House Of Wolves: Gracias, Moonpalace

Uno siempre alucina con Moonpalace. Currarse esos artworks caseros tan bonitos es una delicia para el receptor. Cartones, sellos de caucho. Todo mimado. El contenido suele ir a juego. Temas delicados, personales y de escucha personal e intransferible. Pero en este caso se ha sobrado, editando el disco más maravilloso de su catálogo y, probablemente, de este año 2012. En la categoría «folk EEUU», claro.

Porque House Of Wolves, el proyecto de Rey Villalobos, es un primor de principio a un fin que no quieres que llegue. Un disco casero en composición, grabación, y audición. De esas colecciones irrepetibles que hacen llorar de alegría, de esos que te pones cuando estás jodido para ver la luz en el barro, sin querer salir de él. Lo que conseguían Nick Drake o Elliott Smith (a quien, si estuviera vivo, le debería al menos un par de cañas. Su “Roses In The Nordic Countries” es una versión no reconocida del “Alameda” de Mr Ginsu).

No hay más que escuchar el inicial y explicativo “50´s” para imaginarse a Beth Gibbons y sus Portishead haciendo folk. Después, una deliciosa cuesta abajo y sin frenos, siempre con la elegancia y la emoción como volantes del viaje. “Jealous”, “Acres of Fire” y su piano de casa antigua, “Ageless” y esa arrebatadora simplicidad que identifica las grandes canciones de nuestra vida… Así hasta 11 cortes de emoción latente y arrebatadora.

Solo queda dar las gracias a Juanra Moonpalace por haber editado este disco y haber hecho nuestra vida un poco más bonita.