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Mursego: Una cita espectacular

Qué deliciosa y poco habitual sensación la del pasado viernes en Donostia! Por la maravillosa creatividad de la suma de pequeños elementos sonoros y, sobre todo, por quedarnos pegados al asiento sin pestañear durante los setenta minutos de actuación. Mi mente aún rememora el sorprendente concierto de la guipuzcoana Mursego.

Los menos habituados verán en sus veladas un loco crescendo sonoro, paseando de un instrumento a otro, apoyándose en las repeticiones o loops que le permite el aparato que emplea para sus creaciones instantáneas -se llama Loop Station, por si les picó el interés-. Siempre con el violonchelo como elemento más visible. Acompañados de teclados de comunión, melódicas, aplausos, percusiones vocales, flautas que silban y un cuerpo que se expresa como un todo, una voz fuerte que sale desde el músculo y que pone los pelos de punta cuando recrea los tonos de Nico, la antigua musa de Andy Warhol, en su vaporosa versión de ‘My Only Child’.

Así, donde ustedes pueden ver sumas de juguetes musicales y muchas posibilidades en el mundo del post-mimo o las instalaciones de Arteleku, Maite Arroitajauregi elabora un discurso extremadamente abierto y bello, donde la sencillez apabulla por lo artístico del resultado. Es la Mikel Laboa de nuestro tiempo, entendiendo el concepto como persona libre de ataduras y un mensaje arrollador repleto de personalidad (es capaz de parar a los 3 minutos, y volver a arrancar de inicio, una canción de estas complejidades porque el micrófono parecía sonar muy alto).

Una artista que, Dios sabrá porqué, no consigue colarse en grandes festivales especializados tipo Primavera Sound, donde se comería cualquier escenario con patatas. Una pena que aún sea nuestro pequeño gran secreto.

Publicado enCríticas de conciertos

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