como el reggae, el rock o los aires latinos. En la banda actuante destacaron sus acompañantes en la zona frontal. El ya mencionado organista, con muchos paseos endiablados por las dos series de teclas que manejaba. Y un guitarrista que ofreció momentos muy aplaudidos por el gran público.

Asistentes que se emocionaron con las poco férreas interpretaciones de canciones antiguas (no tiene mucho sentido artístico fotocopiar “Boom Boom”, “We’ve Gotta Get Out Of This Place”, “Don´t Let Me Be Misunderstood” o la ya mencionada “casa del sol naciente” cuando estas ya tienen cincuenta años) y las melodías más actuales del autor británico, quien se despidió tras noventa minutos de actuación y una sala puesta en pie para agradecerle su exitosa nueva visita.

Publicado enCríticas de conciertos

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