Saltar al contenido

Etiqueta: Venturi

El grupo madrileño Venturi presenta un segundo disco directo en Kutxa Kultur Gauak

Se venden como descarados y canallas, y quienes les hayan visto en festivales como FIB o el Sonorama estarán de acuerdo con la definición. Daniel Durán (voz y bajo), Lucas Olazabal y Jonás Batuecas (ambos guitarra y batería) buscan, según su promo, “traer la esencia energética del indie británico a la par que reivindicamos las letras en castellano”.

Ahora llegan con “No puede ser peor” (Oso Polita, 2021), un álbum producido por Carlos Hernández Nombela (Leiva, Triángulo de Amor Bizarro) que contiene diez canciones directas repletas de guitarras explosivas y una voz con mucho desparpajo.

Este segundo trabajo de su discografía arranca con su tema más conocido, “Darveider”, un corte que defiende las bondades sonoras de Tequila. Otras piezas como “Estamos vivos” o “Women” les emparentan con los Strokes mientras canciones como “Alexander” les asientan en el indie español guitarrero más canónico. Con momentos para corear en grupo pegando botes (“Sigo el plan”) y muchas melodías sobre el amor. A veces más romántico (“Hacerte el amor”) y otras más directo (“Bruce Banner”)

La actuación de mañana se enmarca dentro del ciclo Kutxa Kultur Gauak y se celebrará, si el tiempo lo permite, en la terraza del edificio de Tabakalera. Mas no será su única fecha vasca este año. El 7 de octubre Venturi actuará con Novedades Carminha y Mando Diao en una de las citas del recién presentado festival bilbaíno BBK Live Udazkena.

Publicado en El Diario Vasco

Y los conciertos volvieron a las salas

Bueno, al menos esperamos agotar el aforo”, afirmaba a este medio hace unos días con una sonrisa Sergio Cruzado, el director del Donostia Festibala, a propósito de las limitaciones de aforo que por prevención y seguridad iba a tener la vertiente trotona y capitalina de su festival en 2020.

Parada su versión magna, la que junta a miles de personas cada septiembre en el hipódromo guipuzcoano, los organizadores del evento ofertaron este fin de semana una serie de conciertos en distintos puntos de la capital. Con grupos que mantuvieron viva la llama de la cultura en emplazamientos como la sala Doka (limitada a 60 asistentes) o la Casa de Cultura de Intxaurrondo (70 personas), entre otros. Lugares que la pandemia ha reducido a la mínima expresión y que ahora retoman esta antigua labor, esperemos que no de forma puntual.

Jueves y viernes fueron los días del pop suave de Matilda o IDO, la potente frescura de Hakima Flissi o las voces tuneadas de las euskaldunas J Martina. El sábado comenzaba didáctico, con la clase magistral que el getxotarra Javier Letamendia “Leta” dio en el sótano la biblioteca Koldo Mitxelena. Una sesión a la que, que por cuestiones de seguridad, solo se pudo asistir vía streaming.

Es perro viejo el señor Letamendia, curtido tras la batería de varios grupos famosos (El Inquilino Comunista, We Are Standard). Tirando de experiencia e inquietudes acercó de forma amena y sencilla conocimientos sobre las grabaciones, los secuenciadores, los teclados MIDI, los “tempos” de los estilos musicales antiguos y modernos, los conectores que necesitas para grabarte un disco en casa, las formas de colocar los micrófonos en las actuaciones o las ventajas que ofrecen los aparatos modernos más asequibles. Uno puso cara de pasmo al ver lo fácil que podía llegar a ser controlar la máquina de humo a través de una conexión con un instrumento digital.

La tarde debía proseguir con las actuaciones a cielo abierto, en la terraza de Tabakalera, de los grupos rockeros indies Lemy River y Venturi. Pero como nunca llueve a gusto de todos – meses llevaba la ciudad sin chaparrones y ayer cayeron unos cuantos-, el clima hizo que los eventos se trasladaran al escenario situado en la cuarta planta del edificio.

Unos nubarrones que no afectaron al resto de la jornada. En la sala Doka del barrio del Antiguo se celebró la cita rockera del certamen, con Gatibu y Ezpalak en el cartel. Los primeros, una de los bandas más relevantes del panorama vasco, se acercaron a Donostia con una formación adaptada a los tiempos: batería casi acústica, voz y guitarra. Repasaron sentados temas de distintos momentos de su discografía buscando, en palabras del cantante, “ofrecer una invitación al disfrute en estos días complicados”.

Lo de Ezpalak fue impresionante. Rock enérgico y elaborado con muchísimo gusto. A ratos un poco punk, otras tirando al ska y casi siempre sonando como un golpe en la cara. Con un cantante pleno de energía bien acompañado a los coros. Por momentos parecían los Foo Fighters presentándose al concurso de maquetas de Euskadi Gaztea. Profesionales y contundentes, los cortes de su futuro disco sonaron fantásticas. Fueron el descubrimiento del Festibala.

Este Donostia Festibala 2020 de apaños e ímpetus, de ilusiones y cultura en vivo, finalizaba con el set del rapero malagueño Foyone en Intxaurrondo. Su hip-hop combativo bien pudo ser el mejor ejemplo de un gremio, el musical, que pelea para poder seguir ofreciendo su arte en estos tiempos tan difíciles. El festival volverá el año que viene, si la cosa no se tuerce mucho, a su emplazamiento habitual del hipódromo lasartearra. Pero se agradece el esfuerzo de los organizadores (se agotaron las entradas para casi todos los actos) por volver a reactivar la música estos días de geles, asientos y mascarillas.

Publicado en El Diario Vasco