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Etiqueta: Karlos Aranzegi

Iván Ferreiro: Salón pop

Intérpretes: Iván Ferreiro (piano, voz), Amaro Ferreiro (guitarra). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 16/10/2021. Asistencia: lleno, unas 800 personas.

Qué difícil es que un solista llene, en todas sus acepciones, un auditorio. Pero mucho más complicado es encogerlo, convertir ese gran escenario en un salón de casa donde un solo individuo consigue acercarte las canciones de forma sencilla y emocionalmente amplificada.

Ayer Iván Ferreiro logró lo segundo. En compañía de su hermano Amaro hizo del Kursaal una reunión íntima. Los “Brothers in arms” seleccionaron piezas poco conocidas de su repertorio y algún que otro éxito propio y ajeno (Annie Lennox, Leiva) en un repaso casi cronológico de su carrera en solitario. Siempre destacando “los fracasos sobre los aciertos porque es más divertido”, como indicaron los ejecutantes. Sonó ‘Turnedo’, pero también escuchamos ‘Confía en mí’, ‘Secretos deseos’ o ‘Me toca tirar’. Estrenando un tema nuevo basado en una remezcla de Max Richter.

Mención especial merecen las proyecciones empleadas. Por la pantalla pasaron imágenes de su carrera musical y vimos bastantes caras vascas: Iñigo Argomaniz, Mikel Erentxun, Karlos Aranzegi,… Hay que quererse mucho, y desde aquí el aplauso, para mostrarnos entre risas las críticas demoledoras de alguno de tus trabajos y tweets incendiarios sobre tus eventos. Los hermanos prometieron volver a banda completa “hablando menos y tocando más”. Me da al hocico que volverán a llenar el espacio que seleccionen.

Rafael Berrio: fabulosa despedida

Intérpretes: Joserra Senperena (teclado), Fernando Neira (Bajo), Karlos Aranzegi (batería), Joseba Irazoki (guitarra) y 15 invitados más. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 19/05/2021. Asistencia: Unas 250 personas.

Los homenajes que Donostia le está ofreciendo a Rafael Berrio, compositor fallecido hace un año, se cerraban con este concierto – que esta noche repite el pase- en el Teatro Victoria Eugenia. Un espacio que contó con un escenario sobrio bien acompañado de imágenes y muchos amigos y amigas recordando la obra del honrado.

Sobre una banda de apoyo de auténtico lujo desplegaron todos y todas su calidad y elegancia. De la lista de distinguidos invitados nos quedamos con el acierto de Abraham Boba escupiendo “Niño Futuro”, la gozada de la voz de Petti cantando en euskera “Simulacro”, la elegante versión de “Dadme la vida que amo” a cargo de Tulsa, la energía de Mikel Erentxun en “Tu nombre en los labios”, el precioso aire blues de Paul San Martin (“Una canción de mala muerte“) y la bohemia que ya no existe de Diego Vasallo (“Cómo iba yo a saber”). Al cierre la banda tocó una aún más afrancesada “Mis Amigos”. Broche fenomenal de un concierto al que le lloraron las melodías.

Publicado en El Diario Vasco

Mikel Erentxun: aires de clásico

Intérpretes: Mikel Erentxun (guitarra, voz) , Joseba Irazoki (guitarra), Fernando Macaya (bajo), Karlos Aranzegi (batería). Lugar: C.C. Intxaurrondo (Donostia). Día: 16 de mayo del 2015. Asistencia: unas 300 personas.

A grandes males, pequeñas alegrías. Tras un pequeño (gran) susto de salud el donostiarra Mikel Erentxun ha publicado uno de sus mejores discos, “Corazones”. No lo decimos sólo nosotros. Buena parte de los medios musicales más relevantes han aplaudido esta nueva colección de melodías, escritas de su puño y letra y que se adentran en el mundo de los creadores de canciones norteamericanos.

Siempre fue Mikel buen amigo de aquellos sonidos. No hay más que recordar su CD “Te dejas ver”. Pero ahora todo es distinto. Mejor, se entiende. El guipuzcoano entrega unas creaciones con cierto olor a clásico. Hay mucho de Neil Young y buena pizca de Wilco o Calexico. Pero sin dejar de ser uno mismo. Un ejemplo: “Vas a cansarte de mí”.

Pero en las dos hora de concierto hubo espacio para muchos momentos reseñables. En “Ojos de miel” se acercan a los Pulp del “Common People”. En “Corazón de huesos” todo se torna oscuro y atractivo. Recupera “Tu nombre en los labios” del local Rafael Berrio y la lleva al Nueva York de Lou Reed. Tira de oficio Beatle en “Quién se acuerda de ti”, se viste acústico en “Veneno”, enfada la clásica “A un minuto de ti” hasta hacerla irreconocible…

La banda, que suena más compacta que nunca, sigue siendo un alarde sonoro y visual. A la fiesta se unieron dos invitados especiales. Leire, hermana del artista principal, que subió a cantar “Ahora sé que estás”, y el productor Paco Loco. El asturiano “guitarreó” como un animal salvaje tirando de las cuerdas con rabia juvenil y añadiendo unos elegantes teclados allá donde convenía.

Duncan Dhu: Números redondos

Intérpretes: Mikel Erentxun (guitarra,voz), Diego Vasallo (bajo, voz, armónica), Joseba Irazoki (guitarra, banjo), Fernando Macaya (guitarra), Mikel Azpiroz (teclados), Karlos Aranzegi (batería). Con la aparición de Juanra Viles (Batería). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día:16 de noviembre del 2013. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

Ciento cincuenta minutos de duración. Tres bises. Treinta y un canciones. Con el taquillaje prácticamente agotado, unas mil ochocientas entradas. Los fans de las estadísticas pueden colocar el concierto de Duncan Dhu celebrado el pasado sábado en el Auditorio Kursaal como una de las cimas donostiarras de los últimos tiempos.

Y si le quieren sumar datos subjetivos la cosa puede alcanzar, según el fanatismo del personal, tintes épicos: Buena parte de los asistentes estuvo de pie más de media velada. Y cientos de cámaras de móvil dispararon sus flashes en los instantes más aplaudidos. Una moda imparable que hace vacuo el aviso inicial que suele lanzar la megafonía sobre la imposibilidad de retratar el evento.

Nadie le podrá reprochar a la banda donostiarra el ser unos rácanos en este regreso prologado por un tema de Jonnhy Cash y finiquitado con uno de Elvis Presley. Los dos pilares sonoros básicos de esta vuelta a los escenarios, sin olvidar el peso de los tremendos Wilco, también norteamericanos.

Porque Mikel Erentxun, en solitario o de la mano de Vasallo, ha encontrado en Joseba Irazoki su Nels Cline particular. El músico de Bera, un ídolo del underground, enrabieta y complementa las tonadas de los Duncan con tanto cariño como mala baba, usando para ello la guitarra acústica, la electrica, el slide o el banjo. Dejando la sensación de que si le dieran una cafetera seguro que le sacaba un par de punteos gloriosos. El resto de la banda, de marcado carácter guipuzcoano, no le va a la zaga. Con esos compinches hasta una tuna llenaría el Estadio de Anoeta.

Y las canciones, claro. Que viven instaladas en nuestro cerebro aunque nos hagamos los despistados. Porque es increíble darse cuenta de que, a lo tonto, has silbado de parranda o con los cascos por la calle más de la mitad del repertorio ejecutado. Y que, y esto es mejor noticia aún, las melodías más novedosas, las publicadas en el CD “El Duelo”, son de lo mejorcito que podía entregar una formación que en 2014 cumplirá treinta años de vida. Otro aplauso a las actualizaciones y experimentos varios, como los realizados en “Los días buenos” o “Entre salitre y sudor”. A “La barra de este hotel” le vino bien el toque Elvis, pero es que ya era un tema perfecto en su origen.

Sonaron todas las que debían sonar (solo faltaba…). En un orden que, como mandan los cánones, empezó bien y acabó por los cielos del aplauso y la locura. Duncan Dhu tuvo el detalle de dejar cantar al respetable buena parte del tema “Jardín de rosas”. También podrian haberles cedido el micro entero en “Esos ojos negros”, porque la canturrearon casi entera en uno de los descansos.

Erentxun sigue siendo el foco principal de la banda, el punto al que dirigir la mirada. Diego Vasallo continúa un paso atrás en el escenario. Espacio que abandona con suma elegancia y aire canalla cuando llega el turno de interpretar sus muy aplaudidas tonadas bajo esa voz voluntariamente castigada. Ambos enfoques, cada vez más divergentes en su concepción, casan bastante bien en este retorno. Una vuelta que tuvo el bonito detalle de invitar a Juanra Viles, el que fuera miembro de la banda en sus inicios. La interpretación de “Casablanca” en formato más acústico fue una catarata de emociones. Y El saludo del trío la foto de una noche que el público recordará como inolvidable.