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Mes: julio 2022

Eduardo Chillida también era un hombre de jazz

El pianista Vadim Neselovskyi inauguró el Jazzaldia 2022 con un sugerente concierto solidario

“Kiev denuncia la muerte de cuatro personas en un ataque en Mikolaiv”, “Al menos 353 niños han muerto en Ucrania desde que comenzó la invasión”, “Ucrania y Rusia intercambian los cuerpos de 45 soldados caídos”. Estos son solo algunos de los titulares que la prensa nos dio ayer sobre el conflicto que lleva 147 días azotando Europa Oriental.

El festival de jazz donostiarra quiso abrir su edición de este año con un recuerdo. Un pasaje emotivo, musical y solidario respecto a aquella guerra. El pianista ucraniano Vadim Neselovskyi presentó ayer su álbum ‘Odesa’ en el Museo Chillida Leku. Disco con el que el autor homenajea a su país de nacimiento.

Un programa que el compositor tuvo a bien presentar con todo lujo de detalles antes del comienzo de su actuación. Los cuatrocientos asistentes escuchamos los momentos y lugares que inspiraron esta obra: la estación de tren de su villa (y el traqueteo de los trenes antiguos) y las otras estaciones, las del año. Recuperando las famosas escaleras del film “El Acorazado Potemkin”, la danza judía y el poso del cruento año 1941 en la ciudad. En aquel octubre miles de judíos murieron asesinados por las tropas rumanas y alemanas.

Al concertista se le vio encandilado con el museo y la región. “Es mi primera visita al País Vasco y es un placer estar aquí, influido por las esculturas”. Pareció un subidón sincero dado que nos contó que veía a Eduardo Chillida como “una persona de espíritu jazz, que vivía el presente” y, más allá de la lista oficial, nos regaló un bis compuesto por varios momentos de Johann Sebastian Bach, “un maestro que, según me han contado, solía sonar en el estudio de Chillida mientras éste trabajaba”.

Del presente tocó viajar al ya mencionado pasado, el del disco que se nutre de la juventud y la memoria de Neselovskyi. El repaso tuvo momentos acongojantes como ‘Odesa 1941’, un minutaje que transmitió dolor y violencia en sus golpeos mientras el ambiente sonoro se tornaba trágico y todo acababa con el impactante eco natural de las últimas notas.

Hubo abundancia de contrastes entre lo clásico y lo contemporáneo, con manos juguetonas que iban dialogando entre sí hasta explotar melódicamente (‘Potemkin Stairs’). Espacios llenos de romanticismo (‘Winter in Odesa’) que partían de la música de las cajas de muñecas para acabar en una elevada sensibilidad. Tradicionales tonos judíos (‘Jewish dance’) de preciosas libertades. Momentos muy rockeros, arrebatos alocados, belleza impoluta y brillante (‘The Reinassance of Odesa’) y un aura jazz que cubrió buena parte de las pulsaciones. Todos juntos construyeron un hilo narrativo que fue un viaje seguro a una zona no segura: la de los recuerdos. Los asistentes guardaron un silencio sepulcral hasta la finalización de la velada, cuando despidieron al músico puestos en pie en una salva de aplausos.

Si corren aún pueden llegar al segundo pase de este momento festivalero, el que se celebra hoy a las once de la mañana en el Museo San Telmo. Y recuerden que los beneficios que se obtienen de estas citas van destinados a Chernobil Elkartea, la asociación que trabaja con niñas y niños de la zona perjudicada por el desastre nuclear y, ahora, los afectados por el conflicto bélico.

Publicado en El Diario Vasco

Délica Chamber Orchestra: éxitos orquestados

Intérpretes: una orquesta de diez personas compuesta por ejecutantes de violín, viola, contrabajo, piano y batería. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 16/07/2022. Asistencia: unas 700 personas.

La netamente femenina Délica Chamber Orchestra aterrizaba en Donostia con la siguiente biografía: “Su repertorio abarca desde el barroco hasta la música moderna”. Ayer pasaron del siglo XVI y se centraron en los que nos ha tocado vivir con canciones que son éxitos del karaoke. Colocando sus adaptaciones instrumentales en algún punto entre la versión de una pequeña orquesta, el divertimento de unas profesionales, la función de un grupo tributo, una actuación de “Got Talent” y la fiesta posterior de una junta de accionistas.

En el programa, decíamos, solo hubo piezas conocidas. Más que la alarma que nos despierta cada mañana. Un listado en el que destacaron tres conjuntos: ABBA, Queen y The Beatles. Las visitas a estos tres grupos conformaron los mejores momentos de la noche. Destacaremos ese “Dancing Queen” que puso a la gente en pie, la siempre complicada “Bohemiam Rapsody” sonando muy trabajada y “Hey Jude” logrando el tarareo de la gente sin nadie pedírselo. Sin olvidar el ‘Hallelulah” de Leonard Cohen, pieza que sería maravillosa hasta sonando al revés.

Los homenajes a Michael Jackson y Nirvana, por más que este último fuera el que más se alejó del original, no fueron tan gozosos. Hubo hasta heavy (‘Still loving you’ de Scorpions). Pero fueron instantes que no consiguieron elevarse de la pátina de cuerdas. Los y las asistentes, eso sí, entraron como un Miura al trapo y se lo pasaron fenómeno. Hicieron el alga con el móvil en formato linterna, aplaudieron a rabiar y canturrearon cuanto pudieron.

Maite Larburu & Kukai Dantza: preciosas uniones

Intérpretes: Maite Larburu (voz, guitarra, violín), Kukai Dantza Taldea (danza). Lugar: Museo San Telmo (Donostia). Día: 08/07/2022. Asistencia: lleno, unas 50 personas.

Ayer se celebró en el donostiarra Museo San Telmo un nuevo diálogo entre las obras de Chillida Y Oteiza. A veces se antoja difícil ver cómo esas esculturas se comunican entre ellas. Son como esas parejas que se acaban divorciando, quienes por mucho que se sienten en el mismo sofá no vemos gestos reseñables entre ellos. Para quienes en ocasiones sentimos esas dificultades para entender las “charletas” de obras estáticas el museo montó ayer un recorrido por la exposición “Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60” con la música de Maite Larburu y la danza de Kukai Dantza Taldea.

Jon Maya nos dio la bienvenida a esta ”otra manera de ver las raíces de nuestra cultura, esas que luego serían tan reconocidas y universales”. Larburu nos recibió a guitarra y voz con un tema pop que hacía destacar la frase “Diktadore jauna, ondo loin” (“Señor dictador, que usted duerma bien”) para, en la siguiente sala, recuperar el violín en tonos graves y sonorizar así la danza del bailarín alrededor de los apóstoles de Arantzazu.

Y allá donde las esculturas parecían inspirase en aperos de labranza ella sonó irlandesa, con voz sentida. Y los dos danzantes estiraron su cuerpo y sus telas de lino bien arrugadas. Tras un paseo audiovisual llegamos a la zona de “fabulación” donde los artistas corporales se expresaban sobre una música más clásica. Le acompañó una especie de txalaparta corporal a tres elementos, moderna y afín a las piezas expuestas, buscando sus formas, para acabar en una maravillosa unión entre el verso juguetón de la hernaniarra y la danza descamisada y pasional de la pareja de Kukai. El aplauso final confirmó lo acertado de la propuesta. Un complemento precioso a una de las muestras imprescindibles de nuestro verano.

Lila Downs: raíces vivas

Intérpretes: Lila Downs (voz) y la banda “La Peligrosa”. Lugar: Museo Chillida Leku (Hernani). Día: 02/07/2022. Asistencia: unas 500 personas.

Pocos espacios habrá más artísticos, naturales y agradables que el Museo de Chillida Leku para ver un concierto. Sin paredes a los lados ni tablas sobre la cabeza, viendo a lo lejos o más cerca las monumentales esculturas del lugar. Si al espacio le añades una actuación de Ana Lila Downs Sanchez (México, 1968) continente y contenido se complementan perfectamente en los días de sol veraniego.

La autora trajo una voz viva, potente, profunda. Y una banda numerosa y versátil que supo adaptarse a las canciones de variable energía. Hubo amor y pasión, denuncia y defensa (‘Zapata se queda’). Poemas antiguos recuperados (‘La Martiniana’), sones mexicanos de pura cepa (‘Cucurrucucú’), cumbias (‘La Campanera’) y melodías dedicadas a los trabajadores esenciales en la pandemia (‘Dark eyes’). Con recetas dignas del Culinary Center (‘Son de Chile Frito’), piezas que pusieron en danza a los asistentes (‘La San Marqueña’, ‘Cumbia del mole’) y las versiones de Manu Chao (‘Clandestino’) y, cómo no, Chavela Vargas (‘Fallaste corazón’). Lila Downs, tan elegante como apasionada, supo transmitir su cariño y entusiasmo a unos presentes que conectaron divinamente con su música.

Publicado en el Diario Vasco