Intérpretes: Felix Buff (voz, guitarras), Joseba Irazoki (guitarra) , Vincent Bestaven (teclado), Antoine Philippe (bajo), Mikel Sanchez (Bateria). Lugar: Sala Kutxa Fundazioa (Donostia). Día: 28-04-2024. Asistencia: casi lleno, unas 140 personas
En un nuevo ejemplo de salto desde la batería hasta el micrófono principal, Felix Buff llegaba a Donostia para presentar su segundo disco ‘The Dancing King’. El batería de Willis Drummond prosigue así su camino propio, que también es un desvío de los sones rockeros de aquella banda.
Porque a Rüdiger le pirra el pop. El reposado. Ese que gira al espacio. Aquel que puedes definir como “sicodelia apacible” sin que nadie te reproche nada. Uno que, acústica en mano, pisa Inglaterra y se sienta en Estados Unidos a la hora de hablar del folk. El mismo que, mediado ya el concierto, comienza a abrirse hacia espacios más etéreos. A llevarnos a bailar como el grupo AIR o acercase a The Rolling Stones.
Una lista de melodías que siente devoción por Kevin Morby, The Beatles, el jazz o Mercury Rev. En piezas bien rematadas por la guitarra de Joseba Irazoki, que las aleja de cualquier estilo para aterrizarlas en otro sitio más refrescante o vivaracho. Fueron setenta minutos de elegancia, tranquilidad y belleza creativa. Y eso un domingo vale el doble.
Intérpretes: Maquina, DAIISTAR, A Place To Bury Strangers. Lugar: Sala Dabadaba (Donostia). Día: 21-04-2024. Asistencia: unas 250 personas
Los neoyorquinos A Place To Bury Strangers convirtieron el Dabadaba donostiarra en una nave industrial con su desgarrador concierto. Nuestro cuerpo fue un muñeco de pruebas, vapuleado por unas luces y un montaje que potenciaban la claustrofobia.
En lo musical el ruidoso enfado tuvo momentos de rockabilly con guantes de boxeo y bastante contundencia sonora repleta de turbadores ritmos y efectos de guitarra. La formación se diluyó entre los asistentes para interpretar una especie de rito endemoniado con atronadores cachivaches. Los sacerdotes de la noche acabaron jaleados por un público que disfrutó de la feroz oferta, digna de ser utilizada para comprobar la fiabilidad de unos tapones de cancelación de ruido.
La noche se completó con la actuación de los potentes Maquina (un martillo pilón de ritmos reiterativos) y el poco memorable pop shoegaze del combo DAIISTAR.
Intérpretes: Höpper, Triángulo de Amor Bizarro. Lugar: Intxaurrondo Kultur Etxea (Donostia). Día: 20-04-2024. Asistencia: unas 350 personas.
Ha sido un fin de semana de bienvenidas y despedidas políticas… y culturales. Triángulo de Amor Bizarro cerró el sábado pasado en Donostia la gira de su disco ‘SED’, ya en formato trío tras la reciente marcha de Rubén Muñoz. El grupo aleteó sus sedientas melodías, presentó alguna obra nueva y confirmó que sigue siendo una de las mejores bandas de la escena independiente. Porque al ‘indie’ le ha pasado lo que a tantas y tantas etiquetas. Que de tanto usarla se ha borrado su significado. Menos mal que estos gallegos vinieron para confirmarnos nuestro amor por ella.
La fórmula pareció coja en los primeros compases por la nostalgia de los sonidos ausentes. Pero enseguida el combo fue enseñando sus piezas de forma arrebatadora. Capitaneando el cantante Rodrigo Caamaño las piezas más punk, las ‘arties’ y cabreadas. Destacando Isabel Cea en el ensoñador lado popero. Aporreando como si le fuera la vida en ello el batería Rafael Mayo, el mosquetón de esta cordada.
Fue una sucesión de temas muy bien anidados cuyo concepto y gozo fue brotando ante nuestros ojos como lo hacían los delfines en aquellos pósteres que debías mirar fijamente. Parece increíble que se pueda mezclar con tanto acierto y calidad el dub, los cabreos de rock duro, la vaporosidad de las voces de larga cola, el indie canónico de guitarras, un poco de Pixies, otra gota de Los Planetas, las melodías de museo contemporáneo y los escupitajos salvajes. Dejando un espacio especial, el de cierre, para sus mayores aciertos. Los que bebían de New Order/Joy Division y el tintineo de bandas como The Pains Of Being Pure At Heart.
En cuarteto, de forma directa, sin pedales de efectos en los instrumentos. Así presentaron Txuma Murugarren y los suyos ‘Gautegia’, su versión en euskera del lírico trabajo de Nick Cave titulado ‘Nocturama’. Desde la ‘Arroka gotorra’ de Gibraltar a ritmo de vals eléctrico hasta la narrativa casi indie de ‘Eman’. Pasando por los aires clásicos de ‘Zeure eskuetatik’, la radiante ‘Berak nahi zaitu’ y la finura de ‘Oraindik Maiteminez’, el repaso fue terso y sencillo. Con esa voz dulce y cazallesca tan atractiva.
La lista se completó con otras piezas propias, caso de la aplaudida ‘Bidean’ o la sedosa ‘Biok sobera’. Disfrutando del suave bamboleo de ‘Laurogeiko hamarkada’, los arrebatos de aire funk (‘Han errazagoa da dena’) y varios momentos más resueltos (‘Xumea’). Ya fuera sobre temas ajenos o propios, Txuma y la banda ofrecieron una buena versión.
Intérpretes: Beñat Mitxelena (acordeón y voz), Jorge García (guitarra y voz), David García (guitarra y voz), Iosu Burguete (trompeta y voz), Eneko Irigoyen (trompeta y voz). Día: 24-03-2024. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Asistencia: lleno, unas 1800 personas.
La verbena, como sucede con la energía, ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma. Grupos tributo, orquestas gallegas a todo tren, carpas con dos teclados, electrocharangas. El viaje a las “canciones de toda una vida”, como las definieron el sábado los integrantes de Puro Relajo, sigue gozando de buen tirón.
Un Kursaal lleno hasta la bandera recibió con alegría las 30 canciones interpretadas durante dos horas por este grupo navarro de marcado carácter charro. Los zalameros y simpáticos intérpretes regaron de jubilosas interjecciones y algún que otro irrintzi el paseo por la nostalgia que incluyó piezas cercanas. El himno de la Real Sociedad, ‘Artillero’, ‘Txoria Txori’ – de las más bellas de la velada-, ‘Ikusi Mendizaleak’ o ‘Agur Zuberoa’ llegaron con el coro de 1800 voces que, con mayor o menor potencia, entonaron sus melodías preferidas y grabaron vídeos como mozalbetes.
Hubo mariachis a mansalva, propios y adaptados (‘Adelita’, ‘Morena de mi corazón’, ‘Caballo Prieto Azabache’, ‘El Rey’), bosques románticos (‘El gato en la oscuridad’), bailes agarrados (‘Se me olvidó otra vez’), guiños españoles (Loquillo, Antonio Flores, Nino Bravo, Georgie Dann) y viajes a su tierra (‘No te vayas de Navarra’).
En lo referente a los invitados, Micky (sí, el del los Tonys) tiró de experiencia para recuperar éxitos como ‘Enseñame a cantar’. Jon, Jaione Eta Seme Alabak, la Kelly Family vasca, rescató un ‘Maitasun Hitzak’ de precioso final. Y Gozategi se sumó a la parranda con su ‘Emostazu musutxue’ y el vals ‘Udako egunak’. La reunión finalizó en ‘Adiós con el corazón’, con los músicos regalando flores desde el escenario mientras parlaban con las y los admiradores.
Intérpretes: Gari (voz, guitarra), Alex Alonso (batería), Oier Aldekoa (bajo, voces), Miguel Moyano (guitarra, voces), Iker Lauroba (teclado). Lugar; Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 21-03-2024. Asistencia: unas 300 personas.
Con la eterna visera, fino como un atleta y enfundado en un traje negro apareció sobre el escenario donostiarra un nervioso Gari a presentar ‘Benin bizitzea’, el precioso disco que acaba de publicar. Acompañado de sus Maldanbera, estas nuevas canciones comandaron la primera de las tres partes en las que se dividió la noche.
Disfrutamos del bello discurrir de “Bi hiritan”, los silbidos (grabados) de ‘Elurretan’ y su aire afrancesado, la tensión pop de ‘Gaua’, la influencia War On Drugs de ‘Holandar alderraia’, la vitalidad de ‘Jurisprudentzia’. Todas de ejecución más directa que en el CD, repletas de voces con efectos largos y con una nitidez algo difusa que seguro irá aclarándose con el paso de los conciertos.
La segunda sección, breve y afectiva, nos trajo a un Garitaonaindia acústico sin más compañía que su guitarra – y los mencionados efectos vocales- para gozar de la bilingüe ‘Yase’, la vestida protesta de ‘564’ y el clásico ‘Amets’.
Vuelta a la formación completa, el set se cerró con visitas a composiciones famosas del autor vasco: la orgullosa ‘Gaur’, el pop radiante de ‘Obsesioak’, la cadencia y swing de ‘Zaharra zara Bilbo’, el aire poderoso de ‘Amapola’ y la épica contenida (‘Alferrik dana’) que se soltaba la final (‘Egunon mundo’). La velada acabo con ‘Estutu’ y ese estribillo en el que te quedarías a vivir.
Intérpretes: Anari Alberdi (voz principal y guitarra), Xabier Olazabal (bajo), Mariano Hurtado (piano), Ander Mujika (guitarra eléctrica), Xabier Etcheverry (rabel), Mikel Txopeitia (batería). Lugar: Intxaurrondo K.E. (Donostia). Día: 17-03-2024. Asistencia: lleno, unas 500 personas.
Sonriente y satisfecha, recuperando el aire, Anari Alberdi compartió el disfrute con el público que llenaba la casa de Cultura de Intxaurrondo. “Volvería a tocarlo entero de nuevo”. Se refería a ‘Giza Zarata’, el disco recién publicado. Obra que la banda repasó de principio a fin siguiendo el orden del lanzamiento. Una señal de confianza y personalidad.
La noche comenzó cruda, contundente. Por más que se cuele la melancolía de los Tindersticks (‘Ez nengoen han’) ahora se impone la fuerza de Neil Young y el orgullo de su adorada Kae Tempest (‘Kontinente zaharra’). Disfrutando de la división de un ‘Bunkerra’ que silenció la sala, el pundonor de ‘Inmolazioa’ y la pesadumbre distorsionada de ’Edertasun Arraroa’. La superación de ‘Vesna Vulovic’ llegó balcánico-italiana en un set que se cerró con el precioso descenso de ‘Giza zarata’.
La cita continuó por otros temas exitosos de la formación vasca. Con un color más modulado viajamos por la belleza de “Harriak’, el vals ruidista de ‘Oreinak’, la variante ufana de ‘Gu’ y la magnífica narrativa de ‘Orfidentalak’.
Intérpretes: Juan Gómez Canca “El Kanka” (voz, guitarra). Lugar: Intxaurrondo K.E. (Donostia). Día: 01-03-2024. Asistencia: lleno, unas 500 personas
¡Ay, la liturgia de los conciertos! Se compra el billete, se asiste al evento, se disfruta de la lista de canciones preestablecida, el autor se va, se pide “otra, otra”, vuelve, se acaba, se pasa por la tienda y a casa. Menos mal que, dentro de esa estructura consentida, en ocasiones hay espacio para las variaciones.
Como la que presenta El Kanka. A la entrada de la cita vasca varias chicas nos invitaron a escribir nuestra obra preferida del autor malagueño y depositar el voto en la urna allí presente. Quince de esos cartones garabateados conformarían más tarde la lista de canciones de la fecha guipuzcoana.
Lo explicó el autor en lo que denominó “las pautas del recital”. Metía la mano en la urna, sacaba un recuadro y tocaba la pieza. Hubo elecciones con hasta siete propuestas escritas y otras que se lo tomaron de manera más refrescante (“un katxi”, anotó alguien en su papiro).
Con diez minutos de retraso salió El Kanka acompañado de la guitarra española, su voz y una misión encomiable: utilizar esos elementos para encandilar al público. Sin efectismos. Con la fuerza del trovador, la cercanía de la tasca o la playa, la peligrosa ilusión de un enamorado y la alegría del canallita cortés. Ante un público fabuloso.
En Euskadi tendemos a convertir cualquier mínimo gesto de expresividad en algo milagroso. Que un auditorio se ponga en pie es comparable a llegar a la Luna. Las 500 personas del viernes se pasaron esa pantalla con creces. No ya por cantar todo lo que tuvieron a tiro. Es que en Intxaurrondo la gente coreó a la manera de una escolanía y silbaron las melodías de ‘Vengas cuando vengas’ como “en una fiesta de jilgueros” -palabra de El Kanka-.
A nivel creativo las composiciones fusionaron el pop, el flamenco, la bossa nova y lo latino/argentino con alegría. La misma felicidad que derrocharon sus letras, asentadas en las emociones y la vida diaria. Huyendo de ese mundo almibarado y fantasioso de los éxitos actuales.
Habló de preferir las esencias corporales a los perfumes (‘Por tu olor’), elevó el amor que incluye hasta las partes más rugosas (’Me gusta’), defendió la amistad entre colegas (‘Sabéis quienes sois’), el respeto (‘No jodan la marrana’) y la alegría de la pasión madrugadora (‘Después de esta mañana’). Viajando por el bello costumbrismo (‘O algo’), abrazando la polka (‘Lo mal que estoy y lo poco que me quejo’) y fusionando México con las danzas antiguas (‘Instrucciones para bailar un vals’). Los centenares de aplausos del cierre nos dibujaron un público satisfecho con el juego y encantado de la diversión y cercanía con las que el guitarrista les desborda en sus creaciones.