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Etiqueta: Ángel Unzu

Amaia Zubiria: Un premio disfrutado

Interpretes: Amaia Zubiria (voz) y banda, además de numerosos invitados. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 21/06/2021. Asistencia: lleno, 400 personas.

Como todos los años, el Día de la Música – 21 de junio- tuvo como uno de sus actos relevantes en Donostia la entrega del premio Adarra, galardón que busca honrar a las figuras que más han hecho por nuestras melodías. Este año la distinción fue para Amaia Zubiria (Donostia, 1947), una de las autoras mas independientes de los últimos decenios.

La cita comenzó con la entrega de la distinción por parte del alcalde de Donostia, Eneko Goia, quien remarcó que la galardonada es “parte de nuestro patrimonio emocional” y recordó su mérito abriendo fronteras creativas. La cantante agradeció el premio y remarcó que contaba con una inmejorable compañía a la hora de tocar sus canciones en esta fiesta.

La lista de músicos, chicos todos, era de aúpa. Dirigidos con la batuta amable del “jefe”, como le llamo Zubiria, el pianista Carlos Jiménez. A su vera flotaban Iñaki Salvador, Pascal Gaigne, Angel Unzu, Luis Camino, Gonzalo Tejada,… Ellos dirigieron las partituras hacia lugares marítimos, zonas guerreras y paisajes oníricos de gran belleza.

Y si ellos comandaban las cuerdas, ellas fueron las dueñas de los micrófonos. La voz principal dejó su puesto a las nuevas generaciones en más de un momento. Maider Ansa sonó romántica en “Ezin zen eta ez ginen”, Ainara Ortega insufló jazz a “Estigma beltza”, Matixa Otero se hizo cargo de la detectivesca “Ondoan zauzkat” mientras Jaione Olazabal brillaba con luz propia en la mediterránea “Ametsa nun zaude”. No olvidamos el trabajo de los bertsolaris Jon Maia y Maialen Lujanbio, quienes ensalzaron la carrera artística de la protagonista con más de un momento divertido.

¿Y ella, Amaia Zubiria? Libre, como siempre. Paseando por las estrofas con alegría y un entonar casi lírico. Con detalles preciosos como el dedicarle el concierto al percusionista recientemente desaparecido Javi Área. Fue una dama sonriente y feliz que disfrutó del blues (“Amodioa zoin den zoroa”), vibró con la bossanova que le regalaron (“Heldu zaigu azaro”) y gozó haciendo el indio en “Amonaren mengantza”. Fue su fiesta, y fue un placer estar en ella.

Publicado en El Diario Vasco

Gontzal Mendibil: Amable homenaje

Intérpretes: Gontzal Mendibil (voz, guitarra), Ángel Unzu (guitarra), Iñaki Diéguez (acordeón) y Ainhoa Tabuyo (voz). Lugar: Lugaritz Kultur Etxea (Donostia). Día: 12/03/2021. Asistencia: unas 90 personas

Decía el trovador Iparraguirre que había que tener cuatro amigos en la vida: un carnicero, un cura, un taxista y una marquesa. Entre todos darían alimento al cuerpo, el alma y el bolsillo de un trotamundos como él. Otros cuatro amigos del bardo, estos ya actuales, se juntaron ayer en Donostia para homenajear su obra y recordar sus vivencias en un concierto amable que discurrió de manera autobiográfica, repasando el devenir del autor vasco.

El vizcaíno Gontzal Mendibil, auténtica proteína del proyecto, llegó sin barba ni txapela a la humeante sala en la que destacaba una guitarra española para interpretar “Gitarra zartxo bat”, la primera de las 18 piezas del turno. Pronto aparecerían en escena el guitarrista y el acordeonista, quienes apuntalaron la fe en esta revisita con sus aires folk tradicionales y viajes puntuales a los sonidos franceses, portugueses, argentinos o italianos. La cuarta socia del evento, integrante del Coro Easo, fue un buen complemento a la siempre cordial voz de Mendibil.

Juntos atacaron los jitazos del guipuzcoano (“Gernikako Arbola”, ese “Zugana Manuela” tan donostiarra), canciones que sonaron preciosas (“Villarreal de Urretxu”), defensas de nuestro idioma (“Ez bedi galdu euskera”) y composiciones amorosas (“Ume eder bat”). También hubo odas a su tierra iluminadas con los colores de la ikurriña (“Bilbao eta Fueruak”) y peripecias varias de una vida entretenida y viajada (“Zibilak esan naute”). Todo bien hilado con las explicaciones que Mendibil ofrecía entre temas y que recorrían los variados pasajes de la vida del honrado en lo que fue un recuerdo cariñoso y cercano.

Publicado en El Diario Vasco