I wish i could hear you soon

Llega el verano, llegan los anuncios de calas – mientras por el norte no podemos abandonar aún los abrigos largos-, de sonrisas y amores. Llega Estrella Damm y su estudiada apuesta por el indie.

Este año, un poco más segura (conocida) que en anteriores temporadas, con Herman Dune haciendo un Bulli. Un acierto. Sobre todo, porque acorta para los no anglófilos la travesía del desierto del minutaje de la misma 😀

Y ya saben como se revoluciona el mundo indie con estas cosas. Que si «por fín se hace justicia», que si «ya era hora de que descubrieran estas cosas » y blablabla.

Alegrándome sobremanera por la banda, los duros que habrán ganado y la gente que le mueve en España, la verdad es que nunca he sabido porqué me tiene que hacer ilusión que la música desconocida para el gran público ahora lo sea un poco menos. Lo decía Berrio en su día, aunque yo no viajo en su vagón del malditismo

A mí, por ejemplo, me molestaría bastante que a todo el mundo le gustase el “White light-white heat” de la Velvet Underground y que lo pusieran de sintonía de un anuncio.

Seamos francos. La inclusión de ese tema en los oídos populares no sobrepasará el espectro de «canción del verano», con lo que ello conlleva. No les invitará a adentrarse en otras cosas cuasifamosas y algo similares, como Vetiver. No ampliará el número de inquietos, porque no nacieron así. Su inclusión hipotética en fiestas de pueblo grande arrojará el saldo catastrófico de gritos de aniquilación por lava hasta la llegada de la susodicha. Y, como pasa siempre, a profanos y fieles, el tema se quemará hasta no dejar ceniza.

A veces soñamos con ser populares manteniendo nuestras particularidades. Eso es inviable. Nunca una singularidad pasará de ser eso, una rareza en el mundo de la masanuncaenfurecida. ¿Y?