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Beirut: El gol de Robben

Intérpretes: Zach Condon (voz, ukelele), Nick Petree (batería), Paul Collins (bajo), Kyle Resnick (trompeta), Ben Lanz (trombón), Aaron Arntz (teclados). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 02/07/2019. Asistencia: lleno, unas 1800 pesonas.

“¿Pero qué tiene este muchacho que ha agotado todo el taquillaje del Kursaal un mes antes de su concierto?”, nos preguntaba un periodista cultural a la puerta del auditorio donostiarra. Daban ganas de responderle con la famosa frase “y yo no sé qué contestar” de Manolo Tena. Zach Condon, el alma máter del grupo Beirut, pisaba ayer la capital guipuzcoana años después de su fallida cita en el Jazzaldia del 2008.

Beirut llegó al mundo con “Gulag Orkestar” (2005). Un compendio de parrandas balcánicas, aires italianos y mucha emoción cantada. Y ahora, tras salir con su ukelele de paseo por espacios cada vez más amplios, llegaba a Donostia para presentar el reciente “Gallipoli”.

Pero intentaremos dar respuesta a la pregunta inicial del texto. La fórmula de Zach Condon, un fantástico cantante cuyos tonos dejados suenan a Morrissey y Rufus Wainwright, es bastante estanca en lo sonoro. Me recuerda a Arjen Robben, el jugador de fútbol que siempre metía el mismo gol. Precioso, por cierto. Beirut anota utilizando la misma receta, sin apenas variaciones: muchísima instrumentación en todos los cortes, cantar casi por obligación y pasar bastante de los estribillos. Curiosamente, los veinticuatro temas interpretados en noventa minutos no se hicieron anodinos.

La cosa funcionó en un abarrotado y variado auditorio lleno de locales y foráneos. Gentes de todos los colores que se levantaron a pedirle bises al sexteto norteamericano. Una banda plantada en el escenario en dos filas, rodeada de bolas de luz colocadas sobre pies de lámparas, con alfombras sobre el suelo y un muy adecuado y sencillo juego de luces.

La formación tuvo regates que les acercaron al funk, a las bandas sonoras más poperas, al brío de Stereolab y a los desérticos paseos sureños. Sin olvidar los pasajes más briosos y el ataque a sus singles más populares. A modo de resumen: te gustará si te gustan las trompetas de Calexico, los temas bonitos que no varían mucho entre sí y las voces llenas de personalidad.

Publicado enCríticas de conciertos

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