Y es que lo mío es actuar, a eso no me ganarán.

Así reza la letra de AMA, presente en su disco del 2005 ( Ama – Lo Mío Es Actuar ) . Las recientes revelaciones del vampiro de atenciónde turno vuelve a poner el foco en los funcionamientos sociales que cada día se muestras más extremos. Me reiría, pero no tiene ni puta gracia.

Todo es entretenimiento. La música, el cine, el cotilleo. La Bolsa. Los Gobiernos. Todo es intangible, alejado de nuestra influencia. El precio de la gasolina. Los aparcamientos.

Dejando de lado las cosas teóricamente más serias, digamos que ahora interesa o flota lo excesivo, la meada fuera de tiesto, el despelote. En la tele arrasan las carnicerías carnales. Y se hacen pruebas previas para descubrir si los concursantes a un concurso de mierda son lo suficientemente dinámicos, si dan juego. Si la respuesta es negativa, o el escote cerrado, para casa.

En el cine, las críticas más exageradas. Si no hay tensión Boyero-Almodovar, o Isaki-Mundo, no interesa. Amigo, debes saber concentrar tu carrera en apenas 9 palabras, o desapareces. En la música, por ejemplo, solo sobreviven las declaraciones más explosivas. Un titular. Pásate 2 años grabando un disco para que, si no das neones capaces de instaurar el cuarto Reich, pasar de puntillas por las páginas o pantallas de turno.

Se le ha dado más cancha al exterior que a la obra en sí. Llegamos por el iris a cosas que deben sentirse en otra parte del cuerpo. Y lo peor es que con el iris nos bastó. El porno se hizo demócrata.

Y la ansiedad va a peor. Por la necesidad de las empresas de vender ejemplares o conseguir cuotas. Esa urgencia que ha diezmado plantillas, maximizado beneficios y enterrado la tranquila especialización. Es lo que ofrecemos. Lo que la gente pide, o no rechista.

Apenas hay diferencia entre “El Caso”, “Noticias del Mundo” y un noticiario de Tele 5. Píldoras breves, a cada cual más epatante. Sin ton ni son. Ese olimpismo que busca la medalla y el despuntar, a codazos, puñetazos o tetas y culos. La cosa no funciona mal para los rectores. Berlusconi ha llegado a ser el presidente de Italia. Parafraseando a Labordeta, “Un País en el Paquete”.

Sobresale más un vídeo de errores del programa que el programa en sí. El hablar con el micro abierto sin querer, a hacerlo de manera consciente. Meterte con un compañero de profesión a intentar aportar algo a la misma. La vestimenta del autor, frente a su oferta. Criticar es lo que nos hace españoles, no la Constitución o el Estatuto.

Afortunadamente, cuanto más claras veo estas cuestiones, de las que es imposible apartarse, más me apetece callar. Hacer. Sin más placer que el de construir. El de satisfacerme a mí mismo. El de presentar las cosas al mundo sin más palabras que las necesarias. Sin gritos, y sin buscar que se me escuche sobre todas las cosas. Dar las gracias, saludar a las mañanas con un “buenos días”, y sujetar la puerta a la persona que llega ahora al portal.

Plantar mis tomates. Cuidar la huerta, y saludar a los labriegos que pasan cerca. Al final, eso es todo.