Fama bien ganada

No se crean. Sigo sin tener ni idea de cómo definirles el concierto de ayer del Niño de Elche (y Amorante, ojo, bregador telonero al que volveremos a ver mejor y con más tiempo) en el Dabadaba donostiarra. Con esta falta de concreción no quiero destacar el carácter catártico de la cita, aunque algo de eso pudo haber. Mas uno no sabe por dónde patear las letras para comentarles la jugada.

Por una parte, me alegro muy mucho que sea un hype en estos momentos. No había mas que mirar al abarrotado “daba” para ver gentes modernas de todos los colores e idiomas maternos por la zona. Pero eso me da igual. A mí me gusta que sea Número 1 en mil listas porque eso me permitió conocer a este libertino cantaor, como me sucedió en su día con otra grande, Lorena Alvarez. Mi lado más optimista vio nexos felices entre ambos. La una recuperando lo folclórico para menear las líricas clásicas, el otro apoyándose en lo flamenco para sus diabluras. Pero eso no era flamenco, señoritas de cursillo de kulturetxe que se ponían a coger manzanas con las manos a la menor ocasión.

Lo del NDE – Niño De Elche- tiene mucho de diversión, de juego entre estilos (hubo kraut, hubo pop, hubo quejíos, hubo rock a lo “Omega” – y se anuncia colaboración con Toundra-) sin que sea reseñable cuál se eligió. El muchacho parece apoyarse, y no basarse, en los distintos estándares musiqueros urbanos.

Hubo sentimiento, hubo potencia vocal, hubo buenas hostias en las letras. Hubo Sean Nicholas Savage. Hubo The Doors. Hubo reivindicación (me pica la ayuda pensar si los del 2016 allí presentes se dieron por aludidos/integrados/defendidos cuando NDE defendió la contracultura) y humor entre temas.

Siempre hace falta humor. Eso se nota cuando te enfrentas a un escenario, el de los bares, que cada vez tiene menos respeto a los ejecutantes. No es culpa suya, están rodeados de establecimientos en los que la música no es ya tan importante. Y por eso vamos a rajar como si aquello fuera una manifestación.

Amorante, con menos presencia escénica por estar sentado y quedar tapado por la gente – ¿si no lo veo no lo respeto?-, tiró de “broma vasca” para decir “claro, seguid hablando, total no os veis nunca…”. NDE, ya de pie y con más potencia sonora, demostró el arte que tiene algunos para estos malos tragos: “Seguid hablando, si es lo normal. Yo también vivo solo en casa y no veáis las charlas que me pego”.

No se crean. Sigo sin tener ni idea de cómo definirles el concierto de ayer del Niño de Elche. Pero si pueden, y les gustan las esquinas de la creatividad, vayan a verlo.