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Donostikluba 2008: Así me gusta a mí

Intérpretes: Russian Red, The Mary Onettes y 11 creadores locales de música electrónica. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 3 octubre 2008. Asistencia: unas 500 personas

Los designios de la gente son siempre inexplicables. En un festival teóricamente chiquitín como el Donostikluba, con músicos foráneos a los que se les supone un tirón de asistencia, el día con mayor venta anticipada de entradas fue el pasado viernes.

Una jornada en el que 11 músicos locales de corte electrónico ofrecieron sus composiciones. Una noche en la que un grupo escandinavo desconocido más allá del Puente de Oresund, el que une Suecia y Dinamarca, presentó sus energías poperas. Una velada en la que una pequeñita y bella creadora roja mostró unas composiciones íntimas a punto de romperse. ¿Otros mundos son posibles, la gente está cambiando? Bueno, no corramos tanto, pero sí que destacaremos el hecho.

Y fue precisamente Russian Red, la madrileña Lourdes Hernandez, el principal reclamo la noche de autos. En compañía de dos multiinstrumentistas, la creadora enamoró a los presentes con ese folk tan sentido y sencillo, con esa voz tan dulcemente cercana. Su propuesta, que ya empieza a colarse en anuncios y reportajes televisivos varios, fue escuchada con mucha atención y muy aplaudida por los presentes.

Tras ella llegó la esquizofrenia creadora de The Mary Onettes. En una suerte de Joaquín Reyes en sus Muchachadas Nuis, la banda sueca tan pronto parecía Keane como jugaba a clonar a The Cure como se tornaba en banda de apoyo de Chris Martin o defendía las frescuras del C-86 (un movimiento musical británico, no una proteína corporal) y las alegrías bailarinas de New Order. El resultado tuvo más aspectos positivos que negativos, aunque más de un asistente acabara jugando al trivial musical ante tantas similitudes.

La oferta local ocupó el resto de la programación de la noche, con los músicos y DJs que se han agrupado alrededor del CD “Donostia Underground volumen 1” ofreciendo sus creaciones en las dos salas habilitadas para ello, a modo de inmensa discoteca.

El trío donostiarra Krell fue el encargado de abrir el fuego, con unas canciones que deben mucho a la Alemania más gótica y fiera, la de bandas como Sisters of Mercy o Front 242. Con un cantante sencillamente espectacular en su labor como frontman, arrancaron más de una sonrisa y un baile con su versión del “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo.

Después los gatos se volvieron pardos, se bajó la luz y los discotequeros se entregaron al baile más charlatán hasta el cierre tardío de la sala. Si aquello que sonaba era Breakbeat, Deep House, Electro, Big Beat o clicks n´cuts poco importó a los presentes, encantados a rabiar conque esa oferta musical local, normalmente escondida en las agendas de fin de semana, contara con un espacio tan lustroso para su presentación.

Publicado enCríticas de conciertos

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