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Mes: junio 2008

Losdelgas: Cachondeo naranja

La banda más divertida del panorama vasco publica su primer disco multinacional. Lo presentan este fin de semana en Bilbo y Donostia

Después de 44 bolos en el 2007 y un paseo por el reluciente estudio Mikestudio de Bera, el quinteto de músicos de relumbrón arropados bajo el nombre de LosDelGas se prepara para el primer lanzamiento discográfico por todo lo alto. Se llama “Alerta Naranja” y lo edita la multinacional Warner a mediados de este mes.

La banda ha perdido a uno de sus integrantes, quedando ahora en la lista Gorka Aginagalde a la voz, Javier Area a la batería, Ritxi Salaberria al bajo, Sergio Callejo a las guitarras y El Pirata a la voz, el teclado y los vientos. Juntos han depurado mucho su oferta ecléctica de antaño y se han lanzado a un estilo rock bluesero de grabación impoluta.

Si a la perfección sonora le añadimos los aciertos que siguen mostrando a la hora de reirse de medio mundo en sus letras, el CD alcanza cotas de compra o escucha obligada. En contacto con El Pirata, nos cuenta que “en el rock siempre ha habido humor porque es una forma de vida y de vivirla. Si no te descojonas, lo llevas clarinete “. Añade que sus nuevos temas hablan “del paso de la edad y la gente que no sabe llevarlo, de los mensajes sobre la salud y los modales, del reggaeton que tanto daño ha hecho a la humanidad”. Sumen la directa y explícita “Pégame a mí”, ejemplo preciso de la violencia de género tratado con más rigor que ganas de chirigota.

Preguntamos por el título del CD, que uno no sabe si “Alerta Naranja” se refiere a un aviso de emergencia o una referencia al Naranjito futbolero. “El nombre se le ocurrió a Sergio después de oírlo en las noticias mil veces. Ahora está de moda que cuando va a caer una de la hostia, decir que estamos en Alerta Naranja. Aunque también estamos muy interesados en el tema de la eurocopa y tienen todo nuestro apoyo. Somos los primeros interesados en que las copas valgan un euro”

A todo lo nombrado hay que añadir una lista de colaboradores intachable: Juan (S.A.), Kutxi Romero (Marea), Alfredo (Barricada), Rulo (La Fuga) y un invitado de postín que por problemas de agenda ha dejado su aportación para el primer single de este nuevo CD. ‘Cuando le dijimos nuestro manager la gente que iba a colaborar en este disco, lo primero que dijo fue: ”¿Y vosotros, ya cantáis alguna?”’.

Los butaneros tienen ya una veintena de fechas cerradas para su presentación, entre las que destacan por cercanía la de hoy en Bilbao y la de mañana en el Rock Star donostiarra. “Luego ya toca paseo por Zamora, Murcia, Madrid, Huesca. Nos vamos a hinchar a hacer kilómetros, pero sarna con gusto no pica”.

Omar Faruk Tekbilek: Paz armoniosa

Intérpretes: Omar Faruk Tekbilek (voz, baglama, darbouka, ney, bendir), Murat Tekbilek (percusión), Paul Guerguerian (percusión), Yannis Dimitriadis  (teclados), Bahadir Sener (kanun), Itamar Erez (guitarra). Lugar: Auditorio Leidor (Tolosa). Día: 31 mayo 2008. Asistencia: unas 550 personas

Tras la visita de la israelí Noa y como prefacio de la del vigoroso violinista Alasdair Fraser y su partenaire musical Natalia Haas, el ciclo “Mundua Tolosan” traía a la antigua capital de Guipúzcoa las tranquilizadoras armonías del artista turco Omar Faruk Tekbilek. Presentaba “The Tree of Patience”, el último de sus trabajos discográficos, y acabó la intachable velada con un bis doble y todo el mundo aplaudiendo de pie.

Apoyado sobre una escenografía sencilla que supo jugar con las luces tenues durante todo el evento, Omar dispuso en estado de semicircunferencia a sus acompañantes musicales.

Gentes de gran calidad ejecutora y entre las que destacaron, por dar alguna medalla a tanta demostración de excelencia, el trabajo de Bahadir Sener y la dulce ejecución del percusionista Guergerian. Qué difícil es ver a alguien tan sutil y elegante (de la pegada se ocupaba el hijo de Faruk, Murat) pertrechado tras los distintos instrumentos de percusión, empleando las yemas de los dedos con tanta suavidad sobre las distintas cajas.

Las músicas de estos intérpretes de medio planeta (armenios, israelíes, turcos o griegos como el teclista al que cuando le dejaban media puerta abierta acababa por los mundos más jazzeros y latinos) quedaron al servicio de un mensaje de paz y armonía. Faruk, con esa cara de bonachón agradecido, defiende y proclama las virtudes fraternales de la religión sufí que guía sus pasos.

Musicalmente la cosa se tradujo en muchos pasajes tranquilos que no tediosos, de gran carga instrumental. Pocas veces el artista principal se lanzó a cantar, quedando en la mayoría de ocasiones al servicio de los instrumentos de viento.

Los temas fueron remansos sonoros a los que era sencillo ponerles el origen en la música tradicional turca más alejada del jolgorio del zoco y punto de encuentro de distintos continentes. Algo más complicado fue discernir el fino aditivo de otras músicas del mundo. Podríamos ponerle la manida etiqueta de “mediterránea”, y no andaríamos muy desencaminados.

El concierto dejó al asistente con una satisfactoria sensación de paz interior que se puso de manifiesto en los numerosos aplausos escuchados durante toda la lluviosa noche del sábado pasado. Hubo tantas palmas de agradecimiento que Faruk y los suyos tuvieron que pisar el escenario más veces de las inicialmente previstas, agradeciendo de esa manera la buena acogida que tuvieron sus sonidos en el Leidor tolosarra.