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Etiqueta: Gata Cattana

Olatz Salvador: la fascinante calma

Intérpretes: Olatz Salvador (guitarra, voz), Ander Zulaika (batería), Jagoba Salvador (bajo), Mattin Saldias (guitarra) e invitados. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 07/2/2021. Asistencia: lleno, unas 400 personas.

Solemos tender a asociar la cultura con su resultado: una fama, popularidad o relevancia que viene de los miles de visionados de un vídeo o los clicks que recibimos en nuestras redes sociales. Pero la cultura no es, o no debería, ser eso. La creación debe ser el origen de todos esos resultados. Y así, ya hagas pop rabiosamente comercial o pop de habitación, lo importante es el camino que tu elijas. “Gero gerokoak” (“Luego Dios dirá”), que se dice en euskera.

Olatz Salvador lo tiene claro, y de paso te llena el Victoria Eugenia. En el concierto de ayer demostró que ha superado el cajón del pop-rock y ahora corre por un sendero atractivo que sorprende y atrapa. Con gotas de electrónica, secciones pregrabadas (precioso su homenaje a la malograda Gata Cattana titulado “Eskuekin”) colaboraciones en castellano – Olatz canta en euskera- y canciones tranquilas.

Dentro de esa calma relativa su voz se erige dulce y potente, tan libre que se permite correr más que lo que le pide la estrofa (“Eraman nazazu”). Expresiva hasta permitirse alejar varios palmos el micrófono de su boca (“Lokarriak”).

Claro que tiene temas que pueden considerarse “hits” a la vieja usanza (“Hiria”,”Zintzilik”, la veraniega “Gelditu hor”). Pero es en esa otra tierra media, la que puebla el concierto, donde se disfruta de la belleza. El sosiego se empapa de blues (“Betileekin”), jazz (la casi nana “Ba hori”) o los guiños guitarreros a U2 (“Sustraiak”).

De las variadas colaboraciones destacaremos el vitalismo de Gartxot Urtxain, que llegó “unchained” (desencadenado) de alegría al escenario, el nervio sureño de La Mare en “Mareak” y la emotividad que Garazi Esnaola supo imprimirle a la emocionante “Ez garen gu”. “Está super guay hau”, dijo un joven en los pasillos. Y la frase nos vale como certera conclusión.

Publicado en El Diario Vasco