Intérpretes: The Molochs. Lugar: Sala Dabadaba (Donostia). Día: 19 de febrero. Asistencia: unas 100 personas.
Qué gozada toparse con músicos como Lucas Fitzsimons, el cantante de la banda The Molochs. Un trotamundos que llega a Europa unos días antes de comenzar su gira continental para echar mano de tres vivarachos británicos y convertir así el dúo original en quinteto.
Tan acostumbrados a que los artistas vengan a los festivales musicales a por un trozo de nuestra chequera, es un placer ver que la pulsión musical, de etiqueta variada y bolsillo siempre ajustado, sigue estando viva. Fitzsimons se entristeció cuando le anunciaron que la gira con su adorado Peter Perret – The Only Ones- se había anulado por problemas del segundo con el visado. Y volvió a iluminarse cuando pidió la entrevista publicada el pasado viernes en El Diario Vasco, dado que en ella se hablaba del origen vasco de su familia y le hacía mucha ilusión poder enseñarla en papel a su vuelta a casa.
Quienes no se amilanaron ante el decimonoveno día consecutivo lluvioso en la ciudad y se acercaron a la sala Dabadaba disfrutaron con lo allí escuchado. Con puntualidad británica y duración estricta (59 minutos de concierto), los Molochs de este viaje tienen muchos elementos atractivos hilvanados con un filamento invisible que les impide despeñarse.
No es fácil hacer piruetas cual esquiador acrobático y saludar orgulloso al respetable tras ofrecer un “hit” a lo Belle & Sebastian (“You and Me”) y viajar del Rhythm & Blues agreste (“I Don´t Love You”) al pop de Morrissey (“You never learn”) pasando por el Manchester de los años 90 del siglo pasado (Stone Roses, cuyo “Sally Sinnamon” fue homenajeado en un tema) y los toques sicodélicos de The Byrds (“Ten Thousand Lyrics”) o los Spacemen 3 de “The Perfect Prescription” (“That´s The Trouble With You”) . Pero The Molochs lo hicieron, poniendo el foco en las buenas canciones más allá de su deslavazado orden, aprobando con nota en vitalidad, carácter y atrevimiento juvenil.