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Autor: Juan Luis Etxeberria

Zona chill out: Sonidos playeros relajados.

Poner música a la estancia en la playa. Que nuestros paseos, nuestros baños en el agua y nuestros estáticos momentos horizontales estén envueltos por melodías suaves y agradables. Esa es la principal novedad con la que los promotores de zona Chill Out 2002 piensan acompañar nuestras estancias diarias en la arena donostiarra de la Zurriola desde el pasado domingo y por espacio de dos semanas alternas.

La idea llevaba ya tiempo rondando la cabeza del donostiarra Juanma Dieste director de la emisora radiofónica local Planet Radio y uno de los organizadores de Zona Chill Out 2002. Un proyecto con influencia mediterránea que Juanma no quiere ni debe disimular. ”Lo que buscábamos era acercar a Donostia todo ese ambiente característico de la isla de Ibiza. Yo creo que la capital guipuzcoana, por su forma de ser, debería tender hacia esa cultura musical que se sale de lo habitual, buscar ese tipo de músicas diferentes y alternativas. Porque te vas a Ibiza y te encuentras sesiones de este tipo de música en cualquier playa…”.

Juanma y el resto de organizadores están montando la carpa que servirá para instalar el equipo necesario para llevar a cabo su propuesta. El “centro de operaciones” está situado en un pequeño voladizo sobre el tejado de la Zurriola Beach Bar, la cafetería a pie de arena situada al final del Paseo de la Zurriola.

A simple vista no parece que hagan falta grandes medios. Bajo la pequeña lona comienzan a colocar el material: los lectores de CD, un par de platos donde sonarán los discos de vinilo, el amplificador encargado de aumentar la señal y la mesa de mezclas necesaria para controlar volúmenes y efectos.

Dos altavoces harán sonar la música desde esa altura, y estarán acompañados por otros dos de mayor tamaño situados sobre la arena. La idea de los promotores no es ambientar toda la playa, sino la zona derecha de la misma, donde está la cafetería y los alrededores.

Hasta la elección del lugar parece haber estado estudiado, pensando en el público potencial que mejor asimilará esta colección de sonidos playeros. “Desde hace tiempo nosotros como radio musical especializada teníamos este proyecto de hacer una zona acotada para crear este ambiente especial. Creemos que la playa de la Zurriola que es el lugar ideal porque es la playa joven de la capital”.

Antes de empezar a marearnos con el nombre de marras, le pedimos a Juanma que intente expresar con claridad algo tan vano para el ciudadano de a pie como es el término chill out, la palabra que define los sonidos que flotarán sobre la arena estos días.

Y lo consigue de la manera más sencilla posible. Deja de lado nombres de grupos o estilos de referencia para lanzarse a una explicación concreta.” Yo pienso que chill-out es todo aquello que te pueda relajar, que puedas escucharlo mientras entablas una conversación, que no te moleste, que puedas estar tomando el sol en la playa y que estés escuchando esa música. Que tal vez no la escuchas ahora porque estas hablando con una persona pero que vuelves a la toalla después de un baño, te relajas y te dejas llevar…”.

Para quién desee comenzar a investigar y adentrarse en estos mundos, el director de Planet Radio recomienda los Cds de “Café Del Mar”, una serie de discos aparecidos bajo el amparo de un conocido local de moda situado en (no podía ser de otra manera) la isla de Ibiza.

La selección de los animadores musicales que pasarán todas las tardes de 5 a 9 por la carpa del “chill out 2002” está plagada de nombres desconocidos para el gran público, aunque algunos de esos personajes formen parte de la plantilla habitual de conocidos establecimientos nocturnos.

Mucha gente no se fija en este tipo de cuestiones, pero Juanma Dieste tiene un minuto para que la grabadora recoja el cambio de planteamientos que ha sufrido la noche en su lado más ocioso. “El disjockey es una persona que se lo trabaja, que investiga, que busca la música que debe poner en cada momento. La prueba más evidente de ello es que muchos establecimientos hosteleros han pasado de depender del barman gracioso y agradable, que es el que lleva a la clientela, a que la gente vaya a dicho bar o sala simplemente por la música que ponen”.

Manoukian, la persona encargada de abrir fuego el domingo con estas sesiones de música tranquila, es uno de esos poco conocidos Djs. Al donostiarra Yon Vidaur (nombre real de Manoukian) le toca esperar un poco para empezar a poner su colección musical. El campeonato de Surf que finaliza hoy en la playa del barrio de Gros ha acumulado un pequeño retraso, y los responsables ocuparán la megafonía durante un tiempo mayor que el inicialmente previsto.

Los zahoríes: ”Llamar la atención”

Curiosa y casera la primera referencia de estos “descubridores de manantiales subterráneos” donostiarras. Un CD autoproducido con la ayuda de Juan Zulaika en sus estudios de grabación, en los que el capitalino consigue que las baterías alcancen niveles de realismo envidiable y los bonitos arreglos de teclado marca de la casa (ya sea piano, teclado o sección de viento) suenen como un acierto.

Los sonidos de esta referencia Zahorí beben y mucho de los manantiales rockeros ochenteros, que corrieron (y corren) con fuerza por las calles easonenses. Esta idea toma fuerza en las canciones que arrancan y cierran el CD (“Despegar” y “Cambiar Tu Mundo”), temas briosos con letras hilvanadas de noches, amores, catarsis y desasosiegos, con sus guitarras afiladas y marcadas, siempre melódicas.

“Esquinazo a la soledad”, con reminiscencias a grupos como Burning o Amor a Traición, es la canción más redonda y acertada de las cuatro que recoge esta entrega, dejándose aderezar con elegancia hasta la explosión en el estribillo. Mientras “Sus manos se esconden”, una canción de tiempo lento, muestra el lado más sentido y melancólico del grupo.

Si consigue empacar un poco las letras, que a veces suenan algo forzadas, al proyecto musical del señor Perez Valles le imaginamos un futuro esperanzador en la primera etapa de la carrera de conciertos: los bares y pubs, en los que esperamos encontrarnos pronto con estas canciones de sabor añejo y rockero.

Los zahoríes:”Llamar la atención”

Curiosa y casera la primera referencia de estos “descubridores de manantiales subterráneos” donostiarras. Un CD autoproducido con la ayuda de Juan Zulaika en sus estudios de grabación, en los que “Zulai” consigue que las baterías alcancen niveles de realismo envidiable y los bonitos arreglos de teclado marca de la casa (ya sea piano, órgano o sección de viento) suenen como un acierto complementario.

Los sonidos de esta referencia Zahorí beben y mucho de los manantiales rockeros ochenteros, que corrieron y corren con fuerza por las calles easonenses. Esta idea toma fuerza en las canciones que sirven de arranque y cierre del CD (“Despegar” y “Cambiar Tu Mundo”), temas briosos con letras hilvanadas de noches, amores, catarsis y desasosiegos, con sus guitarras tajantes y marcadas, siempre melódicas.

“Esquinazo a la soledad”, con reminiscencias a grupos como Burning o Amor a Traición, es la canción más redonda y acertada de las cuatro que recoge esta entrega, dejándose aderezar con elegancia hasta la explosión en el estribillo. Mientras “Sus manos se esconden”, una canción de tiempo lento, muestra el lado más sentido y melancólico del grupo.

Si consigue dar mayor empaque a las letras, que a veces suenan algo forzadas, al proyecto musical del señor Perez Valles le imaginamos un futuro esperanzador en la primera etapa de la carrera de conciertos: los bares y pubs, en los que esperamos encontrarnos pronto con estas canciones de sabor añejo y rockero.

Cool Panic: Made of Stone

Rock sesentón y setentón el embotado en el debut de los bergareses COOL PANIC, que echan mano de versiones de Them y Remains para completar las 9 canciones de este “Made of Stone”.

La referencia 014 del sello Safety Pin se grabó en verano del pasado año y recorre parajes veloces de guitarras punk-rockeras y medios tiempos de herencia Flamin Groovies, en un ingles ligeramente primigenio cantado por voces masculinas y femeninas.

El ex NCC Jorge Reboredo y su estudio de grabación añaden su buen hacer al disco, aunque a veces el sonido sea demasiado pulcro. Con lo bien que le suele sentar un poquito de suciedad a este estilo musical…

La Buena Vida

Teatro Principal – San Sebastián – 2002-05-09

Había ganas, y muchas, en la ciudad por volver a ver a La Buena Vida en concierto. Las noticas que nos llegaban de fuera hablaban de terrible éxito. Una gira invernal muy larga que solo había deparado parabienes de crítica, y lo que es más importante, público. Pero la ciudad donde uno nació siempre es diferente. Y más Donostia, que hasta que fuera no te aclaman aquí no te aplauden.

Así que nuestra primera sorpresa fue encontrarnos el Teatro Principal de la parte vieja donostiarra lleno. Fuera, en la calle, el agua caía por jarras. Ideal para quedarse en casita, escuchando música suave, con la persiana a medio bajar y bien acurrucado. Vaya, como dicen las canciones de La Buena Vida…

Tras descubrir entre el público a más de la mitad de La Oreja de Van Gogh (Donosti no es ciudad envidiosa) y algún que otro “reconocido” local, el concierto arranca bastante puntual, con un inicio precioso: las cuerdas (que no nos dejaran durante el concierto entero) de “Desde hoy en adelante”, una de mis debilidades buenavidienses, comienzan a sonar mientras el telón comienza poco a poco a alzarse. Le siguen “tormenta en la mañana de la vida” y “Melodrama”. Arranque fuerte y gozoso.

Sin entrar en detalles (pronto estarán en el Jovellanos de Gijón y en el Primavera Sound. Y sería como contar el final de “Sospechosos Habituales”…), este primer bloque de temas sirve para degustar canciones de los 3 últimos discos del grupo donostiarra. Algunos momentos más relajados, otros singles que nunca entenderemos cómo no los cantan las quinceañeras, su nuevo single “Blues por Charlie”(otro acierto. Y van…).Llega el interludio, donde Mikel e Iranzu, las voces, se quedan casi sin instrumentos para un par de canciones más sosegadas, lo cual se agradece. A veces el abundante sonido se los come.

Vuelve el grupo, que repite esquema del primer bloque. Y el bís, donde sorprenden (para mi de forma irónica) con el “La Vida sigue igual” de Mr Miami tabique-platino Iglesias y una canción de Neil Young!!. Acaba el concierto, se respira satisfacción en el aire. Fue precioso. En el previo del periódico local hablaban el día anterior de que eran “líderes de la liga B”, esa que se aleja de talones y concursos pero que vive centrada en las canciones. Si siguen elaborando temas (y conciertos) como el de Donostia, seguiré pensando que esos cantos a la tristeza, a la soledad, al desamor, a la felicidad, a las relaciones humanas de enfoque pop siguen sonando geniales en manos de La Buena Vida. Que se vive mucho mejor en Segunda, vamos…

Mogwai

Jam – Bergara – 2002-11-30

Al principio tuve miedo. Como en esas ocasiones en las que todo el mundo te dice que una película es muy buena y vas tu y te parece correcta, sin más. Llevábamos una hora de concierto de Mogwai (los teloneros, como siempre, eligen nuestra hora de cenar. Que gente…) y uno ya barruntaba el texto en la cabeza. Vaya, lo fantásticos que me parecieron el primer año que actuaron en Benicassim. Y en la de este año todos los ponen por las nubes. Y a mi que me está dejando un poco frio…

Llegamos tarde al reparto de tapones gratuito, así que nos tocó escucharles a pleno oido. Parafraseando a un conocido crítico (que no tiene miedo a la hora de parafrasear a otros), podríamos decir que en directo Mogwai solo tienen dos canciones; las que cantan y las que son como una tormenta eléctrica en mitad del Amazonas. Las primeras suenan mucho mejor en disco, claro está, porque allá tienen los detalles y las delicadezas que en concierto son difíciles de reproducir. Y por otro lado, las acertadamente vanagloriadas expresiones ruidistas de los 5 escoceses.

Lo que más nos congratuló de esta segunda vertiente fue la selección de temas, eligiendo aciertos de sus 4 discos a la hora de elaborar la lista. La frialdad de movimientos en escena quedaba desbordada por esa maraña guitarrera, donde los pedales giraban de lado a lado intentando quemar el amplificador. Soberbio, precioso,impactante, atronador. Pero, viendo las lista de canciones desde arriba, había una que no conseguíamos descifrar cual era. ¿Será una versión? Igual. Estos tios hasta hicieron una del “Dont Cry “…

Esa “versión” fue la última, antes del bis-remix de “Mogwai Fear Satan” y por si sola vale las 3000 pelas de la entrada. Nuestras dudas se esfumaron de la mente ante 20 minutos antológicos, espeluznantes, donde consiguieron eliminar nuestra noción del tiempo e introducirnos en un bucle del que nunca hubiéramos deseamos salir. Entonces entendimos a Mogwai, y nos dimos cuenta que su futuro es aún mayor que su pasado, ya de por si aplaudible. La canción era “My Father, My King”, su nuevo single.

El sábado, los que vimos el concierto sin esos tapones corrimos a la consulta del otorrino. Pero nunca nos habíamos sentado en una consulta con tamaña sonrisa.