Jazzaldia 2012: Tranquilos, todo bien

Y ya volvieron las ganas de pisar la playa con el sol escapándose, saludar y escuchar (verbos no reñidos en un ambiente festivo siempre que se hagan con moderación), pasear entre sillas y refrescarse, trasnochar con alevosía para pasear ojeras enfundadas en Raybans. Echarse a la calle, coño, que cada vez es más dificil veros por ahí.

El Jazzaldia -gratuito- volverá a hacer las delicias de los asistentes más juveniles (hasta 40 años uno es una rosa) y poperos en el Escenario Verde. Y ofrecerá sonidos más abiertos, soft, o menos guitarreros en las otras carpas del Kursaal. Una pena que los conciertos sorpresa hayan desaparecido de la programación, quien sabe si por falta de caja o por falta de base local a la que agarrarse (aunque en los diversos tablados hay una buena ristra de ellos). Pero que nadie se queje de falta de actos. Quizás falten algunos momentos de discoteca al aire libre, como Cut Copy en el pasado, pero Wedding Present, Zola Jesus, Destroyer y el resto ofrecerán calidad contrastada ante unos ojos protegidos por gafas de pasta.

Sobre los conciertos de pago no voy a entrar, porque es facil que se me escape una pu(n)tada. Pero sorprende que la dama del chapapote emocional (Antony)  haya llenado el Kursaal. Sorprende para bien, I mean.

Esta edición también ha conseguido «embaucar» a algunos establecimientos locales, presentando fórmulas que estiran la sombra del jazz por encima de pintxos y platos con caramelo decorativo en un costado. Si bien no hay duros a cuatro pelas, la birra pagadora colocará sus carteles en nuevas plazas y los visitantes – yo ya tomo a todos como tales, con las cañas al precio que están hay que ser marciano para salir por la postal con nubes- aprovecharán los guiños comestibles. Con sus carpas de comidas -alimentarias- del mundo y las ofertas de la oficina de Turismo, el festival intenta arraigar sus tentáculos en la base urbana con mayor fuerza, superando el viejo mito de «ya no hay jazz en este festival» por el más actual «¿vamos al concierto o vamos a cenar?»