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Etiqueta: Double Drums Quartet

Jazzaldia 2018: dobles pases explosivos

La banda Endangered Blood despuntó entre la calidad del resto de los conciertos de las terrazas del Kursaal.

Nuestro Jazzaldia tiene muchas cosas buenas. Como enumerarlas todas iba a ocupar buena parte de este texto, hoy nos centraremos en una de las mejores: los pases dobles de algunas bandas. Lejos de los usos y costumbres de otros macrofestivales, estos días hay formaciones que actúan en dos días distintos. Y quienes tienen la agenda apretada una tarde siempre pueden intentarlo a la siguiente.

Hicimos uso de esta oportunidad ayer mismo, y nos acercamos al segundo bolo de Endangered Blood. Un cuarteto cuyos miembros se han bregado con autores como Mike Patton, Uri Caine y John Zorn. Una banda que se formó con la intención de dar un concierto para pagar las facturas médicas del colega Andrew D’Angelo – así se las gastan en EEUU- y que llegaba a Guipuzcoa en plena forma.

Tras un inicio suave, con piezas que se podían acercar a la salsa o lo arabesco, la lista de canciones fue ganando quilates. Fue un set lleno de músculo, agitado y hasta revuelto, derrapante, explosivo. Atractivo y sinuoso. El momento exigía atención, pero si se la dabas el aluvión de ideas te atrapaba. Decir que el Escenario Coca Cola se les quedó pequeño es demasiado mundano. Era el mundo el que parecía encogerse ante sus composiciones. Chapeau, “bloodiers”

En el Escenario Frigo el público también disfrutó con la propuesta. Ayer la cosa iba de baterías. La experimentada banda de Iparralde llamada Double Drums Quartet contaba con dos pegadores, padre e hija, en su formación. Unos y otros se lanzaron a los estándares con finura, poniendo siempre el foco en la novedad sin que ésta se comiera al resto. Los timbales fueron los protagonistas, jugando mucho y bien a la hora de dialogar entre ellos y cambiarle el aire a las diferentes partes de un mismo tema.

El certamen siempre ha dedicado buena parte de su programación sin cargo a las bandas del norte de los Pirineos. Ahí estaba para demostrarlo ayer el saxofonista francés Éric Séva, quien llegaba a la ciudad con su quinteto. Venía con la etiqueta de amante del blues, y hubo momentos para ello con la inclusión de un cantante que, es sano admitirlo, tuvo días mejores a nivel vocal. La banda escoró la música del sur de Estados Unidos hacia conceptos más jazzeros, en una zona cuyo suelo mullido atrajo a las familias con niños pequeños. Ellos, los nenes, fueron los que más bailaron con los sonidos del grupo.

Publicado en El Diario Vasco

Jazzaldia 2018: Músicas para todos los gustos

Decenas de conciertos conforman la rica oferta gratuita de las terrazas del Kursaal

El Jazzaldia que hoy comienza siempre se ha caracterizado por ofertar música de gran calidad sin tener que pagar una entrada para disfrutarla. Con las terrazas del Kursaal como centro relevante de actividades, el certamen mantiene una vertiente popular y social que cuida con esmero. Un capítulo en el que hay jazz, por supuesto, pero también músicas de otros colores. O sonidos de “amplio espectro”, que diría el Doctor House sobre sus medicinas.

Mientras el Escenario Verde acogerá estrellas de relumbrón como Rubén Blades, fiestorros de donostiarrismo popero (Amateur y Mikel Erentxun), apuestas de futuro que le pegan un buen bocado al presente (Izaro) y potentes autoras foráneas (Anna Calvi), la vida se extenderá más allá de las actuaciones que veremos y escucharemos con los pies metidos en la arena.

La variedad está asegurada en los tres escenarios de las terrazas situadas en la parte trasera del Kursaal. Si les tira el rollete juvenil este domingo tienen a Nerabe arreándole a post-punk hedonista. A los amantes del pop experimental de raíces les recomendamos ir a Beñat eta Julen Achiary & Joseba Irazoki y su espectáculo “Bashoan” el próximo sábado. Sin salir del euskera como idioma cantor los chicos folk-poperos de Oso Fan actuarán en la Terraza Heineken el domingo. Y fusionando pasado y futuro verán esta noche al combo GoGo Penguin. Un trío británico al que le chifla Aphex Twin, John Cage, Debussy y Massive Attack. Menudas cuatro patas para un banco sonoro…

Baño jazzero

Si lo suyo es el jazz el baño que se van a pegar será de los que dejan arrugas en los dedos. Por destacar algunos eventos gratuitos nos quedaremos con el “Endangered Blood” (jueves y viernes en el Espacio Coca Cola), el niño prodigio Tom Ibarra (hoy en la Terraza Heineken) o el momentazo de Bruce Barth y sus colegas deconstruyendo las ácidas tonadas del grupo Grateful Dead (esta noche, en el espacio Frigo). La fiebre -jazzera- del sábado noche podrá satisfacerse con el estiloso pianista galo Hervé Sellin y su trío en la Terraza Heineken.

Y hay nombres que, más allá de su calidad y firmeza, no dejan de ser una invitación: ¿Acaso ustedes se perderían un concierto protagonizado por la banda “The Machetazo” (domingo)? ¿Y un bolo con dos baterías (Double Drums Quartet, este viernes) ¿Acaso evitarían un vistazo a quienes el 29 de este mes se presentarán bajo la etiqueta de “Furia Txistulari” sin tocar ni por asomo el mencionado instrumento tradicional vasco? Anden tranquilos con las denominaciones. Más allá del innegable gancho nominal unos y otros se arropan en el jazz.

La Donostia orquestal

Y habrá grandes orquestas, claro, evidentemente, cómo no. El formato que tan bien ha calado siempre entre los espectadores de estas explanadas tiene un par de muescas en esta edición. La Reunion Big Band (viernes, Espacio Frigo) y la agrupación de la Escuela de Música y Danza de Donostia (el sábado en idéntico emplazamiento) harán las delicias de los seguidores de estas composiciones antiguas de porte tan distinguido. Se augura una pelea de sillas en estos eventos, dado que otros años estas sonatas se desplegaban frente al más espacioso Escenario Frigo. ¡Qué seria de un acto donostiarra sin estas pequeñas mini polémicas!

Resumiendo: acudan, picoteen, alucinen, prueben, bailen, gocen y si encuentran algo mejor en otro tablado de estas zonas gratuitas, vayan a él con respeto y sin mayores vergüenzas. Estos escenarios ofrecen un arcoíris de melodías en el que más pronto que tarde podrán toparse con algo de su color favorito.

Publicado en El Diario Vasco