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Josh Rouse: Buenos tiempos

Excursión rockera en el tiempo hoy viernes a Oñati, antigua villa de señorío que acoge en su Gazteleku el concierto del dulce rasgador norteamericano Josh Rouse. Su cuarto y último CD hasta la fecha se llama “1972”, particular libro de estilo sonoro de aquellos años, con Gaztemaniak! como promotor del evento.

En éste disco Rouse le da un enfoque conceptual a sus composiciones, basándose en los sonidos característicos del pop de aquella época. El propio artista detalla en su hoja promocional las pistas que más tarde destapa su CD: Al Green, Steely Dan, Neil Young, Marvin Gaye…

Un nuevo peldaño de este mozo que en sus inicios sentía predilección por sonidos más británicos. “Descubrí la New Wave en California en 1985. Pero por el curro de mi padre tuve que mudarme a la rural Wyoming. Era el único chaval que escuchaba a Morrissey, todo el mundo pensaba que yo era gay. Era imposible expandir mis conocimientos musicales en ese mundo. Así que tuve que echar mano de mis viejos amigos en California para seguir consiguiendo cintas de nuevos grupos de música”.

Hablando de Morrissey, le tanteamos sobre unos rumores que hablan de una futura colaboración con el artista británico. El norteamericano no esconde la ilusión, pero tampoco concreta nada. “Supongo que me gustaría hacer un disco más pegadizo que los últimos que ha sacado, aunque habrá que ver cómo suenan las nuevas canciones”.

Volvamos a los 70, Rouse. Tu disco suena meloso, con una producción cargadísima en arreglos y sin apenas fiereza de esa Fender Stratocaster origen de todas tus composiciones. El productor Brad Jones, capitán del navío en esta ocasión, parece haber tenido buena culpa de ello. ”En mis anteriores CDs tenía todo el disco en la cabeza antes de entrar a grabar. Pero en esta ocasión me senté junto a Brad Jones y le pedí opinión sobre todo: melodías, arreglos… Me gusta cómo suenan los discos de los primeros años 70. Nosotros siempre usamos instrumentos de ésa época, así que en nuestro sonido tampoco ha sufrido muchos cambios. A excepción del uso de flautas y saxos, que no son muy habituales en los discos ahora”.

Muchos y variados son los aciertos que se pueden enumerar en esta ocasión. La romántica “1972”, canción con la que arranca el homónimo disco, es una sencilla y preciosa melodía a la que el cariño le brota con facilidad. “Love Vibration” ha sido el single que en los países con cierto criterio se ha colado en las listas de éxito con facilidad y motivos.

“Sunshine” imprime mucho brillo melódico, con juegos de instrumentos y voces que resaltan la ya de por sí acogedora voz de Josh Rouse. “James” suena mucho y bien al soul de Curtis Mayfield, a “Slaveship” le toca el rol de canción pegadiza y en “Sparrows over Birminghan” nuestro guitarrista se quita la máscara y deja que las guitarras vuelvan a definirle.

Sus melodías también suenan bien cuando se dejan acompañar de celuloide. Rouse comienza a vivir de las rentas que le dan sus canciones en películas como Vanilla Sky, Hamlet y la aún sin estrenar The girl next door.“Ahora estoy buscando un film en el que involucrarme a nivel más general, pero es algo con lo que siempre tienes que tener un poco de suerte para acertar”.

Atinar no parece idea complicada. Simplemente es estirar la buena estrella mostrada en “1972”. Y que esa buena ventura se deje caer también en su próximo trabajo, ideado y montado como a él gusta (mientras esta de gira con la banda), pero al que aún le falta el paso por el estudio de grabación. Oñate parece ser un buen lugar para airear esas nuevas composiciones.

Publicado enEntrevistas

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