Regio y elegante, como en las viejas producciones de los soingwriters de los años 70, el nuevo disco de este sueco sabe impregnarse del pop de Belle And Sebastian y las orquestaciones de Dusty Springfield o Elvis Presley para entregar una obra magna y exquisita, de esas de ir cantando por la calle como si protagonizaras un vídeo. El único pero puede ser el baño de nostalgia sonora y las dificultades de comprarlo en vinilo.
Joel Alme: A Tender Trap
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